Begoña Villacís, candidata de Ciudadanos al Ayuntamiento de Madrid: "Me siento muy Naranjita"
De pequeña, Begoña Villacís (Madrid, 1978) decidió que quería ser abogada viendo el clásico 12 hombres sin piedad, de Sidney Lumet, junto a su padre. Lo tuvo claro. Lo que no se imaginaba por entonces es que años más tarde intentaría ser la alcaldesa de su ciudad encabezando la candidatura de Ciudadanos.
Antes de dar el salto a la política, Villacís se licenció en Derecho por la Universidad San Pablo CEU, cursó un master de asesoría fiscal, se casó y se convirtió en la responsable de las áreas de derecho tributario, laboral y mercantil en Legalistas. Nunca ha dado un mitin, pero sabe lo que es hablar en público al ser una contertulia habitual en diferentes cadenas televisivas -la cantera de la nueva política-.
En esos programas coincidía con Albert Rivera y algunos miembros de Ciudadanos. Le sonaba bien lo que decía y un día decidió empezar a colaborar sin cobrar en la pequeña agrupación madrileña. Hoy es la ‘número uno’ de la lista para el consistorio de la capital después de haberse impuesto en primarias. Estos días duerme pocas horas, ya está de precampaña y se pasa largas jornadas en la sede en la calle Carranza -a medio camino entre la del PP en Génova y la del PSOE en Ferraz-. El mapa habla por sí solo.
Trabaja con “fecha caducidad” -como le gusta decir-, sabiendo que la política será solo una época de su vida porque piensa volver a litigar en los juzgados, pero a la vez disfruta del “momento dulce” que vive con las encuestas en verde.
Mucha gente se pregunta quién es Begoña Villacís y de dónde viene…
Soy madrileña, tengo 37 años y vengo de ser abogada durante mucho tiempo, una profesión que elegí siendo muy pequeñita. Vengo de luchar por los derechos de los ciudadanos, pero uno a uno. Llega un momento en el que el contexto actual te permite hacerlo por muchas personas y es lo que ha motivado mi entrada en política.
¿Por qué Ciudadanos? Yo vengo del mundo real y ahí no basta con decir las cosas que la gente quiere escuchar, sino que hay que proponer soluciones. El proyecto de Ciudadanos es de soluciones, contenido y programa. Yo soy así, de soluciones.
¿Cómo te acercaste al partido?
Empecé a votarles hace mucho tiempo y coincidí en tertulias con algunos de ellos. Me gustaba el hecho de que dijeran lo mismo detrás y delante de las cámaras. Era algo que comentaba a terceros, a mi familia, a mis amigos, a mi equipo. Vi que lo que decían era sensato, coincidía con mi forma de ser y me gustó.
Se critica la ambigüedad de su partido. ¿Qué ideología tiene usted? ¿Derecha, izquierda, centro-derecha, centro-izquierda?
Precisamente son criticables las antiguas etiquetas. Si realmente piensas en algo regenerador, no puedes hacerlo con esas etiquetas. Lo que buscamos es la sensatez, que es conciliar un mercado que tiene que estar en la línea de Europa y de la autosuficiencia con un perfil socialdemócrata y de preocupación por el ciudadano. Buscar el punto intermedio no es de derechas ni de izquierdas, es de sentido común.
¿Equidistancia entre el PP y el PSOE?
Sí, y sin complejos. Es decir, tendentes a reconocer los espacios de consenso, lo que pueda aportar todo el mundo. Buscamos ir hacia soluciones lógicas, reconociendo que son buenas viniendo de donde vengan. Todas nuestras medidas buscan la competitividad y la productividad, pero respetando la situación del ciudadano y buscando su bienestar.
Ciudadanos es el partido de moda en las encuestas junto a Podemos. ¿Cómo vive este momento?
Con mucha satisfacción porque es el despertar de una sociedad que dice ‘lo antiguo ya lo hemos probado’, y lo antiguo además se quiere quedar en lo antiguo. En cuanto surgimos y proponemos soluciones, somos llamados ‘naranjitos’. Eso es un poco la vieja política, el tratar de ensalzarse uno en detrimento del otro. Esa no es la manera, que es aportar soluciones y no estar pendiente de lo que dicen otros. La gente está leyendo que nosotros hemos salido del barro para buscar una viabilidad del Estado.
¿Teme que Ciudadanos sea una burbuja?
No. Sería una burbuja si nosotros hubiéramos propuesto un discurso cortoplacista, la queja. El 80% de nuestro discurso son medidas, programa y soluciones. La gente dice que en su empresa no puede estar quejándose todo el rato, por lo que es muy fácil identificarse con nosotros porque no proponemos nada distinto a lo que ocurre en la vida real. Nos ven como el partido de las soluciones.
El PP ya les está atacando directamente. El portavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando, llamó Naranjito a Albert Rivera e, incluso, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha criticado a Luis Garicano -cerebro económico de Ciudadanos- en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. ¿Cómo calificaría la actitud de los populares?
