Francisco rebaja un 50% el precio de las bendiciones papales
El papa se quita de en medio a los intermediarios. Francisco ha trasladado al Limosnero Konrad Krajewski su decisión de suspender la venta de los pergaminos con bendiciones papales que se podían adquirir hasta ahora en decenas de tiendas ubicadas alrededor del Vaticano y que costaban entre 10 y 50 euros, de los cuales sólo tres euros llegaban a manos de los pobres.
A partir de enero de 2015, quien quiera la bendición papal tendrá que dirigirse directamente a la Limosnería, como siempre había sido posible, incluso vía fax o a través de la página 'www.elemosineria.va'. El precio del pergamino varía según su sencillez y sus dimensiones desde 7 hasta 25 euros.
El pasado 12 de abril, el Limosnero Pontificio envió una carta a los titulares de las concesiones, que comenzaron hace cuatro años con Benedicto XVI, para informarles de que se terminarían improrrogablemente el 31 de diciembre de 2014, según informa el diario italiano La Stampa.
(Sigue leyendo después de la imagen...)
En la misiva, la Limosnería apostólica explica que tiene la tarea de "ejercer la caridad hacia los pobres en nombre del Sumo Pontífice", puesto que hace más de un siglo León XIII dio al limosnero la "facultad de conceder la Bendición apostólica mediante diplomas, para que el Oficio de la caridad tuviera los recursos necesarios para practicarla".
Asimismo, explica que, si bien el Vaticano comenzó a valerse de la colaboración de otras personas o instituciones, como tiendas o librerías, para que fuera accesible a un número cada vez mayor de peregrinos que llegaban a Roma la posibilidad de obtener la bendición, ahora con Internet se puede pedir un pergamino desde cualquier parte del mundo.
Además, el limosnero recuerda que, desde septiembre del año pasado la facultad de conceder la bendición papal mediante pergaminos fue extendida por el papa Francisco también a los nuncios en los diferentes países del mundo.
200.000 EUROS
Todo el dinero recaudado por la venta de estas bendiciones será donado a los pobres. En los últimos dos meses del año, la Limosnería apostólica pudo donar, gracias a la venta de pergaminos, 200.000 euros a personas con dificultades. De hecho, muchas veces es el propio monseñor Krajewski quien, siguiendo las indicaciones de Bergoglio, lleva las ayudas económicas a las personas en dificultades que escriben pidiendo ayuda.
Las únicas instituciones que seguirán trabajando para la Limosnería, según indica el Vaticano, serán los monasterios de clausura, donde decoran los pergaminos a mano.