Luis Tudanca: "No me gusta el Toro de la Vega"
“Coser” las heridas del partido. Con esta intención se ha lanzado el diputado Luis Tudanca a la batalla por la Secretaría General del PSOE de Castilla y León.
Tudanca da el paso en un momento dramático para una federación que está en manos de una gestora. Los socialistas castellanoleoneses viven una de sus mayores crisis tras perder casi 200.000 votos en las elecciones europeas de mayo y la posterior dimisión de más de la mitad de su Ejecutiva para forzar la salida del entonces secretario general, Julio Villarrubia.
Esto ha forzado un congreso extraordinario, en el que Tudanca tendrá como rival precisamente a Villarrubia. Pero esta vez las cosas han cambiado (y mucho). Por primera vez los alrededor de 10.000 militantes votarán directamente a su líder. Y en el resto del socialismo español los están mirando: es la primera gran elección interna desde la victoria de Pedro Sánchez el pasado mes de julio.
Este burgalés de 36 años, que comenzó su actividad política en los movimientos estudiantiles, llega para abrir un nuevo tiempo en un partido que desde 1987 ha perdido todas las elecciones autonómicas.
¿Por qué te presentas para liderar el PSCyL?
Por dos cosas fundamentalmente. Después de tres años muy complicados en el partido, me parecía que había que hacer un esfuerzo para recuperar la unidad y, en segundo lugar, porque soy de una generación que ya no recuerda el último Gobierno socialista en Castilla y León. Me parecía urgente ponernos manos a la obra para hacer una alternativa al Ejecutivo popular.
Encaras la carrera habiendo ganado la primera batalla de los avales. ¿Cómo se lleva la vitola de favorito?
Relativizo mucho lo de los avales. Nos califica formalmente como candidatos sin más. Es un proceso muy democrático, muy participativo, en el que el 4 de octubre decidirán los militantes en las urnas. Me voy a dedicar a fortalecer el partido de aquí a ese día, llamar a la participación, contar mi proyecto y pedir el voto.
Es la primera gran elección interna del PSOE tras la llegada de Pedro Sánchez a Ferraz. Sin embargo, en Castilla y León ganó Eduardo Madina. ¿Se va a repetir un duelo entre ‘madinistas’ y ‘sanchistas’?
No, no, en absoluto. Los militantes tienen claro lo que se elige aquí, que es a la persona que mejor pueda representar el tiempo nuevo y el futuro del PSOE en Castilla y León. De hecho, en mi provincia ganó con bastante margen Madina en las primarias y ahora evidentemente tengo un apoyo mayoritario. La gente sabe distinguir los proyectos. Después del proceso democrático, Pedro Sánchez es el secretario general de todos los socialistas de España y de Castilla y León.
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Le señalan como la apuesta de Sánchez y Ferraz. ¿Te sientes respaldado por Madrid?
Sánchez y la nueva Ejecutiva federal son conscientes de que en el partido estamos en una nueva forma de funcionar y de hacer política en la que todos los militantes votan. Aquí Ferraz no vota. Ellos son los que mejor lo saben porque es el primer secretario general elegido por este sistema. Esto no va ya de negociaciones, ni de delegaciones, ni de secretarios provinciales. Esto va de militantes.
¿Cómo es su relación con Pedro Sánchez? ¿Han hablado de su candidatura?
Yo tengo muy buena relación con él y además creo que es bueno, después de un proceso democrático, que todos trabajemos activamente para que el proyecto de Pedro salga bien. Se la juega el partido y se la juega el país. Tengo buena sintonía con él, pero lo único que me ha transmitido en este proceso es que él desea que los problemas que ha habido en el PSOE de Castilla y León en estos tres años se arreglen, sin más pretensión que vuelva a estar fuerte.
Quieres coger las riendas de un partido que perdió casi 200.000 votos en las pasadas europeas y que no gobierna la comunidad desde 1987. ¿Qué ha hecho tan mal para estar en esta situación?