Es muy buena para nosotros, como demuestran las encuestas. Cuando la credibilidad de un partido se está viendo comprometida, lo que dice también se ve comprometido. Entonces, ese recelo que generan de por sí lo único que hace es reforzar la figura de Ciudadanos. Está muy bien que nos den espacio en los medios, ese protagonismo, que nos reconozcan. Nosotros nos lo vamos a tomar como hicimos este jueves con lo del ‘naranjito’, con mucha gracia, risa y viralizando esta imagen que nos perjudica. Yo me siento muy Naranjita.
Después de las elecciones, ¿con quién estaría dispuesta a pactar en el ayuntamiento?
¿O quién estaría dispuesto a pactar con nosotros? También sería interesante... Nosotros mantenemos la misma línea. Todos los que nos hemos adentrado en esta aventura venimos de tener una trayectoria profesional y familiar y no nos metemos para obtener un puesto porque ya lo teníamos. Nos metemos para cambiar las cosas. Tenemos que pactar por proyectos y no tener complejos para reconocer si algo está bien.
¿Estaría dispuesta a pactar con Podemos?
Pactamos por programas y no con siglas. Si Podemos fuese capaz de proponer algo que fuese aceptable, pues sí. Pero no sé hasta qué punto eso es posible porque tienen una visión de la economía muy distinta a la nuestra, ya que son partidarios de engordar la administración a costa del ciudadano y nosotros pensamos que es el ciudadanos el que tiene que estar en el centro de la administración Tenemos visiones diferentes del mercado y de la economía, aunque compartimos diagnósticos y somos partidos regeneradores.
¿Cuál es su proyecto para Madrid?
Un Madrid transparente, desde el primer euro hasta el último, y sostenible tanto desde el punto de vista ambiental como económico. Por eso, proponemos una auditoría del ayuntamiento para saber el estado de las cuentas de manera pormenorizada. Tenemos que modernizar la contabilidad para hacerla más analítica.
Madrid no puede ser una ciudad hostil que asfixie a impuestos a los ciudadanos. No podemos pretender que el ciudadano se vea ordeñado hasta la extenuación, por lo que queremos introducir criterios de progresividad en el IBI y eliminar la tasa de basuras.
¿Qué balance hace del gobierno de Ana Botella al frente del ayuntamiento?
No vamos a decir que todo es malo porque no comulgaría con lo que he dicho de que somos un partido sin complejos. Es verdad que han reducido la deuda, pero a base de impuestos. Han sido de los más creativos en el ámbito fiscal, se han vendido inmuebles a fondos buitre. Y hay que cosas que no se pueden permitir, como la crisis de la basura, no solo por estética, sino por higiene.
¿Cómo ve al candidato socialista, Antonio Miguel Carmona? ¿Cómo está el PSM?
Sinceramente, no me preocupan los contrarios. Uno de los valores de Ciudadanos es que tiene discurso propio y no va a descalificar a los oponentes paras defender sus ideas. Queremos mantenernos limpios y no bajar al barro.
¿Es imposible el matrimonio con UPyD?
Nunca vamos a tratar de faltarles y atacarles, pero son dos partes las que tienen que intentar llegar a un acuerdo. Le podemos tender la mano y si la rechazan, no pasa nada. Cada uno por su lado y ya está.
¿Le han llamado de otros partidos para conocerla?
No.
¿Cuál es la radiografía de Ciudadanos en Madrid? ¿Cuántos afiliados tiene? ¿Cómo trabajan?
Es muy escueta. Tenemos 1.400 afiliados en el municipio de Madrid, pero va creciendo todos los días. Estamos experimentado un crecimiento como un niño que cada día es un centímetro más grande porque está acumulando mucha ilusión. Económicamente justitos, pero tenemos muchos recursos humanos.
¿Han pensado cómo va a financiar la campaña? ¿Pedirán crédito a los bancos, harán crowdfunding?
Todavía no, ahora estamos tirando de los recursos propios. A día de hoy es un poco rústico porque no tenemos la inyección económica de los grandes partidos. La ilusión que se respira y la fuerza que tenemos vale mucho.
Dice que no le gustan las encuestas, ¿pero que meta se propone?
La Alcaldía.
¿Cómo van a controlar que no se cuelen oportunistas? ¿Van a filtrar a las personas que se acerquen?
No discriminamos por razón de origen ni pedimos pedigrí. Requerimos un grado de entrega y ética. Todos firmamos un código ético y habilitamos al partido para que nos investigue, nos desnudamos. Saben que nuestras líneas rojas son la corrupción y la coherencia con nuestras ideas. En mi caso, me he puesto a disposición del partido para que me investiguen de arriba a abajo. La mayoría no tenemos pasado político.
Rivera todavía no ha desvelado si se va a presentar como ‘número uno’ en las catalanas de septiembre y luego en las generales. ¿Le gustaría que fuera el candidato a nivel nacional?
No lo ha desvelado ni a vosotros ni a nosotros. (Risas) ¿A quién no le gustaría? La gente se lo va a pedir, pero él no lo tiene claro porque son muchas las piezas que tienen que cuadrarse. Es una persona prudente, no es temerario, tendrá en cuenta muchas cosas.