La red de evasión contra los nazis se convierte en exposición en Donostia
Un piloto británico cae con su nave en suelo holandés, alcanzado por los disparos del Ejército nazi. Está vivo, pero solo, aislado, con un uniforme, una lengua y una desorientación que son una sentencia de muerte en suelo ocupado por los alemanes... a menos que se produzca un milagro. Para más de 700 de ellos, pilotos y paracaidistas en su mayoría, ese milagro llegó. Cobró forma en la llamada Red Comète, Red Cometa. Durante cuatro años, unos 3.000 civiles europeos hicieron una cadena de solidaridad para sacar de incógnito a estos militares hasta España, zona supuestamente neutral, de aquí a Gibraltar y desde el Peñón, suelo británico, a casa. Y a casa. Ahora el Museo de San Telmo de San Sebastián rescata su labor en una exposición.
A través de una muestra interactiva, compuesta a base de pantallas y tabletas, se explican el contexto histórico y, sobre todo, los testimonios de supervivientes y ayudantes, coincidiendo con el 70 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial.
Hacia finales de 1940 el escenario era terrible: Francia ocupada y Estados Unidos aún sin entrar en guerra. El miedo a una ofensiva total sobre el Reino Unido era justificado. En ese momento, los británicos se salvaron gracias a la fuerza de su aviación, la Royal Air Force (RAF) y a que disponían de una nueva tecnología que fue decisiva: el radar, que fue un invento británico. De ahí que fuera tan importante la repatriación de aviadores aliados.
En Holanda, Bélgica y Francia caían sus hombres y se enfrentaban al confinamiento en campos de concentración, torturas o ejecuciones sumarias si eran apresados. La resistencia antifascista decidió entonces organizarse para salvarlos. Andrée De Jongh, alias Dédée, fue la creadora de la red.
El grupo original de jóvenes belgas, en su inmensa mayoría mujeres y, muchas de ellas, menores de edad, se fue ampliando con socios que estaban dispuestos a atender a los militares, a ocultarlos en casa, darles cama y comida y trasladarlos hasta la siguiente etapa de forma secreta. La cadena humana llegó a alcanzar Londres, Bruselas, París, Burdeos, Bayona, San Juan de Luz, Bidasoa, Pirineos, Guipúzcoa y Navarra, Ravensbrück y Mauthausen.
Como queda claro por la ruta elegida para escapar, los vascos tuvieron mucho protagonismo en la aventura. El trayecto -a pie, en tren, en bicicleta- comenzaba en el corazón de la Europa ocupada y se adentraba en España gracias a los exiliados vascos de la guerra civil española y a los mugalaris, los guías de la frontera. Varios de elos fueron apresados por colaborar con los aliados.
"Sin embargo -explica la exposición en castellano, euskera, francés e inglés-, la red nunca dejó de funcionar y cuando alguien caía, el testigo pasaba de padres a hijos, de hijos a padres, vecinos, familiares, amigos...". De aquellos y sus descendientes se nutre la muestra, comisariada por Carlos Rodríguez, director de Morgancrea, que cuenta con 30 entrevistas hechas por la productora vasca Moztu Filmak durante cinco años.
DÓNDE Y CÓMO VER LA EXPOSICIÓN
- Fechas: Del 17 de marzo al 31 de mayo de 2015.
- Horario: De martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas.
- Lugar: Museo de San Telmo, Sala Laboratorio. San Sebastián.
- Precio: Entrada gratuita
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