Teresa Romero sale del hospital: "Soy un milagro", dice emocionada y agradecida

Teresa Romero sale del hospital: "Soy un milagro", dice emocionada y agradecida

Teresa Romero ha salido del hospital este miércoles después de casi un mes en el que ha luchado y se ha curado del ébola. "Tenemos la mejor Sanidad del mundo" -pese a la "nefasta dirección política"-, capaz de "obrar milagros" como su recuperación, ha señalado.

Emocionada y agradecida, se ha escuchado su voz por primera vez. Antes de irse del hospital ha dado una rueda de prensa en la que ha reconocido que aún está "débil" y necesita "tranquilidad". "Llega el tiempo de descansar", ha dicho, y ha pedido a los medios de comunicación que la dejen recuperarse. Todavía no podrá hacerlo en su casa, que está en proceso de limpieza hasta el 11 de noviembre.

Romero también ha aprovechado su comparecencia para darle las gracias a quienes le han cuidado en el Carlos III, a su familia, a sus vecinos, y a la hermana Paciencia Melgar que donó su sangre con anticuerpos, a la que le ha dicho que está deseando darle un abrazo.

Ya recuperada, espera que su contagio sirva para "algo", para que se estudie mejor la enfermedad y se encuentre una vacuna. También se ha ofrecido a donar su sangre, aunque los doctores han dicho esta mañana que antes deberá recuperarse. "Si mi sangre sirve para curar a otras personas, aquí estoy hasta quedarme seca", ha prometido.

SIN RENCOR

La auxiliar de enfermería, que fue la primera infectada de ébola fuera de África, ha señalado que no sabe lo que falló para que se contagiara con el virus, que ni siquiera sabe si realmente hubo fallos pero que, no obstante, no guarda "rencor".

"No sé lo que falló, ni siquiera sé si fallo algo... sólo sé que no guardo rencor ni reproches", ha señalado Teresa Romero en una breve comparecencia ante los medios de comunicación, donde se ha mostrado visiblemente emocionada y respaldada con continuos aplausos.

"Me ofrecí voluntaria aún a riesgo de perder mi vida, pero creo sinceramente que no ha sido en vano", ha dicho Romero, que se ha despedido emocionada con un "de verdad, a todos gracias, de todo corazón". Como ha indicado a los medios presentes, a partir de ahora serán sus abogados quienes hablen en su nombre.

EMOCIÓN POR EXCÁLIBUR

Lo que no ha podido hacer la paciente ya recuperada, sin embargo, es hablar sobre su perro Excálibur. La emoción no le dejaba y ha sido su marido, Javier Limón, quien ha tomado la palabra para recordar a su mascota, como ya dijo él cuando le dieron el alta el 27 de octubre: "Nuestro querido perro Excálibur, al que considerábamos personalmente como el hijo que nunca tuvimos. Los que tienen mascotas me entenderán".

"Excalibur fue ejecutado sin darnos si siquiera la oportunidad de alegar", ha subrayado Limón, quien ha lamentado que se haya perdido la oportunidad científica de ver el desarrollo de la enfermedad en los animales y verificar si éstos son capaces o no de transmitirla. El marido de Romero ha resaltado que ni siquiera se comprobó que Excalibur estuviera afectado antes de decidir sacrificarlo.

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