Agotado el ZMapp, ¿qué otros tratamientos contra el ébola existen?
Manuel García Viejo, el religioso leonés infectado con ébola, ha fallecido este jueves en Madrid. García Viejo, de 69 años, llegó grave procedente de Sierra Leona y no pudo recibir el tratamiento experimental ZMapp, que se ha empleado en otros pacientes. El laboratorio estadounidense que lo desarrolla ya no tiene existencias. ¿Y ahora qué? Según la OMS, ya se han registrado 6.242 casos en África Occidental, incluyendo 2.917 muertes, y a la epidemia de momento no se le ve fin.
QUE SE HAYA TERMINADO EL ZMAPP, ¿ES UN DRAMA?
En realidad, es imposible de saber. La eficacia y seguridad de ZMapp es desconocida hasta ahora porque el desarrollo del fármaco está en fase experimental y aún no ha sido testado con humanos. "¿Funciona el ZMapp? No lo sabemos", explica llanamente el fabricante, Mapp Biopharmaceutical, en su web. La combinación de anticuerpos de este medicamento experimental fue identificada en enero de 2014, hace muy poco, y aunque ha sido eficaz en monos, su empleo en humanos, muy limitado porque las dosis disponibles eran pocas, no permiten aún sacar conclusiones. La empresa, que en estos momentos no atiende a la prensa, está trabajando en producir nuevas dosis, pero es un proceso lento.
PERO ALGUNOS SE HAN CURADO CON EL ZMAPP, ¿NO?
Los misioneros estadounidenses Kent Brantly y Nancy Writebol fueron las dos primeras personas que recibieron un tratamiento con ZMapp, y se curaron, mientras que el sacerdote español Miguel Pajares, solo llegó a recibir una dosis y falleció el 12 de agosto. Estos casos, sin embargo, no sirven para determinar la eficacia del tratamiento. Médicos Sin Fronteras (MSF), que tiene 2.200 médicos y enfermeros en el terreno en los países africanos afectados por la epidemia, no ha utilizado ni este ni ningún otro medicamento experimental porque no hay disponibilidad suficiente para todos los centros que gestionan, y porque están en fase muy temprana de ensayo clínico. Según han observado, la tasa de letalidad de los pacientes es de entre 50-60%, más o menos similar a la de los pacientes tratados con ZMapp. Señalan, de todas formas, que la muestra tratada con el fármaco es insuficiente y las condiciones (pacientes ya enfermos con distintos grados de desarrollo de la infección) no son las mejores para sacar conclusiones, como explica Miriam Alía, enfermera y experta en ébola de MSF, que está en Dakar como coordinadora médica del apoyo de la organización al Ministerio de Salud de Senegal.
ENTONCES, ¿EXISTE UN MEDICAMENTO O VACUNA PARA EL ÉBOLA?
Ahora mismo no. No hay ningún medicamento contra el ébola que haya pasado todas las fases de experimentación clínica que garanticen su uso eficaz y seguro en humanos. Dada la magnitud del brote y la rapidez con que se extiende la epidemia, la Organización Mundial de la Salud ha aprobado excepcionalmente el uso de estas sustancias como medicamentos compasivos, que se administran en estas situaciones con la autorización explícita del paciente, que asume los riesgos. Mar Lago, miembro de la Unidad de Medicina Tropical del Servicio de Medicina Interna del Hospital La Paz-Carlos III, el equipo que ha tratado a los dos pacientes españoles repatriados hasta ahora, cuenta que los antivirales que la OMS ha permitido usar "están en fase uno, que significa que se va a empezar a ver la seguridad en humanos. Hay dos vacunas que solo se ha probado en modelo macaco, el modelo experimental del ébola en humanos". "Los antivirales a veces han ido bien y a veces mal", explica, confirmando lo que ya nos contaba Alía por teléfono desde Dakar.
QUE NO HAYA MÁS, ¿ES CULPA DE LAS FARMACÉUTICAS?
Decir esto "no sería justo en esta ocasión", responde Alía, que como personal sanitario en zonas donde enfermedades como la malaria o la tuberculosis son endémicas, no le tiene especial aprecio a esta industria. "Ahora el mensaje no es que las farmacéuticas nos han fallado, sino que nos hacen falta manos". Lo que explica la falta de tratamientos ya desarrollados y probados en este caso no es falta de interés. "La mayor parte de las epidemias anteriores han sido en zonas rurales, con pocos casos, y para cuando nos dábamos cuenta de que era ébola la mayoría de pacientes había muerto. No había muchas posibilidades de estudio. En esta epidemia tenemos ya el doble de casos y de fallecidos que en todas las epidemias anteriores juntas". Ahora las farmacéuticas "están poniendo recursos y están trabajando con más prisa", afirma.
