El Papa Francisco en Nápoles: "Una sociedad corrupta apesta"
El Papa Francisco ha pedido a los napolitanos que rechacen "con firmeza" la mafia, al tiempo que ha exhortado a los criminales a que se conviertan. Lo ha hecho durante la misa que ha presidido en la Plaza del Plebiscito.
"¡Es posible volver a una vida honesta! Lo piden las lágrimas de las madres. A los criminales y cómplices, os repito: convertíos", ha exclamado en la céntrica plaza de Nápoles. Ha pedido a los miles de fieles presentes que rechacen "con firmeza las organizaciones que explotan y corrompen a los jóvenes con el cínico comercio de la droga".
El Obispo de Roma también ha advertido a los presentes que no se dejen seducir y no cedan "a los engaños de fáciles ganancias o de réditos deshonestos", porque "esto es pan para hoy y hambre para mañana". Le duele, dice, que se haya tratado de hacer de Nápoles "una tierra de nadie", un territorio "en manos de la llamada microviolencia", que impide a los habitantes desarrollarse el libertad.
Sus palabras tienen más valor porque Jorge Bergoglio las ha dicho en el barrio periférico de Scampia, muy relacionado con la mafia y una de las zonas con más elevados índices de pobreza y criminalidad a nivel nacional. En este entorno, ha endurecido su mensaje. "La corrupción es sucia", ha dicho, "una sociedad corrupta apesta", y que aquél que permite la corrupción no es cristiano, sino que también apesta. "Cuánta corrupción hay en el mundo. (...) La corrupción es sucia y la sociedad corrupta apesta. Un ciudadano que deja que le invada la corrupción no es cristiano, ¡apesta!", afirmó Jorge Bergoglio.
"No se dejen robar la esperanza -ha repetido el Pontífice argentino- ni que a vuestra juventud le roben la esperanza. No dejen que la corrupción y la delincuencia desfiguren el rostro de esta bella ciudad". Ya el pasado 26 de julio el Papa viajó a la región de la Campania, igualmente dominada por la mafia, contra la que cargó con dureza. En junio de 2014, en Calabria, donde actúa la Ndranghetta, excomulgó incluso a los mafiosos públicamente.
El Papa ha reflexionado sobre las palabras de Dios y ha reconocido que "ayer como hoy, provocan siempre una división entre quién las acoge y quien las rechaza". "He venido a Nápoles a decir: Jesús es el Señor. Solo Él tiene palabras de misericordia que pueden curar las heridas, cambiar el mundo", ha añadido.
En su viaje, de apenas 12 horas, ha visitado el Santuario de la Virgen de Pompeya pero, además, ha cargado su agenda de actos más sociales. Tiene previsto ir a la cárcel de Poggioreale y comer en la capilla del centro con varios presos, que van a cocinar el menú del día. En ese grupo habrá transexuales y enfermos de sida. Bergoglio también se reunirá con enfermos y personas con discapacidad en Gesú Nuovo y cerrará con un encuentro con jóvenes en el paseo marítimo.