Carles Francino asegura estar harto de sentirse escrutado ante la Diada

Carles Francino asegura estar harto de sentirse escrutado ante la Diada

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El periodista Carles Francino, director y conductor de La Ventana en la Cadena SER, se ha desahogado este 11 de septiembre con los oyentes. "Estoy harto y cabreado", ha dicho.

En su editorial, antes de dedicar una parte de su programa de hoy a contar los actos de celebración de la Diada de Cataluña, dice estar "harto de sentirse escrutado" en todas partes, tanto en Madrid como en Cataluña; harto de ser calificado de "independentista radical" por unos y de "españolista", o de catalán poco auténtico, por otros.

"Como otros muchos, me veo casi como en tierra de nadie. Miro el panorama, pero me resisto a ser encuadrado en uno de los bandos. No por falsa equidistancia, sino porque no me da la gana". Francino, nacido en Barcelona y criado profesionalmente en los micrófonos de Radio Popular de Reus, se convirtió en un referente informativo por su rigor al frente del Telenotícies de TV3. Previamente, había trabajado en Canal +, y se incorporó a la Cadena SER en 2005.

Sobre el debate soberanista, ha dicho hoy: "No encuentro es una respuesta política a este atolladero, alguna vía inteligente para canalizar emociones, sentimientos, aspiraciones... Nada. Y por eso estoy harto; harto y cabreado".

Aquí puedes leer completo su editorial:

Necesito un desahogo, necesito contarles algo muy personal y apelo a su paciencia y a su comprensión para poder hacerlo. Imagino que muchos de ustedes habrán visto, o al menos les sonará, aquella película protagonizada por Bill Murray, película fantástica por cierto... que se titulaba "Atrapado en el tiempo". La historia de un periodista gruñón, un cascarrabias... condenado a revivir cada mañana el día de la marmota, esa tradición que tienen en Estados Unidos de que un animalito pronostique cómo será el invierno. Bueno, pues he de confesarles, sinceramente... y sé que es un tema muy serio... que yo tengo hoy la misma sensación -o muy parecida- con la Diada de Catalunya, con las cosas que se dicen en Catalunya, con las que se dicen fuera,... y... ahí va el desahogo: estoy harto.

Harto además de sentirme escrutado en todas partes. Cuando estoy en Madrid por unas cosas, cuando estoy en Catalunya por otras. Unos me consideran -y me lo han dicho, me lo dijo la otra noche un exministro- "independentista radical". ¡Tócate el pie! Otros me ven como "españolista", como un catalán poco auténtico. ¡Vaya usted a saber por qué! Esto ya me lo decían algunos cuando trabajaba en TV3. Y al final yo... creo que como otros muchos me veo casi como en tierra de nadie... miro el panorama, pero me resisto a ser encuadrado en uno de los bandos. No por ninguna falsa equidistancia sino porque no me da la gana, porque es que además puedo encontrar argumentos con los que estar de acuerdo en todas partes. Y eso debería ser una ventaja, no un inconveniente.

Sin embargo, lo que no encuentro es una respuesta política a este atolladero, alguna vía inteligente para canalizar emociones, sentimientos, aspiraciones... Nada. Y por eso estoy harto; harto y cabreado. Y me apunto a algo que decía el escritor Javier Cercas hace casi un año: "Vamos hacia un cataclismo, el cataclismo puede evitarse. Pero la verdad -y hago mía la frase- la verdad es que no estoy seguro de no haberme puesto a escribir sólo para que, dentro de 20 0 30 años cuando mi hijo me pregunte por qué no paramos un desastre que estarán pagando ellos, yo al menos pueda enseñarle este artículo". O en mi caso pasarle esta grabación por la que ya ahora mismo algunos me estarán poniendo a parir en las redes sociales. Es lo que hay.