¿QUÉ ALTERNATIVAS AL ZMAPP SE ESTÁN DESARROLLANDO?
El Gobierno de EEUU apoya varias investigaciones: las empresas Tekmira y Biocryst Pharmaceuticals, que reciben fondos del Departamento de Defensa de EEUU, están trabajando en dos medicamentos que se encuentran en una fase de desarrollo inicial. El mismo Ministerio trabaja además con la empresa Newlink para desarrollar una vacuna. BioCryst, con el apoyo de EEUU también, trabaja en un medicamento antiviral para tratar el virus que empezará la fase de ensayo clínico este año.
El fármaco canadiense TKM-Ebola, de Tekmira, está empezando a distribuirse como medicamento compasivo, pero está igualmente en fase experimental.
Fuentes del Ministerio de Sanidad aseguraron al HuffPost que la Agencia Nacional del Medicamento había contactado con los laboratorios listados por la Organización Mundial de la Salud, entre ellos Tekmira, y tenían a su disposición otros medicamentos experimentales si los médicos consideraban apropiada su aplicación para Manuel García Viejo.
¿QUÉ MEDICAMENTOS SE HAN USADO HASTA AHORA?
Mar Lago, del hospital La Paz-Carlos III, explica en conversación telefónica que en los tratamientos se usa el "Favi Tiravit, un medicamento antiviral que está en experimentación. También inhibidores de la coagulación. Anticuerpos monoclonales, como el ZMapp, y el RNA Interference". Además de estos fármacos, otros procedimientos incluyen el suero de convaleciente, que es una transfusión de sangre de paciente que ha pasado el ébola y que tiene los anticuerpos de la enfermedad, pero cuya eficacia tampoco está demostrada. En el caso de Vallejo tuvieron que desechar esta posibilidad porque el suero disponible, de un paciente alemán, contenía hepatitis. "Los inhibidores de estrógenos tienen algún efecto, la clorofina, algún antiestamínico... tienen capacidad antiviral pero no se saben cómo funcionan", añade.
EN ÁFRICA, ¿QUÉ TRATAMIENTOS RECIBEN LOS ENFERMOS?
En los centros de MSF en los países afectados dan un tratamiento de apoyo y de síntomas, que en opinión de Miriam Alía, con la excepción de los cuidados intensivos y los medicamentos experimentales, es similar al que se da en hospitales europeos. Empiezan con hidratación agresiva desde el ingreso; un programa nutricional rico en proteínas que esté adaptado al dolor de garganta y a la dificultad para tragar; un tratamiento antibiótico, no para el virus, pero sí para infecciones secundarias que puedan estar enmascaradas por el ébola y las nosocomiales, que se pueden coger en el hospital; tratamiento de malaria, porque esos países son zona endémica; y contra el dolor, porque es una enfermedad muy dolorosa. "Es un combate: a un lado del ring está el ébola, y al otro, el paciente. Se trata de evitar cualquier tipo de complicación y darle tiempo al paciente para que desarrolle anticuerpos y su sistema inmunológico responda a la infección por ébola", explica Alía, que añade que otra parte del tratamiento muy importante es la psicosocial: por un lado, psicólogos, y por otro la familia -cuando esta está lejos, se las arreglan para grabar vídeos y enseñárselos al paciente-. "Es gente que está muy sola y que tiene mucho miedo, y hay más mimo que el habitual".
¿Y QUÉ TASA DE ÉXITO TIENEN?
Es importante, según Alía, que el tratamiento comience con los primero síntomas. "La incubación es de entre 2 y 21 desde el contacto y los síntomas pueden empezar en cualquier momento. Una vez que empiezan, deberían estar ingresados para empezar con el tratamiento cuanto antes. En la gente que se cura, el test es positivo entre 10 y 12 días después. La tasa de letalidad es de entre el 50 y el 60% para la epidemia, pero hay muertes en domicilio que no se han registrado, entonces, probablemente sea un poco más".
¿QUÉ PERSPECTIVAS HAY?
Malas. Aún no se le ve fin a la epidemia, y algunos expertos estiman que se va a extender a catorce países, según Alía, que recuerda que "el 45% de los casos se han dado en las últimas tres semanas, y estos están generando contactos que en las próximas tres semanas van a ser casos". La OMS cree que en noviembre el número de infectados podría llegar a 20.000. En las peores circunstancias posibles, la cifra podría escalar hasta los 1,4 millones en enero, como recoge The New York Times. El mismo informe que arroja esos datos también apunta que si se consigue tratar al menos el 70% de los casos en centros preparados y se toman medidas para tener funerales seguros sin contacto con el fallecido, para la misma fecha la epidemia podría estar casi controlada.