Del Hierro, el eslabón entre la alta costura y el prêt-à-porter
Pedro del Hierro pertenecía a una generación de maestros de alta costura, que supo combinar la genialidad de su imaginario creativo y la exquisitez del trabajo artesano, con el gusto comercial del pret a porter.
"He entregado toda mi vida a la moda, he tenido la suerte de vestir a personas bellísimas, sabiendo siempre que la belleza no es cuestión ni de altura ni de medida, sino de una forma de ser, de saber mostrarse a los demás", explicó el diseñador madrileño fallecido hoy, con motivo de la retrospectiva que en 2011 le dedicó el Museo del Traje.
Del Hierro es el último diseñador español perteneciente a la prestigiosa Cámara de Alta Costura -como Pedro Rodríguez, Pertegaz o Santa Eulalia-, cuya trayectoria dibuja la transición del modelo del taller artesano de costura, al sistema de prêt-à-porter, que une creación e industria textil y está dirigido al gran público.
Su dominio del color, su inspiración en la naturaleza y su audaz diseño hizo que sus contemporáneos le denominaran maestro a temprana edad. En 1974, presentó su primera colección de otoño-invierno en un pequeño ático y para una clientela muy reducida para, años después, ser una de las agujas más prometedoras de la pasarela madrileña.
De padre pintor, se crió en un ambiente artístico. Sus dos grandes aficiones eran el diseño y la pintura, aunque desde pequeño se sintió atraído por el mundo de la moda y comenzó a coser a muy temprana edad para su familia y amigos.
A los 21 años montó su primer taller. En los años siguientes, sus colecciones cosecharon grandes éxitos tanto en España y Europa como en América.
En 1981, dio el paso definitivo al prêt-à-porter y se convirtió en el primer diseñador español con boutique propia en grandes almacenes, actividad que desarrolló durante seis años.
Terminado este período, creó una línea llamada Harito, destinada a la venta libre y otra llamada Pedro del Hierro de series limitadas y realización artesanal.
En la temporada 1988/1989 empezó a diseñar ropa masculina, y en ese mismo comenzó a distribuir sus diseños a través de Cortefiel, propiedad de la familia Hinojosa.
En 1992, el grupo de distribución textil adquirió la totalidad de la firma, en la que el propio diseñador colaboró hasta 2002.
En 2011, se retiró definitivamente de la esfera pública con Color, belleza y tiempo, una exposición de en el Museo del Traje y un tributo del mundo de la moda.
"Siempre pensé que iba a morir haciendo vestidos, pero la realidad ha sido distinta", señaló el diseñador entonces, emocionado y arropado por compañeros de profesión y muchos amigos.
Para aquella muestra se presentaron 25 piezas de alta costura, propiedad del grupo Cortefiel, que fueron donadas al museo madrileño, y en la que se puede apreciar la mirada original y la libertad de patrones del creador.
La diseñadora Carmen March se puso en 2013 al frente de la dirección creativa de la firma, que actualmente se denomina Pedro del Hierro Madrid y que muestra sus creaciones en la pasarela de Nueva York.