Givenchy en el Thyssen: y la moda entró en el museo (FOTOS)
"Pasear por lo bello". Así define Eloy Martínez de la Pera, comisario de la exposición de Hubert de Givenchy en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, que repasa las más de cuatro décadas de carrera profesional del que ha sido denominado por muchos "el último maestro de la Alta Costura".
La muestra sobre el maestro de la moda, que estuvo en activo entre 1952 y 1996, repasa la obra del creador a través de 91 vestidos icónicos y 17 pinturas que buscan dialogar con sus creaciones. Para la baronesa Thyssen, presente en la rueda de prensa de inauguración de la exhibición, es un "orgullo" contar con las obras de Givenchy y con su propia presencia. "Él siempre ha adornado muy bien a la mujer, la ha sabido comprender", ha recalcado la viuda del barón. La exposición podrá verse en el Museo Thyssen desde el 22 de octubre de 2014 al 18 de enero de 2015.
Los vestidos de novia del diseñador, en la exposición del Thyssen.
Para Guillermo Solana, director artístico del museo, la muestra de Givenchy en el Thyssen supone dos noticias. "La primera, más pequeña, que el Thyssen por fin acoge una exposición sobre moda", explica. "Llevábamos tiempo pensando y debatiendo la idea. La novedad no es que la moda entre en los museos, porque está en ellos desde el siglo XIX, sino que salga de museos de un cierto gueto, de un costume institute [institutos de la moda] o un museo de artes decorativas, y se combine con las bellas artes. Esto no hubiera sido posible hace cuatro o cinco décadas". Solana pasa a explicar cuál es, entonces, la noticia "grande". "Tener una retrospectiva de lo más grandes maestros absolutos de la alta costura mundial", se enorgullece. "Desde el punto de vista del visitante o admirador pero no conocedor, creo que la muestra representa variedad y una imponente belleza. No es simplemente cosas bonitas (aunque son muy bonitas), es un asunto de la cultura". Para el director, "la moda es la expresión del espíritu de una época: no solo refleja pasivamente lo que fueron los 60 o los 80, si no que contribuye a configurarlos, a hacer que sean lo que son".
A sus 87 años, Givenchy ha estado absolutamente implicado en el montaje y la toma de decisiones de la exhibición: "Tener al creador al frente de ella es un privilegio y un riesgo", ha bromeado Solana en presencia del creador, cuyas intervenciones han sido muy aplaudidas por los presentes. Givenchy ha confesado que dudó en aceptar la propuesta por su avanzada edad y al final se decantó "no solo por mí, sino por las costureras que trabajaron conmigo y por mis clientas".
De izquierda a derecha Eloy Martínez de la Pera, comisario de la muestra; Hubert de Givenchy; la baronesa Thyssen; y el director artístico del museo, Guillermo Solana.
Dos nombres han estado muy presentes en las intervenciones de Givenchy, que ha explicado que la Alta Costura "tuvo su momento, pero ha llegado a su fin": los del modisto Cristóbal Balenciaga, uno de sus principales maestros, y el de su musa, amiga y modelo, la actriz Audrey Hepburn. El francés aseguró que "Yves Saint Laurent acabó la era de la alta costura, la moda era él, era Balenciaga o era Madame Grés". De Balenciaga aseguró que fue su obra lo que le inspiró y le motivó a hacerse modisto, mientras que de Hepburn ha confesado que "sigue estando muy presente para mí".
De hecho, una de las piezas más destacadas de la colección es el icónico vestido negro largo que la actriz lució en Desayuno con diamantes. También se pueden ver otros vestidos como el que llevó Wallis Simpson, la duquesa de Windsor, durante el duelo por su esposo; el vestido y el abrigo rosa pálido que el diseñador confeccionó para el viaje a Francia de los Kennedy y que lució Jackie para una velada en Versalles; o un vestido regalado a Carolina de Mónaco cuando cumplió cinco años.