7 claves para entender el referéndum en Escocia
A poco más de tres semanas de que se celebre el referéndum independentista en Escocia, la campaña entró en su recta final este lunes con el segundo y último debate entre el ministro principal de Escocia, Alex Salmond (independentista), y Alistair Darling (laborista), líder de la campaña contra la independencia Better Together.
Según los sondeos realizados por el diario británico The Guardian, el 71% de los escoceses que siguió el debate dio el triunfo a Salmond, frente al 29% que vio en Darling al vencedor. Nick Robinson, redactor político de la BBC, señala que Salmond se mostró más confiado y mejor preparado, a diferencia de lo que ocurrió en el primer debate del pasado 5 se agosto, en el que las encuestas declararon vencedor a Darling por un 56%.
La economía nunca ha abandonado el debate. La moneda, el petróleo, la educación, el futuro de las armas nucleares y el gasto del National Health Service (o NHS, equivalente a nuestra Seguridad Social) son los temas en los que se ha centrado la discusión política durante estos meses.
El debate celebrado el lunes se situó entre lo más visto en todo Reino Unido, algo en principio obvio. Pero lo sorprendente es que, tal y como informa la BBC, también fue muy seguido desde "Málaga, Gibraltar y Sevilla". Probablemente se deba a que los españoles tenían "el movimiento independentista catalán en mente", apunta la cadena británica.
No obstante, ¿qué sabemos los españoles del referéndum escocés? A continuación te desgranamos las claves de la consulta.
1. ¿En qué consistirá?
El referéndum se celebrará en Escocia el jueves 18 de septiembre. Los votantes tendrán que contestar sí o no a la siguiente pregunta: "Should Scotland be an independent country?", o lo que es lo mismo: ¿Debería ser Escocia un país independiente?
2. ¿Quién podrá votar (y quién no)?
Tienen derecho a voto todas las personas mayores de 16 años que actualmente vivan en Escocia y estén registradas en el censo, siempre que sean ciudadanos británicos, de la Unión Europea o de la Commonwealth. De este modo, podrán votar más de 400.000 personas de otras partes de Reino Unido que residan en Escocia, mientras que no podrán los más de 700.000 escoceses que en la actualidad viven en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.
3. ¿Qué cuestiones hay en juego?
Las reservas de petróleo y gas, y los impuestos que se recaudan por ellas, ocupan una posición central en el debate sobre la independencia.
Salmond pretende crear un fondo estatal al estilo del sistema de pensiones noruego, basado en los excedentes de riqueza producidos por los ingresos del petróleo. El ministro principal de Escocia asegura que en el curso de una generación, producirían un patrimonio soberano de 30.000 millones de libras (unos 37.000 millones de euros).
No obstante, sus oponentes argumentan que las reservas petroleras pronto llegarán a su fin.
¿Seguirán usando los escoceses la libra en caso de que se independicen? He ahí la cuestión... sin clara respuesta. El partido independentista defiende la unión monetaria en torno a la libra, pero la oposición (conservadores, liberaldemócratas y laboristas) afirma que una Escocia independiente quedaría fuera de tal unión y del Banco de Inglaterra. Además, Darling acusa a Salmond de carecer de "plan B" con respecto a este tema.
Gran Bretaña es una de las pocas naciones con capacidad para combatir en una guerra nuclear.
La base naval nuclear está situada en Faslane, Escocia. Entre su armamento se incluyen 4 submarinos y 16 misiles, cuya vida útil acabará entre 2020 y 2040. Los tres principales partidos británicos están a favor de mantener el sistema de armas nucleares, pero el partido nacionalista escocés se opone y ha asegurado que se deshará de las armas si gana la independencia.
Por tanto, en caso de que venza el sí en el referéndum, queda por saber qué pasaría con dicha base, adónde irían a parar las armas nucleares (con las dificultades que esto conlleva) y qué ocurriría con los puestos de trabajo que genera la planta.
4. ¿Cuáles son los principales argumentos de cada parte?
El Partido Nacional Escocés (SNP), liderado por el ministro principal escocés, Alex Salmond, argumenta que la conformación del Reino Unido (hace más de 300 años) se ha quedado obsoleta y que Escocia podría ser uno de los países más ricos del mundo gracias a sus reservas petroleras.
Su discurso se centra en la defensa del estado del bienestar y va en contra de los recortes impuestos por el Gobierno central que empobrecen a los escoceses.
Además, acusa a su oponente, el laborista Alastair Darling, de "acostarse con el Partido Conservador", por apoyarse mutuamente al frente de la campaña del miedo.
Por su parte, Darling advierte de lo arriesgada y costosa que sería la independencia, para la cual no habría "vuelta atrás". "Nuestros hijos y las generaciones venideras tendrán que convivir con esa decisión", añadió en el debate de este lunes.
Asimismo, señaló que si el no resultara ganador, se incrementaría la descentralización del Gobierno británico, lo que se traduciría por un aumento de poderes para el Parlamento escocés.
5. ¿Qué antecedentes tiene esta consulta?
En 1979 se celebró el primer referéndum en Escocia para reinstaurar su asamblea legislativa, que en 1707 se había adherido a la británica. A pesar de que ganó el sí, no lograron su propósito, sino un período de 18 años de gobierno conservador. El Parlamento escocés no se reconstituyó hasta veinte años después, gracias a otro referéndum que enmendó el anterior.
6. ¿Qué dicen los sondeos?
Según informa la BBC, los datos recogidos hasta el 15 de agosto muestran que el no ganaría por un 51% de los votos, mientras que el sí se quedaría en un 38%. El 11% de los votantes aún no lo sabe.
7. ¿Qué pasará después?
Si la respuesta mayoritaria es sí, el Gobierno escocés deberá comenzar un proceso de negociación con Reino Unido para que la independencia se haga efectiva.
Este proceso también afectaría a otros aspectos aparentemente menores, como la instauración del Día de la Independencia en marzo de 2016, pero antes, el Partido Nacionalista Escocés tendría que llegar a un acuerdo con el Gobierno central para resolver cuestiones como las de la porción que corresponde a Escocia de la deuda nacional.
Si, por el contrario, gana el no, el Gobierno británico deberá estudiar la cesión de poderes al Parlamento escocés para una mayor descentralización.