Podemos no apoyará la investidura de Susana Díaz
El candidato de Podemos por la provincia de Sevilla, Juan Moreno Yagüe, ha avisado este lunes de que su partido no apoyará la investidura de Susana Díaz como presidenta andaluza: "Podemos representa el cambio y no va a ser más de lo mismo, no vamos a apoyar que todo siga igual".
El partido de Pablo Iglesias ha cuajado y se ha colocado como tercera fuerza política andaluza. Ha superado sus primeras elecciones, unas autonómicas de gran calado, adelantadas para impedir la consolidación de las alternativas al PSOE, la suya, especialmente. Pero lo ha hecho cumpliendo tibiamente con las previsiones de las encuestas. Hace mella al bipartidismo pero no es alternativa de poder en Andalucía.
"IMPRESIONADOS" POR EL BIPARTIDISMO
En declaraciones a RNE, Moreno Yagüe ha respondido así a la posibilidad de una abstención en la investidura de la reelegida presidenta socialista: "No lo sabemos, se consulta a las bases de manera rápida e inmediata, como siempre decimos. Las bases no creo que nos hayan dado una orden de abstenernos en una votación de investidura".
El representante de Podemos ha asegurado que su partido no se fiaba de las encuestas -"unas nos daban 22 y otras 13"- pero ha reconocido que sí está "impresionado" por el "resultado del bipartidismo". "No lo esperábamos", ha dicho, después de que PSOE y PP hayan sumado más de un 62% de los votos.
NO FORMARÁ PARTE DEL GOBIERNO
Los datos oficiales dan a Podemos 15 escaños, una cifra que está dentro de la horquilla que le otorgaban los sondeos, pero por debajo de las previsiones más optimistas. Han conseguido triplicar sus apoyos de las elecciones europeas y cosechar medio millón largo de votos. Y, como ya ha prometido la candidata de la región, Teresa Rodríguez, no piensan caer en la tentación de entrar en coalición en el Gobierno andaluz, lo que tanto le ha costado a IU.
La candidata se ha mantenido firme al prometer que no será consejera en un Ejecutivo de Susana Díaz. No quiere pactos, dice la parlamentaria gaditana, porque sería un revés a los electores que han confiado en sus políticas "transparentes, limpias", como ha repetido en campaña, frente a los problemas de corrupción de los partidos "de la casta".