Holaluz, los Podemos de la electricidad
¿Te imaginas poder entender por qué te están cobrando en la factura de la luz? ¿Te imaginas tener la seguridad de que no vas a caerte muerto al saber lo que has gastado el último mes? Los tres fundadores de Holaluz.com estaban tan hartos de recibos ininteligibles que hace cuatro años decidieron montar esta comercializadora de electricidad verde, que está revolucionando, con su forma de tratar a los clientes, las relaciones entre suministradores y consumidores.
“A la madre de Ferrán le llegó una factura de la luz de 700 euros. Qué raro, ¡no puede ser!, es lo primero que piensas. Tratas de que tu compañía te explique qué problema ha habido mientras te vas poniendo nervioso porque la única solución que te ofrecen es que pagues, aunque no entiendas la razón. La conclusión es que no hay nadie que te escuche y te trate como lo que eres, un cliente con capacidad de elección”. Carlota Pi, COO y cofundadora de Holaluz.com, recuerda esa factura como el detonante, el clic que les hizo ver la luz.
Al intentar buscar una compañía que les tratara como seres inteligentes y sin prepotencia, se dio cuenta de que no había ninguna. “Existía un feudalismo comercial en el suministro eléctrico. Para empezar, no podías contratar por Internet. Yo había trabajado 10 años en RWE, una eléctrica alemana, y seis en una comercializadora independiente española, que son como Endesas en pequeño. Oriol Vila tenía experiencia en explotación de parques eólicos y Ferrán Nogué es imbatible en gestión de equipos. Queríamos romper los paradigmas entre un cliente y su compañía eléctrica. Atender sólo a clientes domésticos, que representan un 20% de la facturación del sector, y pequeños negocios, pues el mercado de los grandes está liberalizado desde hace años”.
Lo más curioso de Holaluz.com es que sus clientes sacan pecho y presumen de haber dado con una comercializadora que no llama a la puerta para decirles que les ha tocado el gordo porque les van a bajar la luz. O les machaca por teléfono con ofertas que suelen ser una falacia. O les enreda para contratar servicios que ignoran para qué les sirven. “Nos compran sobre todo por tres cosas, porque la gente quiere transparencia y hablar con alguien que le explique cómo obtener el mejor precio y que tenga capacidad de decisión, porque luchamos por la energía verde, y por revolución, porque se han cansado de pagar facturas que no entienden”, analiza Carlota.
La cruzada por potenciar la energía verde comienza con los certificados del regulador, antes CNE y ahora CNMC, y con los acuerdos con productores de energía eléctrica a partir de renovables (fotovoltaicos, hidráulicos, eólicos, biomasa y biogas). Aunque físicamente no se puede garantizar la energía verde, existe un balance global en el que la energía verde empuja a la convencional. Si todos los clientes exigieran energía verde aumentaría enormemente el porcentaje.
CON CONFIANZA
Los 40.000 clientes repartidos por toda España dan fe de que establecer una relación de confianza tiene premio. “Con un cliente doméstico ganamos entre 20 y 40 euros al año. Lo que agraden es saber por lo que pagan, si consideran que están pagando un precio justo y transparente están satisfechos. En un primer momento, cuando contactan con nosotros, ya sea por la web o por teléfono, el precio es importante. Hay gente que se ahorra 200 euros al año pero otros sólo 10 euros. Depende si les cobran por un mantenimiento o una potencia que no necesitan. El ahorro en las PYMES es muy grande, puede llegar hasta el 30%”, puntualiza.
Gracias a la subasta de la luz de la OCU del año pasado, Holaluz se lanzó al estrellato, aunque este año no ha acudido porque los precios eran tan bajos que suponía perder dinero o compensar con otros clientes, una práctica que se niegan en redondo a realizar. “La OCU fue un gran trampolín. Nos dio pena no presentarnos este año pero era inasumible, de hecho ha ganado Iberdrola. Nosotros no tenemos clientes, sino activistas. A todos les damos el mejor trato. Doy clases de mercados energéticos en la universidad de Barcelona y los alumnos que están con nosotros presumen de ser clientes porque considera que ya no son unos pringaos”, dice Pi. Y, ¿cómo agradecer la implicación? “Tenemos un detalle que se llamamos 'amistad infinita', para quienes nos echan una mano recomendándonos a otra gente, a los que damos una cantidad de dinero para siempre”.
MÁS PARIDAD QUE PODEMOS
El equipo de atención al cliente está compuesto por 15 personas que trabajan en su casa y tienen conocimiento y autoridad para solucionar cualquier problema. Hace un año eran 13 personas y ahora ya suman 57. Una plantilla con una media de edad de 28,7 años y 100% titulados, de los que un 53% son mujeres. Algo de lo que no puede presumir ni Podemos, que en su portal de transparencia ha optado por ocultar el nombre de pila –sólo figura la inicial- de sus trabajadores para que no se sepa que la paridad es solo de boquilla.
En Holaluz no dudaron al contratar a la responsable de Big Data embarazada y de montar una nursery en su nueva sede para que no tuviera que separarse de su bebé. Al mediodía hacen un alto para practicar yoga en grupo y desconectar un rato. Lo necesitan, porque para el 2015 se han propuesto duplicar el número de clientes, que crecen a un ritmo de entre 40 y 50 altas al día.
Algo tendrá que ver que fueran los primeros en no tener permanencia ni penalización y que te ayuden a cambiar de compañía si decides que no quieres seguir con ellos.