Camarena hace historia en el Teatro Real: "Este abrazo hace que el sacrificio haya valido la pena" (VÍDEO)
La cara del tenor Javier Camarena (Xalapa, México, 1978) lo dice todo. Noventa segundos de delirio. De jóvenes, pero sobre todo maduros señores y señoras con las manos enrojecidas que aplauden estruendosamente y gritan "bis", "bravo" o cualquier otra cosa. Su fuerte respiración se ve a través del traje de militar francés. El sudor se le acumula en su cara maquillada.
Él sonríe. A veces mira al infinito y otras no puede evitar soltar una carcajada.
Es consciente de que ha hecho historia ante el exigente público del Teatro Real. Desde 1997, cuando reabrió el coliseo madrileño, sólo una persona había logrado hacer un bis. Fue el barítono Leo Nucci, en 2009 con La vendetta, de la ópera Rigoletto, de Verdi.
El dominio técnico de Camarena y su excepcional registro le han valido el máximo honor que puede recibir un cantante de ópera. La fille du Regiment (La hija del regimiento), de Gaetano Donizetti, contiene el aria "Ah, mes amis", en la que Camarena debe cantar nueve dos de pecho, un sobreagudo a plena voz que no está al alcance de todos (en el vídeo puede verse a partir del minuto 2:45).
Viéndolo, cualquiera diría que al tenor mexicano le resulta tan sencillo como pedir un café o saludar a un vecino en el ascensor. Tan difícil y a la vez tan natural.
Unas horas antes del hito, el cantante hablaba con El Huffington Post:
El 7 de noviembre de 2014 es ya una fecha importante para el Teatro Real, pero 2014 está siendo un año espléndido para Camarena, que logró un bis en la MET de Nueva York con La Cenerentola, de Rossini. En esa catedral de la ópera sólo dos tenores, los monstruos Pavarotti y Juan Diego Flórez, habían logrado la hazaña antes.
EL PÚBLICO SE ORGANIZA CON OCTAVILLAS
Que Camarena gusta al público español se ha visto desde el estreno, pero en la función del viernes había cierta logística adicional.
Sara Villalba tiene 27 años, es licenciada en Historia y Ciencias de la Música y ayer se pasó horas haciendo y repartiendo octavillas con la ayuda de su novio. El texto, todo en letras mayúsculas, era este:
"Salí de trabajar del centro comercial a las 14 y me fui al Teatro Real a conseguir una entrada", relata a El HuffPost. Había visto al tenor en el papel de Tonio en la segunda función, ya que Sara lleva siete años abonada al teatro. Este viernes, regresó a hacer cola de localidades de último minuto, muy rebajadas para los espectadores jóvenes. Objetivo: lograr el bis del mexicano.
"Compré una entrada para la fila 9, en la izquierda, donde Camarena canta su aria. Cuando terminó "Ah, mes amis", comencé a gritar con todas mis fuerzas, aún con miedo por si a alguien no le parecía bien. Lloré mucho, fue muy emocionante", relata. "Luego fui a su camerino. Me estaba esperando y lo vi muy humilde. En esto, los más humildes son los más grandes", razona.
Sara estudia además canto y reivindica el esfuerzo que requiere "memorizar todo, cantar en cuatro idiomas, la dicción, saber actuar, sobrepasar a la orquesta, cantar sin micrófonos".
(Sigue leyendo tras la foto, con Aleksandra Kurzak en el papel de Marie):
UNA OBRA-CARAMELO
La hija del regimiento es una obra ligera en el argumento, cómica hasta la carcajada. Una historia de azares amorosos muy sensual y agradecida que en este montaje cuenta con la dirección musical de Bruno Campanella y el elegantísimo montaje de Laurent Pelly, inspirado en la Primera Guerra Mundial. En las antípodas de Wagner, Donizetti es la espuma del champagne, con la que muchos disfrutan. También Camarena:
Camarena vive en Zurich (Suiza), pero siempre tiene un ojo en su México natal. Reconoce que la difícil situación que atraviesa su país "duele, y duele mucho", pero cree estar haciendo lo que puede por aportar un poco de luz a su tierra. "Hoy por hoy, mi quehacer artístico funciona como un aliciente para otras personas. Me dicen: “Es bueno encontrar estas noticias en medio de tantas malas que nos toca vivir”. Es la parte que me toca y que puedo yo hacer por mi país. Dar lo mejor de mí y ser un estandarte, una bandera de esperanza y de que sí se puede luchar por lo que quieres".