La paz inalcanzable: Israel multiplica las "detenciones administrativas" en Cisjordania
¿Negociaciones para la paz, pero de qué vamos a hablar? declaraba indignada Hanan Ashrawi, veterana dirigente palestina al Huffington Post, en su despacho de Ramallah.” El Muro, los asentamientos israelíes dentro de Cisjordania, el control de las fronteras, el agua y la vigilancia absoluta de la vida de cualquier palestino empeoran la situación.
“Israel no tiene ninguna intención de buscar una solución. La agresión es diaria. Los bombardeos de Gaza han sido espectaculares pero al mismo tiempo aquí en Cisjordania se seguían demoliendo casas, ha habido muertes, detenciones. Quieren acabar con el pueblo Palestino”, añade Hanan Ashrawi, ex Ministra, protagonista de numerosas negociaciones de paz y peso pesado de la OLP.
Los datos acompañan las declaraciones de Hanan. Mientras las televisiones del mundo enfocaban Gaza, en Cisjordania, se llevaron a cabo 1.573 incursiones militares, se demolieron 50 viviendas desplazando a 112 palestinos incluidos 66 niños, se construyeron seis mil asentamientos, se asesinaron a 32 personas y se detuvieron a 1.753 palestinos utilizando mayoritariamente la fórmula de “detención administrativa”.
De éstos, 35 eran parlamentarios, entre ellas a la diputada Khalida Jarrar. Al comenzar la tregua siguieron las detenciones. En estos momentos van por 127.
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Khalida Jarrar
En la madrugada del 20 de agosto, 50 soldados del Ejercito Israelí se presentaron en casa de Khalida aporreando la puerta con una “detención administrativa”, que significa que es detenida por razones de seguridad, que no puede defenderse ni saber de qué cargos se le acusan y son juzgados por tribunales militares. La obligaban a llevarla desterrada a la ciudad de Jericó pero ella huyó y se refugió en el Parlamento Palestino de la ciudad de Ramalah, la capital, donde estuvo encerrada hasta horas antes de recibir a estas periodistas.
Khalida como casi todos los palestinos que viven en Cisjordania no pueden viajar ni a Gaza, ni a Jerusalén ( a excepción de los que tienen un permiso de trabajo difícil de conseguir) ni a otro lugar del mundo. Por razones de salud Khalida pidió permiso para visitar a un médico en Jornania.
Tras una larga espera se lo concedieron, viajo cien kilómetros, visitó el médico y rápidamente tuvo que volver a su ciudad de Ramalah. Para la segunda consulta ya no obtuvo el permiso de salida.
Su vida como la del resto de palestinos de Cisjordania transcurre detrás del Muro.
POR LAS TARDES PROTESTAS, HUMOS Y DISPAROS.
Nasser, taxista de profesión y con apenas 23 años nunca ha podido cruzar el Muro. Todo lo que conoce del exterior es lo que puede observar a través de las rendijas del Muro, como se puede ver en esta foto.
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Esa inmensa pared de casi 700 kilómetros, rematada con alambres y pinchos. En el momento en que fue tomada esa foto una gran multitud de jóvenes y niños se manifestaban tirando piedras contra el Muro pidiendo libertad. Eso suele ocurrir todas las tardes.
Rápidamente el Ejército israelí desde las torretas colocadas estratégicamente comenzaba a disparar bolas de goma y gases.
Jonhy es un hombre de unos 45 años que en el año 63 decidió construir una casa en Belén para su familia. En el año 2003 le construyeron el Muro que rodea por todas partes su domicilio excepto por una salida estrecha. Bajo la casa abrió un local para vender objetos hechos a mano pero tras ser un negocio fructífero, ahora nadie entra en su tienda.
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La casa de Jonhy
Cuando comenzaron a volar las pelotas de goma y los gases nos invitó a entrar en su casa mientras se lamenta de que se quiere ir de Palestina. “Quiero una vida digna para mis hijos, pero ni puedo salir, ni vender la casa ya que nadie me la compraría. Esto es una prisión”.
Los asentamientos israelíes dentro de Cisjordania son espectaculares y fértiles. Se trata de ciudades con campos para cultivar e incluso con pequeñas industrias que están conectadas unas con otras por autovías que sólo pueden utilizar los israelíes, nunca los palestinos. Se puede recorrer toda Cisjordania yendo de asentamiento en asentamiento, lo que significa que las poblaciones palestinas son las que día a día se van viendo más arrinconadas.
Los colonos en su mayoría son de ideología muy nacionalista e incluso agresiva ya que se dan casos de salir por las noches en pandillas para agredir a palestinos. Por supuesto se sienten seguros ya que el Ejército israelí mira para otro lado.
“Esto ocurre en lo que en el mundo piensan que es territorio palestino, Cisjordania o también llamado West Bank”, comenta Khalida.
LA HUMILLACION DEL CHECK POINT
Los ciudadanos palestinos que tienen la suerte de haber conseguido un trabajo en Jerusalén tardan en llegar de dos a tres horas lo que podrían hacer en quince minutos. ¿La razón? Tienen que cruzar los check points (controles del Ejército). Las colas son inmensas ya que hacen bajar de los autobuses a todas las personas (si tienes pasaporte extranjero te libras) para registrarlas, mirar sus bolsos, pasarles un detector de seguridad y preguntar y preguntar.
Noor, una señora de 74 años muy gruesa y con dificultades para caminar, que viajaba junto a estas dos periodistas, fue obligada a bajar del autobús con sus bolsas en donde llevaba hortalizas. La registraron, le hicieron sacar sus pimientos y verduras una a una, le pasaron el arco de seguridad y cuando intentamos ayudarla a subir de nuevo al autobús, el militar de turno, metralleta en mano, nos obligó a apartarnos.
Si se opta por cruzar el check point andando hay que caminar por largos callejones vallados, cruzar varios controles, y esperar habitualmente horas ya que las filas que se forman son interminables, en un hangar en donde el calor exterior puede convertirlo en asfixiante.
Otro de los temas que agravan la situación es el control del agua en Cisjordania por parte de Israel. Todas las casas tienen depósitos en sus tejados para poder tener existencias. Hay zonas que la cortan tres veces o más a la semana. Por lo tanto cultivar huertos es cada vez más complicado para los palestinos y tienen que comprar sus alimentos de primera necesidad a los colonos que sí disponen de agua y cultivan todo tipo de productos y también tienen ganado.
Todos estos aspectos figuran en los papeles que se supone deberían negociar aunque el pesimismo es general.
”Israel no respeta ningún acuerdo internacional y tiene el apoyo de Estados Unidos, en esas condiciones hay poco de qué hablar. El papel de la Comunidad Internacional es triste.” añade Hanan Ashrawi.
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La ex ministra Hanan Ashrawi
Para dejarlo todavía más claro el Ministro Akunis afirmó el 26 de agosto tras el alto al fuego en Gaza:” Ninguna nación se rinde en su patria y Judea y Samaria (situadas en Cisjordania) es la cuna de la patria judía”.