Coge el petate y unos pocos euros... ¡nos vamos de ruta europea!
Es recomendable, aunque sea una vez en la vida, hacer un viaje largo. La experiencia es completamente diferente a una escapada de unos pocos días, aunque no es fácil para nuestros bolsillos. Pero para eso está Planeta LowCost, para darte unos pequeños trucos y que el dinero no sea el motivo de que no vivas esta experiencia.
Si la intención del viaje es conocer muchas ciudades y países nuevos, el transporte será el peor enemigo para tu economía. Antes de lanzarte a la aventura, contempla otras formas de moverte como el InterRail. Saca de tu cabeza eso de que si no lo has hecho de joven ya no estás para esos trotes. Es una forma de conocer Europa realmente barata, sobre todo si aprovechas el tren para dormir y te ahorras el alojamiento. Pero sigue siendo una buena opción aunque sea sólo como transporte, buscando alojamientos baratos como B&B, hostales o incluso Airbnb. Otra modalidad muy parecida es Rail Europe: puedes ser espontáneo o ir con el viaje planeado sabiendo cuánto te va a costar.
El autobús es también una buena manera (aunque un poco más incómoda) para conocer Europa con poco dinero. Una de las alternativas favoritas de los mochileros es el Busabout: puedes subir o bajar cuándo y dónde quieras, comprando tickets por días y por paradas. Una de las pegas de este sistema de transporte es que tiene una ruta definida y más estricta que la de los trenes, así que si quieres conocer un pueblo que se salga de la ruta es un gasto adicional. Y, aunque cada ciudad tiene sus propios autobuses, para viajar entre países existe Eurolines.
Pero si hay un método barato de viajar por Europa es no pagar por el transporte. ¿Y cómo se consigue esto? Haciendo autoestop. Este método de viaje está hecho sólo para los más valientes porque no hay horarios fijos ni destinos cerrados y no sabes si te vas a encontrar con un charlatán imparable o con personas de mirada extraña. Y para el alojamiento, qué mejor que hacer couchsurfing, intercambio de casa o ir con la tienda de campaña a cuestas. Cuidado con lo de acampar al aire libre, infórmate antes de si es legal, pero siempre hay campings municipales. También puedes probar el gamping, alquilar un trozo de parcela privada para acampar.
Y para el día a día también te damos unos truquitos. Aunque parezcan poca cosa, con el paso de los días los agradecerás... ¡al menos tu bolsillo!
- Siempre que puedas, haz picnic. Es más barato comprar en el supermercado una barra de pan y unos ricos embutidos y sentarse a comer en el césped de un parque que ir a un restaurante donde sólo por ponerte el pan y el cubierto te cobrarán más.
- ¿Que no te gusta eso de sentarte por ahí? No pasa nada. Huye de los lugares turísticos, busca los restaurantes donde veas a más clientes locales porque, por lo general, serán de calidad y estarán bien de precio. También está la opción del take away sin necesidad de sentarse en el suelo. ¿Un trozo de pizza mientras paseas? ¿O un Wok to Walk?
- Bebe menos alcohol. Sí, sabemos que este truco no te hará mucha gracia pero cinco euros por una cerveza (si sólo es una) puede ser un precio razonable en muchas ciudades europeas. El agua es un producto muy baratito, sobre todo si se puede beber del grifo y rellenar tu botella las veces que quieras o pedir jarras en los restaurantes.