Decir gracias es bueno para la salud y nos ayuda a dormir mejor

Decir gracias es bueno para la salud y nos ayuda a dormir mejor

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Facebook se ha empeñado en que le demos las gracias a nuestros amigos. Este mes, coincidiendo con la celebración del Thanksgiving (Acción de Gracias) en Estados Unidos, ha puesto a disposición de sus usuarios la herramienta Da las gracias. Esta nueva aplicación permite que cualquiera de sus usuarios pueda mostrar su agradecimiento a sus contactos a través de un vídeo hecho a partir de una serie de fotos comunes, palabras bonitas y música sensiblona.

Hay tres modalidades: el vídeo de viejos amigos, el de amigos y el de familia. Ninguno dura más de 60 segundos, pero la reproducción de cualquiera de ellos supone más tiempo del que se necesita para decir la palabra de siete letras que todos tienen en común y que las prisas y el ritmo de vida actual nos ha hecho olvidar de nuestro vocabulario: GRACIAS.

Si te paras a contar las veces que dices al día esta palabra o haces muestras de agradecimiento, probablemente sean muchas menos de las que deberías. Y no sólo es una cuestión de buena educación. Ni de dar la repuesta de forma automática sin pensar apenas en lo que se está diciendo. Más allá de una muestra de buenos modales, decir gracias (y lo que ello implica) tiene efectos positivos en el individuo y conocerlos puede ser la mejor forma de impulsar el uso de esta palabra. Ya lo decía Cicerón: "La gratitud no es solo la mayor de las virtudes, es la madre de todas las demás".

LAS PERSONAS AGRADECIDAS SON MÁS FELICES

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El filósofo Robert C. Roberts, de la Universidad Baylor, asegura que "las personas agradecidas tienden a estar satisfechas con lo que tienen y por tanto son menos susceptibles a emociones como la decepción, el arrepentimiento y la frustración". Estas personas son felices con pequeñas cosas y en lugar de poner las expectativas muy altas prefieren aprovechar lo que la vida les brinda. Como señala el doctor Robert Emmons, profesor de la Universidad de California y uno de los investigadores más importantes en Psicología Positiva, conocido por libros como Thanks!, la gratitud implica reconocer lo bueno que uno tiene en la vida y por lo que vale la pena vivir.

La Asociación de Psicología Americana defiende esta misma teoría tras comprobar en un estudio hecho en 2012 que los adolescentes que dicen gracias con frecuencia son más felices, son menos propensos a abusar de las drogas y el alcohol y tienden a meterse en menos conflictos en la escuela. Los estudiantes que mejoraron su actitud de agradecimiento, en los cuatros años que duró la investigación, aumentaron su grado de satisfacción con la vida, sus índices de felicidad y su actitud positiva”.

LA PALABRA GRACIAS REDUCE LOS NIVELES ESTRÉS Y AYUDA A DORMIR MEJOR

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Para el doctor Robert Emmons, la gratitud es "un amortiguador del estrés". Este especialista defiende que "la gente agradecida es menos propensa a experimentar envidia, enfado, resentimiento, arrepentimiento y otros estados que producen estrés". Al fin y al cabo ser agradecido es valorar lo que uno tiene y no querer lo de los demás.

La eliminación del estrés conlleva a su vez una mejora del sueño. Según una investigación hecha en 2011, decir gracias puede contribuir a que nuestras horas de sueño sean más reparadoras. Los investigadores descubrieron que las personas que pasaban 15 minutos anotando la lista de cosas por las que estaban agradecidas en un diario antes de acostarse, se dormían más rápido y durante más tiempo.

DAR MUESTRAS DE AGRADECIMIENTO AYUDA A MEJORAR LAS RELACIONES CON LOS DEMÁS

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Robert Emmons apunta que los beneficios sociales son especialmente positivos ya que la gratitud es una emoción social que ayuda al fortalecimiento de las relaciones, "Nos obliga a ver cómo otras personas nos han apoyado", explica.

Para este experto la gratitud es una afirmación de bondad, "que hay algo bueno en el mundo, regalos y beneficios que hemos recibido". Y esto no quiere decir que todo sea bondad en la vida, pero sí que las personas que dicen gracias saben valorar lo positivo. "La segunda parte de la gratitud es averiguar de dónde viene la bondad. Reconocemos que las fuentes de esa bondad están fuera de nosotros", señala el especialista.

De esta forma, al dar las gracias reconocemos el esfuerzo que otros han hecho por nosotros y ponemos en valor (dándole importancia) la acción que hayan hecho. Probablemente no fuese una obligación y han invertido un tiempo y un esfuerzo en prestarnos esa ayuda. "Al manifestar agradecimiento nos centramos en las cosas buenas que han hecho por nosotros. Esto hace que veamos a nuestros semejantes desde una perspectiva positiva", asegura el investigador Nathaniel Lambert, de la Universidad Estatal de Florida en Tallahassee (Estados Unidos) en un estudio publicado en la revista Psicology Sciencie.

UNA PERSONA AGRADECIDA ES UNA PERSONA GENEROSA

La teoría del especialista en psicología positiva, Robert Emmons, se basa en la idea de que "mostrar afabilidad une a las personas en redes de obligaciones recíprocas y es una forma sencilla de fortalecer las relaciones que, a menudo, se pasan por alto". En esta línea se manifiestan las antropólogas Kristin E. Bonnie y Frans de Waal, quienes defienden que expresar agradecimiento requiere un compromiso mutuo entre "dar y tomar" así como la habilidad de ser altruista en este esfuerzo recíproco. Cuando das las gracias pones en valor lo que alguien ha hecho por ti y comprendes que tú también puedes llegar a hacer algo por esa persona.

SER AGRADECIDO ES UNA SEÑAL DE BUENA SALUD

Aunque a priori parece que son dos conceptos que no tiene relación, una persona que cultiva las emociones positivas como son la apreciación y la gratitud tiene un mejor funcionamiento del ritmo cardíaco y una disminución de la presión arterial, como demostró el estudio titulado El corazón agradecido realizado los los doctores Rollin McCraty y Doc Childre, del Instituto HeartMath.

Los que sí están relacionados son el agradecimiento y el optimismo, que a su vez sí está vinculado con un mejor funcionamiento del sistema inmunológico. Una investigación publicada en 2010 en la revista Psychological Science descubrió que los estudiantes optimistas tienen mejor estimulación inmune que los que pesimistas.