Sarkozy, elegido nuevo líder de la derecha francesa
El expresidente francés Nicolas Sarkozy fue elegido este sábado presidente de su partido, la UMP, de centro derecha, con el apoyo del 64,5% de los afiliados que participaron en la una votación.
Este es un paso crucial para que Sarkozy vuelva al Elíseo y ahora tiene por delante el reto de superar a la izquierda, ahora en el poder, y lidiar con el ascenso del ultraderechista Frente Nacional (FN).
Pero paso a paso. Una vez instalado en la presidencia de la UMP, el primer reto de Sarkozy será triunfar en 2016 en las primarias para las presidenciales que tanto el partido como él mismo han prometido organizar de forma abierta.
Unas primarias que tendrá que disputar con otros pesos pesados de la formación conservadora que ya han mostrado sus ambiciones, en particular los antiguos primeros ministros Alain Juppé y François Fillon.
Juppé, en una primera reacción a los resultados, dijo que lo que espera ahora de Sarkozy es "que una" y también que calme la situación: "A él le corresponde tomar la iniciativa".
MÁS DEL 50% DE LOS APOYOS
El triunfo de Sarkozy, al superar ampliamente el 50% de los sufragios, le permite evitar una segunda vuelta la semana próxima, pero queda muy por debajo de una cifra apabullante con la que esperaba iniciar una nueva fase sin contestación interna.
Tras Sarkozy, quedó Bruno Le Maire, ministro durante la presidencia de aquel (2007-2012), que consiguió un 29,18% de los sufragios de los militantes de la Unión por un Movimiento Popular (UMP). En tercer lugar se situó el también exministro Hervé Mariton, con un 6,32%.
La participación final en esta votación, que se desarrolló mayoritariamente por internet, fue del 58,1% entre los 268.341 militantes que estaban registrados.
El secretario general de la UMP, Luc Chatel, subrayó que con esta jornada "se abre una nueva era para nuestra familia política", que ha vivido "un proceso electoral totalmente transparente"
En 2004, Sarkozy fue elegido presidente de la UMP con un 85 por ciento de los votos en lo que supuso el preámbulo de su victoria en las elecciones presidenciales que le llevaron a ocupar el Palacio del Elíseo entre 2007 y 2012, cuando fue desalojado por el actual presidente, el socialista François Hollande.