El día que empezó el verano: así fue Desalia 2015 (FOTOS, VÍDEOS)

El día que empezó el verano: así fue Desalia 2015 (FOTOS, VÍDEOS)

Hay un día de invierno en el que, para unos pocos miles de españoles, comienza el verano. Desde hace ocho años, entre finales de febrero y principios de marzo, unos 4.000 españoles se deciden a viajar a República Dominicana para empezar a sentir el sol en la piel. Porque allí se celebra, en la playa de Cabeza de Toro, en Punta Cana, el festival Ron Barceló Desalia, una de las principales fiestas de música electrónica del planeta, que este 2015 ha celebrado su octava edición.

En el calor tropical de la noche caribeña unas 5.000 personas (la mayoría españoles, aunque a la cita acuden entre 900 y 1000 dominicanos) se vistieron completamente de blanco el pasado 28 de febrero para bailar bajo el amanecer. Y también bajo la lluvia que acompañó a la noche en algunos ratos, y que hizo que los asistentes se pusieran miles de fantasmagóricos y muy fotografiados chubasqueros. En la playa de Cabeza de Toro se dieron cita los DJs españoles Dani Llamas (ganador del concurso previo Desalia Talent by Ron Barceló), Abel Ramos, Albert Neve y Les Castizos. Los cabezas de cartel fueron los suecos Axwell^Ingrosso, que se colgaron sobre la cabina en forma de prisma suspendida a cuatro metros de altura sobre un escenario de 50 metros de ancho. 20.000 vatios de sonido, miles de luces leds, bailarinas voladoras y hasta un dron acompañaron la velada.

Esta iniciativa, que tarda seis meses en diseñarse y ponerse en marcha, según explican sus organizadores, es única por varios motivos. Se celebra en una playa, algo que ya sucede con algunos festivales de música, pero algo especial: Cabeza de Toro es una reserva natural desde la que se pueden avistar delfines en libertad. Además, la producción es completamente española, y se traslada hasta Punta Cana para montar un escenario gigante durante una semana, con pantallas LED de 70 m² y más de 100 focos móviles. También la mayor parte de los músicos que pincharon el 28 de febrero son españoles, aunque con cabezas de cartel destacadas a nivel internacional.

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UNA SEMANA DE MÚSICA

Lo que se viene a llamar Experiencia Desalia empieza una semana antes del gran festival. Miles de personas se desplazan hasta las playas de Punta Cana, al sur de República Dominicana. Los españoles son mayoría en los hoteles de la zona, que viven un especial repunte esos días.

Unos 150 de los 5.000 asistentes son invitados al evento que han logrado el viaje tras haber ganado concursos organizados por la marca (van recaudando millas a lo largo de los meses mediante fotos o tuits, hasta conseguir llegar a Punta Cana virtualmente, para luego hacerlo en la realidad) o por distintos colaboradores. Por ejemplo, Daniel y Noemí se alzaron como ganadores del que organizó el programa Anda Ya! de Los 40 Principales gracias a una foto de sus pies y a convencer de que debían ser los ganadores. Montados en un catamarán, aseguraban que estaba siendo "el mejor viaje" de sus vidas.

Los días previos, se celebran fiestas en piscinas y discotecas de los hoteles de alrededor en las que pinchan tanto DJs que luego estarán presentes en la fiesta final como los que no. También se descubren rincones de la isla, como la propia destilería de ron Barceló, o Isla Saona, una isla virgen a la que se accede con un catamarán. La intención es que los participantes se conozcan y hagan lazos para la fiesta final, lazos que a veces perduran años.

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Desalia 2015 from Enric Sanchez on Vimeo.

DÍAS Y NOCHES DE MÚSICA

Para los DJs allí presentes ese es uno de los mejores reclamos del festival. "El paraje, el emplazamiento... Hay festivales en la playa, o cerca, pero con una infraestructura así y tanta gente de España, poca", relatan Les Castizos horas antes de hacer bailar al público cuando cierren el show. Para Abel Ramos, que lleva más de 25 años sobre los escenarios, le parece "una experiencia alucinante". Para él resulta genial "compartir el tiempo con tantos amigos, con DJs profesionales con los que normalmente compartes temas, saludos, con los que pinchas... pero con los que normalmente pasas cinco minutos. Aquí compartes comida, hamacas, mojitos... Pasas la semana entera, te organizas y siempre hay gente conocida", cuenta sobre el buen ambiente.

Algo similar le pasa a Albert Neve, uno de los DJs más prestigiosos a nivel nacional y especialmente conocido en Cataluña, que resume todo lo que mueve este festival en una anécdota. "Cuando pasé por inmigración al entrar a República Dominicana, me dijeron: 'Eres uno de los DJs de Desalia, ¿verdad?". Él se quedó sorprendido porque le reconocieran solo con verle el pasaporte. "Le pregunté cómo lo sabía y me dijo que era la gran fiesta de la isla", relata. "He estado en muchísimos festivales, pero en este se moviliza el país entero. Hay una atmósfera global".

Una atmósfera que se concretó en miles de personas vestidas de blanco bailando desde las nueve de la noche hasta las siete de la mañana. Bailando para celebrar que, para ellas, ya ha comenzado el verano.

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