Desde luego que algo de responsabilidad tenemos. Creo que es en los momentos complicados cuando tenemos que dar un paso adelante. No ha sido lo más cómodo para mí, pero merece la pena. Creo que el partido está en una nueva fase política, está haciendo transformaciones muy importantes y fortaleciendo un proyecto, lo que nos va permitir recuperar la credibilidad, que ha sido nuestro gran activo y lo peor que hemos perdido en estos últimos años.
Yo he nacido y vivido en Castilla y León. Y es aquí donde se deciden la inmensa mayoría de las cosas que le importa a la gente y que siempre le han importado al socialismo. Quizá ese haya sido nuestro déficit en los últimos años: no le hemos dado prioridad absoluta a la política autonómica.
Si los militantes deciden que soy el más capacitado, dejaré mi escaño en Madrid para dedicarme solo a esto. Debemos poner la política autonómica en el centro del PSOE de Castilla y León, cosa que no ha pasado hasta ahora.
Se convoca este congreso extraordinario tras dimitir más de la mitad de la Ejecutiva de Castilla y León. Julio Villarrubia acusa a Óscar López de estar detrás de esta operación. Fue un momento muy traumático para el partido. ¿Se pueden curar las heridas o estará tocado durante muchos años?
Esa es una de las razones que más me ha motivado, la necesidad de coser esas heridas que se habían producido en un enfrentamiento que no había protagonizado. Me siento capaz de ir cosiendo y arreglando. En ese momento dije que era el peor final posible para un enfrentamiento muy duro y, por muy buenas intenciones, me parecía difícil que los que lo habían protagonizado pudieran tener la solución. Mi forma de entender la política siempre ha sido el diálogo, la integración y el acuerdo. En este partido no sobra nadie y necesitamos todas las manos posibles para trabajar y todas las cabezas para pensar.
Yo contaré con todos en ese afán de unir y coser un partido.
¿Qué opina de Villarrubia?
Es un gran político. Ha hecho una gran labor en el PSOE en los últimos 30 años. Tengo una buena relación con él y le respeto profundamente. Está en su derecho y creo que ha pensado si es lo mejor para el PSOE.
¿Y cómo es su relación con López?
Tanto con Óscar como con Julio he mantenido una buena relación. He hecho todo lo posible para tender puentes entre los dos. Tengo una manera de entender el partido y yo trabajo lealmente cuando acaban los congresos con quien haya ganado. Uno era mi secretario autonómico y otro era mi secretario de Organización. Con ambos he podido trabajar a gusto en muchas ocasiones.
En el congreso extraordinario se va a elegir secretario general. ¿Habrá primarias después?
Sí, sí. Es un compromiso que debemos cumplir. Aquí hemos dicho que habría primarias y las habrá. En todo caso, es cierto que hay una sensación de que la bicefalia ha sido un fracaso, pero la decisión estará en manos de los militantes.
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¿Cómo es el momento en el que dice voy a luchar y me voy a presentar?
No fue tan sencillo. Esa convicción de que no teníamos más tiempo para ponernos a rodar el PSOE, no podíamos dejar pasar nuevas oportunidades ni permitirnos más transiciones. Coser el partido desde ya y preparar las elecciones municipales y autonómicas. Empezar un tiempo nuevo, esta nueva forma de hacer política. En Castilla y León tendemos todos a ser conservadores y creo que es el momento que nos pongamos a la vanguardia dentro y fuera del partido, que seamos valientes. Era el momento.
En las elecciones europeas apareció Podemos con un 8% de votos en la comunidad. ¿Estaría dispuesto a pactar con ellos para gobernar?
El PSOE tiene que ocuparse de sí mismo, de cambiar el partido, democratizarlo y hacerlo más participativo para hacer un proyecto nítido, de izquierdas, atractivo para los ciudadanos y salir a las elecciones autonómicas a ganar. Soy muy respetuoso, a mí la democracia no me estorba ni que el Parlamento autonómico sea el reflejo de la voluntad popular, pero de los pactos se habla el día después. Mi adversario es derrotar al PP.
¿Pero a priori no descartaría un pacto con Podemos?
