Camarena hace historia en el Teatro Real: "Este abrazo hace que el sacrificio haya valido la pena" (VÍDEO)

Camarena hace historia en el Teatro Real: "Este abrazo hace que el sacrificio haya valido la pena" (VÍDEO)

La cara del tenor Javier Camarena (Xalapa, México, 1978) lo dice todo. Noventa segundos de delirio. De jóvenes, pero sobre todo maduros señores y señoras con las manos enrojecidas que aplauden estruendosamente y gritan "bis", "bravo" o cualquier otra cosa. Su fuerte respiración se ve a través del traje de militar francés. El sudor se le acumula en su cara maquillada.

Él sonríe. A veces mira al infinito y otras no puede evitar soltar una carcajada.

Es consciente de que ha hecho historia ante el exigente público del Teatro Real. Desde 1997, cuando reabrió el coliseo madrileño, sólo una persona había logrado hacer un bis. Fue el barítono Leo Nucci, en 2009 con La vendetta, de la ópera Rigoletto, de Verdi.

El dominio técnico de Camarena y su excepcional registro le han valido el máximo honor que puede recibir un cantante de ópera. La fille du Regiment (La hija del regimiento), de Gaetano Donizetti, contiene el aria "Ah, mes amis", en la que Camarena debe cantar nueve dos de pecho, un sobreagudo a plena voz que no está al alcance de todos (en el vídeo puede verse a partir del minuto 2:45).

Viéndolo, cualquiera diría que al tenor mexicano le resulta tan sencillo como pedir un café o saludar a un vecino en el ascensor. Tan difícil y a la vez tan natural.

Unas horas antes del hito, el cantante hablaba con El Huffington Post:

-¿Qué es para usted el éxito?

[Toma aire, piensa durante unos segundos] Ir cosechando lo que se ha venido sembrando desde hace 20 años, que es cuando empecé a estudiar formalmente. No ha sido fácil. Ha requerido mucho esfuerzo, mucha disciplina y situaciones difíciles. Pero ha sido un camino muy hermoso. Afrontar sacrificios, con todo lo que hayan podido doler, para después ver este abrazo, este reconocimiento, me hace pensar que todo ha valido mucho la pena. Me siento muy agradecido a toda la gente que tiene esta reacción. En Madrid, el comentario general es que el público es muy difícil de satisfacer, más en la cuerda de los tenores. Este cariño es una gran recompensa.

-¿Cómo se prepara?

Vale la pena partir desde el principio. El estudio es muy exigente. Tan solo la carrera de música, la más corta, puede durar 8, 10 o 12 años. No son carreras cortas, son caras, tienes que invertir mucho, también en disposición y disciplina. A mí me decían, "agarra una guitarra, ponte a cantar. ¿Para qué quieres ir a una escuela?." No se trata sólo de tener talento natural sino que hay que desarrollarlo. Emplearse a fondo en el repertorio, pero también solfeo, armonía, Historia de la música. Y es una carrera en la que jamás terminas de estudiar, en la que cada compositor tiene su estilo, en la que te puedes especializar. Una ópera dura como mínimo dos horas. En algunas, estarás cantando prácticamente todo el tiempo. La preparación es constante. Lo que se ve es la punta del iceberg. E incluso eso te lleva un mes o mes y medio.

-¿Es difícil el papel de Tonio en La hija del regimiento?

La parte musical es muy demandante. Te exige un dominio técnico vocal, una solidez en el registro agudo, principalmente para los dos roles protagonistas (Marie y Tonio). No te exige el virtuosismo, como puede ser el repertorio de Rossini, pero el dominio de los agudos hace de ellos roles retadores.

El 7 de noviembre de 2014 es ya una fecha importante para el Teatro Real, pero 2014 está siendo un año espléndido para Camarena, que logró un bis en la MET de Nueva York con La Cenerentola, de Rossini. En esa catedral de la ópera sólo dos tenores, los monstruos Pavarotti y Juan Diego Flórez, habían logrado la hazaña antes.

EL PÚBLICO SE ORGANIZA CON OCTAVILLAS

Que Camarena gusta al público español se ha visto desde el estreno, pero en la función del viernes había cierta logística adicional.

Sara Villalba tiene 27 años, es licenciada en Historia y Ciencias de la Música y ayer se pasó horas haciendo y repartiendo octavillas con la ayuda de su novio. El texto, todo en letras mayúsculas, era este:

"Animemos a Javier Camarena para que haga bis esta noche. Gritemos todos juntos: ¡¡¡¡¡BIS!!!!!".

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"Salí de trabajar del centro comercial a las 14 y me fui al Teatro Real a conseguir una entrada", relata a El HuffPost. Había visto al tenor en el papel de Tonio en la segunda función, ya que Sara lleva siete años abonada al teatro. Este viernes, regresó a hacer cola de localidades de último minuto, muy rebajadas para los espectadores jóvenes. Objetivo: lograr el bis del mexicano.

"Compré una entrada para la fila 9, en la izquierda, donde Camarena canta su aria. Cuando terminó "Ah, mes amis", comencé a gritar con todas mis fuerzas, aún con miedo por si a alguien no le parecía bien. Lloré mucho, fue muy emocionante", relata. "Luego fui a su camerino. Me estaba esperando y lo vi muy humilde. En esto, los más humildes son los más grandes", razona.

Sara estudia además canto y reivindica el esfuerzo que requiere "memorizar todo, cantar en cuatro idiomas, la dicción, saber actuar, sobrepasar a la orquesta, cantar sin micrófonos".

(Sigue leyendo tras la foto, con Aleksandra Kurzak en el papel de Marie):

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UNA OBRA-CARAMELO

La hija del regimiento es una obra ligera en el argumento, cómica hasta la carcajada. Una historia de azares amorosos muy sensual y agradecida que en este montaje cuenta con la dirección musical de Bruno Campanella y el elegantísimo montaje de Laurent Pelly, inspirado en la Primera Guerra Mundial. En las antípodas de Wagner, Donizetti es la espuma del champagne, con la que muchos disfrutan. También Camarena:

-¿En qué tipo de óperas se siente más cómodo?

En estos 10 años he estado haciendo mucho el repertorio que menciona, con mucha espumita [ríe]. Rossini, ópera bufa, la parte cómica de Donizetti. Hoy por hoy estoy muy cómodo en este repertorio, pero sí hay posibilidades de abarcar un repertorio un poco más serio, aún estacionado en el bel canto. Maria Estuarda, que haré en el Liceu de Barcelona, Rigoletto, Lucia di Lammermoor. Es hacia donde quiero ir moviendo mi carrera en los próximos años.

Camarena vive en Zurich (Suiza), pero siempre tiene un ojo en su México natal. Reconoce que la difícil situación que atraviesa su país "duele, y duele mucho", pero cree estar haciendo lo que puede por aportar un poco de luz a su tierra. "Hoy por hoy, mi quehacer artístico funciona como un aliciente para otras personas. Me dicen: “Es bueno encontrar estas noticias en medio de tantas malas que nos toca vivir”. Es la parte que me toca y que puedo yo hacer por mi país. Dar lo mejor de mí y ser un estandarte, una bandera de esperanza y de que sí se puede luchar por lo que quieres".