Antonio Maíllo, candidato de IU en Andalucía: "Susana Díaz tiene su meta en Madrid"
“Soy, ante todo, un profesor de latín. Mi aspiración personal es jubilarme en un instituto”. Así se define Antonio Maíllo, el coordinador de Izquierda Unida en Andalucía y candidato de la federación en las elecciones autonómicas que se celebrarán el próximo 22 de marzo.
Anda ahora Maíllo (Lucena, Córdoba, 1966) todo el día metido en el coche, recorriendo la comunidad, intentando convencer a los votantes de que es la verdadera opción de izquierdas con experiencia para gobernar frente al PSOE y Podemos. Las encuestas que lee -en IU dice que no hacen- le sitúan en cuarta posición, pero está convencido de que va a dar la “sorpresa”.
Es su primera gran cita ante las urnas tras compaginar durante años sus clases y la política municipal. Muy cercano al círculo de Alberto Garzón, este licenciado en Filología Clásica por la Universidad de Sevilla llegó al poder de IU en Andalucía en junio de 2013 con el mayor apoyo interno de la historia y se impuso en las primarias abiertas celebradas en julio del pasado año para ser el ‘número uno’ en las elecciones.
No le gustan los políticos profesionales ni aquellos que no asumen responsabilidades. Lo que sí le apasiona es escuchar música en casa -pop español, música clásica, bandas sonoras-, y ver películas como Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar, Solas, de Benito Zambrano, y Un hombre soltero, de Tom Ford. Y a todo el que comparte un rato con él le recomienda la lectura de Por el bien del imperio, un obra “extraordinaria” de Josep Fontana.
A un mes de las elecciones, Maíllo confiesa a El Huffington Post sus perspectivas electorales, su opinión sobre sus adversarios, lo que piensa sobre Podemos… y mucho más.
¿Qué va a pasar el 22 de marzo?
Creemos que hay un lugar para la esperanza. El debate de Andalucía en 2015 no se centra como en 2012 sobre la amenaza del PP , que no es alternativa en la comunidad porque IU impidió que entraran sus garras. El debate esta vez va a ser sobre el grado de políticas de izquierdas que quiere la sociedad andaluza.
Estas elecciones vienen determinadas por la ruptura unilateral de un acuerdo por el PSOE para no ejecutar políticas de izquierdas y para que no se abriera una comisión de investigación sobre corrupción en el Parlamento. Nosotros reivindicamos una llamada a los sectores progresistas y de izquierdas porque hemos demostrado que tenemos capacidad de gobierno y hacemos lo que decimos. Somos la fuerza de izquierdas con opciones que se presenta y aspira a ganar. Estoy mentalizado para ser el próximo presidente de la Junta.
En las encuestas aparecen como el cuarto partido en estimación de voto después del PSOE, el PP y Podemos. ¿Le pueden dar la vuelta a los sondeos?
Estoy convencido. Hace tres años el PP tenía en las encuestas mayoría absoluta y a nosotros nos daban el 6%. Luego sacamos casi el 12%. Este año partimos con una estimación de voto de entre el 8 y el 13% y estoy convencido de que vamos a subir porque nuestro proyecto está muy consolidado en Andalucía y hay una izquierda en la comunidad que sabe que los únicos que pueden hacer políticas de izquierdas es IU. Esto se va a traducir en un mejor resultado electoral de lo que las encuestas nos están dando en estos momentos.
¿Se arrepiente de haber propuesto una consulta sobre el futuro del Gobierno andaluz y que le ha puesto en bandeja el adelanto electoral a la presidenta andaluza?
Lo que propusimos fue hacer política de izquierdas -banca pública, renta básica, garantizar un mínimo de luz y agua a las familias que no tienen ingresos, una nueva ley de agricultura-. La señora Díaz no ha roto por eso. Primero dijo que era el Sáhara, luego el referéndum, Alberto Garzón, un giro de IU, la convergencia... En Andalucía la gente no se ha creído las excusas, si no hubiera sido esa, se habría inventado otra. Nosotros no nos arrepentimos de establecer los mecanismos de reflexión política que consideremos.
¿Por qué cree que ha adelantado las elecciones?
La señora Díaz ha adelantado las elecciones, en primer lugar, por una clave personal, que tiene su fin y su meta en Madrid. Le ha salido mal porque Pedro Sánchez le ha declarado la guerra. Ha adelantado porque no tenía voluntad de afrontar las políticas de izquierdas y porque no quería que hubiera una comisión de investigación sobre la corrupción. No le ha salido nada bien. Ha tenido unos intereses absolutamente electoralistas y los andaluces creo que le van a hacer a Susana Díaz ‘un Artur Mas’.
¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de haber estado en el Gobierno andaluz?
Lo mejor ha sido la ejecución de políticas en las que no nos hemos puesto de perfil, como la de vivienda, con la que hemos evitado desahucios y, antes del recurso del PP, había 38 expropiaciones de casas a los bancos. Lo mejor fue aquella noticia de "Carmen se queda", cuando se evitó un desahucio y fue un símbolo de esperanza. Hemos puesto racionalidad en prácticas en la administración pública con tantos años del PSOE como en inversión de altos directivos que no tenía sentido.
Y lo peor: la ralentización en la ejecución de las medidas legislativas porque el PSOE la ha frenado.
Se ha escrito que no existe confianza ni una buena relación entre usted y Susana Díaz. ¿Qué hay de verdad y de mentira?
