El primer ministro portugués, sobre la detención de Sócrates: "Todos no somos iguales"
El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, reconoció este domingo que la detención de su antecesor, el socialista José Sócrates, por un caso de corrupción "no es trivial", pero no quiso comentarla alegando que se trata de un asunto que "compete a la justicia".
"Es todo menos trivial", declaró a los medios el jefe del Ejecutivo antes de incidir que está en manos de la justicia y hay que esperar a conocer sus decisiones y explicaciones en torno a lo ocurrido.
"No quiero comentar esta materia", pero sí destacar que "lo importante es que los portugueses sepan que el país tiene instituciones fuertes", que están funcionando, apuntó el líder conservador.
Pese a ello, en otro acto de partido en la localidad de Guarda (centro del país), el primer ministro hizo una alusión indirecta al caso, aunque sin citarlo en ningún momento, al afirmar: "No todos somos iguales".
"Los sueños y los objetivos en política se alcanzan con esfuerzo y lo que no se puede hacer es dar marcha atrás ante la primera dificultad", dijo. En el momento en que eso ocurra, los portugueses tendrán razón para "pensar que todos somos iguales", agregó.
"Hoy creo que vale la pena decir que no todos somos iguales" y que se ha trabajado mucho por lograr "esa diferencia", incidió Passos Coelho.
"NO SOY COMENTARISTA"
Por lo demás Passos Coelho insistió en que "no sería bueno en estos momentos interferir en el trabajo de la justicia": "No soy comentarista, soy primer ministro y, como tal, me compete asegurar que todas las instituciones funcionan y esperar con serenidad a conocer los resultados de este proceso".
El primer ministro no mencionó en ningún momento a José Sócrates, quien se encuentra, por segundo día consecutivo, en el Campus de la Justicia de Lisboa, en calidad de detenido como sospechoso de fraude fiscal, blanqueo de capitales y corrupción.
En esta misma causa, además, fueron arrestados también el empresario y amigo personal de Sócrates Carlos Santos Silva, el abogado Gonçalo Trindade Ferreira y João Perna, chófer del ex primer ministro.