No descartaría el diálogo con ninguna fuerza política. El diálogo es la esencia de la democracia, pero los acuerdos se hacen el día después. De todas maneras, tendré que esperar y saber cuál es el proyecto de cualquier otro partido, incluido Podemos, que ahora mismo no lo sé. Ni siquiera sé si presentará candidatura en Castilla y León y su proyecto de comunidad. Lo desconozco absolutamente.
Hemos visto una estampa muy polémica con el Toro de la Vega en Tordesillas, cuyo alcalde es del PSOE. ¿Lo prohibiría?
No soy taurino, no me gustan los toros y no me gusta tampoco el Toro de la Vega. No me gusta ninguno de los muchos espectáculos taurinos que se hacen en el país. Es más fácil arreglar estas cosas con el consenso político. La tradición en Tordesillas estaba en vías de desaparición y me da la sensación de que se ha logrado el efecto contrario al pretendido.
Pero para arreglar lo del Toro de la Vega necesitamos conseguir el Gobierno de Castilla y León, que es el que tiene la competencia. Lo que me molesta también es que no se hable de las amenazas de muerte que está recibiendo un representante legítimo de los ciudadanos. Lo que le está sucediendo al alcalde está siendo tremendamente grave y, desde luego, condenable. Merece la pena en aras a la convivencia y al entendimiento que apoyemos al regidor ante los ataques que está recibiendo por una minoría.
¿Tiene algún esbozo de solución?
Me da la sensación de que los ataques y las críticas han convertido el problema no en algo de protección animal o del espectáculo taurino, sino que se ha visto como algo identitario, del propio pueblo, un ataque al identidad del pueblo. Creo que merece la pena que saquemos de ahí el debate y que establezcamos un diálogo, también dentro de Tordesillas donde todos los partidos y ciudadanos apoyan el espectáculo, para que cambie y en el futuro se haga de otra manera. En el futuro se puede lograr, pero no con presiones, ataques y amenazas.
Otro de los temas que preocupa en el PSOE de Castilla y León es que el alcalde de Ponferrada, Samuel Folgueral, pueda presentarse en las lista socialista en 2015. ¿Lo permitiría?
Lo que yo quiero es que en este partido las decisiones no las vuelvan a tomar entre tres en un despacho y, desde luego, no el secretario autonómico por muy secretario autonómico que sea. Eso está en el origen de muchos de los errores que hemos cometido y también de Ponferrada, donde no se consultó ni se tomaron las decisiones hablando con los militantes.
Pero yo en Ponferrada, como en cualquier otro sitio, lo que voy a hacer es respetar las decisiones que se han adoptado y el reglamento de primarias, como en cualquier otra ciudad, y escuchar a los militantes. Lo que no quiero que vuelva a pasar es que decisiones como esa se puedan producir porque un secretario regional se junte con dos o tres y tome una decisión de este calado.
Pero si se presentara Folgueral a las primarias, ¿respetaría que fuera el candidato?
Pero es que hay pasos previos que dar porque ahora mismo no es militante. Hay un reglamento de primarias, pero esa decisión no debe volver a estar solo en manos de tres o cuatro personas.
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¿Cuál será la primera medida que tome si es secretario general?
Mi primera labor será hacer una Ejecutiva con la máxima pluralidad y el máximo consenso. La segunda será poner al partido a trabajar ya para las municipales y autonómicas. Hay dos cosas que haré de forma inmediata: constituir el consejo de alcaldes y crear el portal de transparencia. Vamos a publicar absolutamente todo, todo lo relacionado con las cuentas, las retribuciones…
¿Y si perdiese?
Si gano, optaré a las primarias. Si no me dan la confianza para ser secretario general, seguiré pensando que la bicefalia es un fracaso y no optaré a las primarias.
¿Cuáles son los referentes de Tudanca?
Necesitamos saber de dónde venimos para saber hacia dónde vamos. Siempre he procurado hablar mucho con la gente que me ha enseñado todo en el partido. Puedo hablar de Juan José Laborda y procuro hablar con Demetrio Madrid, el primer presidente socialista de Castilla y León. Y hay muchísimos compañeros, no de primera fila y algunos de ellos que no han tenido nunca un cargo, que me han enseñado lo que es el socialismo. Esa gente es de la que hay que aprender.