Hay una consolidación de algo que es irrelevante desde el punto de vista político. Ni es relevante políticamente ni tampoco es así. Cada uno representamos una visión de las cosas y es evidente que nosotros tenemos un proyecto con una mayor consistencia en torno a cambios y reformas fundamentales, con una mayor radicalidad democrática. Es verdad que había diferencias, no nos gustaba que Díaz se hiciera fotografías con Emilio Botín. Nosotros nos hacemos fotografías con la gente que era víctima de la crisis, con los cooperativistas. Una comunidad como la andaluza no puede verse determinada por supuestas buenas o malas relaciones. Las relaciones tienen que ser correctas, y lo eran.
¿Estaría dispuesto a pactar de nuevo con el PSOE?
Tenemos el mensaje para los andaluces de que con IU se van a hacer políticas de izquierdas. Tenemos un equipo con capacidad de dirigir las riendas y el futuro de Andalucía desde unos presupuestos más audaces, hay alianzas con sectores del tejido productivo que tienen deseo de cambio en la política económica. El problema es que el PSOE ha roto y, con eso, ha evitado que haya banca pública u otras actuaciones que teníamos que cumplir este año. Será a él al que hay que preguntarle si está dispuesto a hacerlo. Me temo que no, que están en una posición de ser muy rojos de aquí al 22 de marzo, pero después a la hora de la verdad siempre se mueven en la tendencia y en la tentación de un pacto de gran coalición que solo puede frenar IU.
Estas serán las primeras elecciones en las que tendrán como competidor directo a Podemos. ¿Qué piensa de este partido y qué daño le puede hacer?
No hablaría en términos de daño. Con toda humildad pero con toda la contundencia, tengo que decir que somos un proyecto muy sólido con la garantía de saber lo que tenemos que hacer en Andalucía en los próximos años. Frente al PSOE, somos la credibilidad de las políticas de izquierdas y, frente a Podemos, somos la credibilidad de la ejecución sólida de la política.
¿Están llamados en el futuro a fusionarse Podemos e IU?
No hablaría de eso. ¿Por qué? Nosotros vamos a propuestas de convergencia desde la convicción de construir un espacio para que la izquierda transforme este país con unas políticas en favor de la mayoría social. Y, desde esa voluntad de convergencia, con todo el que quiera coincidir. Nosotros queremos ser muy sensatos y muy sinceros, queremos hacerlo desde la visión de la izquierda transformadora. Eso significa la construcción de un enfrentamiento con los poderosos, que tengamos al pueblo con un Gobierno que es capaz de rebelarse y cuestionar los privilegios de unos pocos. Para eso hay que tener una consistencia ideológica y una claridad programática que creo que no existe en otros proyectos en este momento.
IU en Madrid vive estos días una situación muy complicada. ¿Cree que en Andalucía puede haber una escisión como en esta federación?
En Andalucía estamos bastante cohesionados, tenemos un proceso de reflexión política en el que hay una cohesión en torno a un programa. Cuando no se hablaba de renovación en este país y más de un año antes de las elecciones europeas, IU desarrolló el relevo en la comunidad de su dirección y me nombraron coordinador. Hemos hecho un proceso de renovación tranquila y con radicalidad democrática.
¿Qué le ha parecido la marcha de Tania Sánchez?
Me parece que se equivoca, es evidente que en IU se está produciendo un proceso de renovación formidable que lo encabeza Alberto Garzón. No ha respondido a la confianza que le han dado los militantes y simpatizantes de la formación.
¿Cuáles son sus grandes propuestas electorales?
Nuestro objetivo estratégico es un nuevo modelo económico para la región con empleo de calidad y digno. Si yo soy presidente del Gobierno, en los primeros cien días aprobaré un decreto ley para una banca pública que abra el crédito a pequeños y medianos empresarios, cooperativas y autónomos. Iniciaré el proceso para otro decreto ley que garantice que ninguna familia se quede sin agua y sin luz porque una sociedad decente no puede salir de la crisis con la exclusión de la mitad de su población.
Aprobaría también la explotación con carácter experimental de un banco de tierras y, después, iniciaría la comisión de investigación sobre la corrupción y abriría un diálogo con el Gobierno central sobre el nuevo modelo de financiación y sobre la propuesta del trabajo mínimo garantizado.
Hablando de la comisión sobre la corrupción, ¿qué debería hacer el PSOE en relación a la imputación de los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán? ¿Qué haría usted?
Los imputados que ha habido en mi organización han renunciado a sus cargos públicos para no dañar ni distorsionar el debate político. Independientemente del debate judicial, pensamos que existen responsabilidades políticas en el caso de los ERE que el PSOE tiene que asumir. Lo que tiene que hacer el PSOE es lo que dijo la señora Díaz que iba a hacer y que ahora ha cambiado. Se ve que su criterio y sus líneas rojas sobre la corrupción son de geometría variable.
¿La salida del portavoz del SAT, Diego Cañamero, de Izquierda Unida es algo negativo o les da aire?
El señor Cañamero hace mucho tiempo que está lejos de IU. Respeto su evolución, pero me llama la atención que desde sus supuestos de izquierdas haya evolucionado a la centralidad. Es un problema suyo, no mío. Por otro lado, hay mucha gente que ha venido como antiguos miembros del PSOE que se habían desvinculado por la reforma de la Constitución. Se está produciendo en Andalucía de manera silenciosa una convergencia y una incorporación de gente que cree en IU como instrumento de la izquierda.
¿Hasta dónde se ve llegando políticamente Antonio Maíllo?
Yo soy, ante todo, profesor de latín. Empecé con 23 años a dar clase hasta que ya di el paso a la política en 2012. Y esto lo concibo como un servicio de reflexión y de responsabilidad temporal dentro de lo que significa esta nueva etapa de la política, que es la de la responsabilidad temporal. Debe acabar el modelo de político eterno que vale para un roto y para un descosido, hay que eliminar la política entendida como una profesión y recuperar la del servicio y la funcionalidad. Mi aspiración personal es jubilarme en un instituto.