Recortes en Educación Compensatoria: Adiós a la igualdad de oportunidades desde la escuela
El sistema educativo española tenía una partida presupuestaria que se dedicaba a que los más débiles, aquellos niños que habían nacido en un contexto socioeconómico difícil, tuviesen las mismas oportunidades que el resto de sus compañeros. Si habían llegado desde otros países, se les daban clases de español y de refuerzo para ponerse al día. Si eran gitanos, se intentaba que no dejasen la escuela antes de tiempo. Si tenían problemas en casa y nadie que les ayudase a hacer los deberes, en el cole había un profe pendiente de que no se quedasen atrás.
Hasta que el Gobierno decidió que ese apoyo, que se llamaba Educación Compensatoria, debía recortarse en un 90% hasta casi desaparecer en los Presupuestos Generales del Estado. Donde en 2014 se dedicaban 53,65 millones de euros para profesores de apoyo, orientadores y materiales, en 2015 se propuso invertir 5,24 millones.
En la Fundación Secretariado Gitano están "muy preocupados y muy frustrados". Como explica a El HuffPost su director, Isidoro Rodríguez, "no invertir hoy en educación con los grupos desfavorecidos es condenar a las próximas generaciones a mantenerse en el ámbito de la pobreza severa y de la exclusión social". Se refiere no solo a los niños y niñas gitanas, sino a todos y todas aquellas que parten de una situación difícil.
Comparte la desazón Adrián Vivas, presidente del sector de Enseñanza del sindicato CSIF, que considera este recorte como "un ataque a los alumnos con desventaja social". La educación pública es un derecho de todos los ciudadanos, por eso la compensatoria trata de que "cada uno con sus capacidades y su situación de procedencia, en el sentido económico y social, pueda llegar a un mínimo que le de una cierta garantía para enfrentarse al mundo laboral".
Ahora lo tendrán más difícil. Si un alumno tiene dificultades en el aprendizaje y su familia puede permitirse ayudarle en los deberes o contratar un profesor particular, tendrá opciones de conseguir el título de la ESO. Si no es el caso -y con la crisis cada vez es menos el caso para muchas familias-, "si la enseñanza pública le da la espalda, ese alumnado está abocado al fracaso", dice Vivas.
RECORTE SOBRE RECORTE
En los cuatro años de legislatura del Partido Popular la Educación Compensatoria ha perdido un 92,52% de presupuesto. Ya en 2013 desapareció el PROA (Programas de apoyo y esfuerzo en centros de Primaria y Secundaria), que permitía que los niños que iban peor contasen con clases de refuerzo en horario extraescolar.
El mismo año se eliminó también el Plan de disminución de abandono escolar temprano. "Es un drama para toda la sociedad y para la comunidad gitana [donde hay un 64% de abandono escolar, mientras la media española es de 22,7 %], porque al final siempre va a haber una brecha de desigualdad. Es un círculo vicioso", lamenta Isidoro Rodríguez.
A la secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, le exigieron explicaciones en el Congreso por la práctica desaparición de la Compensatoria. El Ministerio de Educación, que remite a aquella comparecencia y al Libro Amarillo de los Presupuestos Generales del Estado de 2015, afirma que los millones que ya no aparecen directamente en esta partida siguen estando ahí, pero se encuentran en forma de préstamos a las Comunidades Autónomas y dentro de otro programa, el 322.B de Educación Secundaria, Formación Profesional y Escuelas de Idiomas -que sube efectivamente de 101 a 237 millones-.
No tan rápido, avisan los expertos. La subida en ese programa se debe a la inversión necesaria para implantar nuevos programas previstos en la LOMCE, un proceso al que se han asignado 142,63 millones en créditos.
"Que no enmascaren nada. Porque cuando se refieren a la Educación Secundaria e incluso a la Formación Profesional (FP) básica, hablan de unos niveles a los que lamentablemente, con este despropósito que ha habido hacia la Compensatoria, algunos ni siquiera llegarán", advierte Vivas. Coincide Carlos López, secretario general de la Federación de Enseñanza del sindicato UGT, que ha realizado un minucioso análisis de los últimos presupuestos en Educación y reivindica la compensatoria en todos los ciclos de la educación obligatoria, incluyendo la Primaria.
"Después, ahí [en el programa 322.B] queda muy diludia la situación porque donde se produce un aumento es en la FP básica, que es de nueva implantacion y por tanto tienen que invertir para ponerla en marcha", aclara, "pero la filosofía del programa de Compensatoria no es esa". Como explica, esta nueva FP sustituye a lo que antes se denominaban Programas de Cualificación Profesional, que dotaban a los alumnos de una mínima cualificación, pero pretendían sobre todo que los adolescentes se reinsertaran en el sistema educativo -un 20-22% lograba con éxito obtener el título de la ESO-.
Ahora, denuncia, "es un compartimento para tener ahí a los alumnos y que no molesten". En 4º de ESO los niños con 15 años no cuentan con ningún tipo de apoyo y deben elegir ya, sin posibilidad de retorno, si su futuro pasará por el bachillerato o la FP básica, que López insiste, es "una especie de apartadero de los alumnos a la que los padres se resisten".
SE DEJA A LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS SOLAS
Que las competencias en Educación las tengan las Comunidades Autónomas -el Estado solo las tiene en Ceuta, Melilla y el exterior- puede hacer pensar que el impacto del recorte solo se verá en estas ciudades autónomas. López explica que no es así. Si en 2014 las autonomías contaban con una aportación directa del Gobierno Central para establecer convenios de cofinanciación en los que el Estado aportaba 53,65 millones de euros, en 2015 tendrán que compensar ellas solas el recorte de 48,41 millones de euros. Dependerá de las prioridades políticas de cada una. Entre las del Estado, denuncian Vivas y López a la vista de los recortes continuados, no está la Educación ni la igualdad de oportunidades. "Parece que buscamos la excelencia exclusivamente de la educación para esos alumnos excelentes, pero para los que tienen necesidad, se están mermando los recursos", dice López.
Con esos casi 50 millones de euros -equivalente a lo que costó traer al papa a Madrid en 2011, por ejemplo, y una minucia comparado con, por ejemplo, estos aeropuertos sin aviones-, más la financiación autonómica, se pagaba el sueldo en toda España de profesores de apoyo que ahora ven su puesto peligrar. Su trabajo consiste en que el origen de un niño no determine sus posibilidades futuras. Además de dar clases, también ayudan a las familias que no tienen acceso a internet o son analfabetas digitales a solicitar las becas -otra historia de recortes-, coordinan las actividades del centro con los servicios sociales, vigilan el absentismo y hacen de mediadores entre las familias y el profesorado, entre otras funciones.
"Hemos abandonado el ideal de que de la pobreza se puede salir", concluye Isidoro Rodríguez. Para conseguirlo, dice por su experiencia en la Fundación, hay que invertir en educación y en formación para el empleo.