Final de 'True Blood': Series, pelis y libros para superar el mono (GIFS)
True Blood emitió este domingo en Estados Unidos su último capítulo. Después de siete temporadas, la producción de HBO llega a su fin y deja a muchos fans con mono de más. ¿Qué ver ahora? ¿Podrán encontrar algo que reemplace la serie picante de vampiros de Nueva Orleans?
Si eres uno de ellos, no te preocupes. En El Huffington Post hemos preparado una lista de alternativas para que los seguidores de la serie puedan hacer más llevaderos estos momentos. Dependiendo de lo que te atraiga de True Blood, puedes encontrar sustitutos más que aceptables.
¿Fan de Sookie? ¿Enamorada de Eric? ¿Te gusta el triángulo pentágono amoroso o lo que te priva es la violencia? Dime qué te gusta... y te diremos qué debes ver ahora.
EL TRIO AMOROSO
Seamos sinceros: esto es lo que más está de moda. La novela juvenil prospera con romances entre virginales humanas y poderosos, misteriosos y oscuros vampiros. Pero Sookie es más que eso: ella misma es poderosa, segura de sí misma (al menos al principio) y no duda en burlarse de sus ligues cuando la ocasión lo requiere. Si temes encontrarte una Bella Swan en cada historia de vampiros que te cruces después de True Blood, no desesperes: mucho antes de los vampiros de Bon Temps estaba Buffy, cazavampiros.
Esta rubia adolescente vive en California, le gusta ser animadora, vestir a la última... Y matar vampiros mientras se cachondea de ellos, a la vez que lidia con la responsabilidad y la soledad del poder. Pero a pesar de lo que dice su tarjeta de visita, no sólo mata chupasangres: tiene una secreta predilección por ellos, ya que ha tenido al menos dos por novios. Uno es moreno, romántico y taciturno y el otro rubio, sarcástico y viste de cuero. ¿Te suenan?
EL ROLLO GAY
Si te van los vampiros seductores, jóvenes y guapos, debes saber que la responsable de ponerlos de moda (quizá hasta de crearlos) fue Anne Rice y su saga de las Crónicas Vampíricas. El nombre quizá no te suene, pero probablemente el título del primer volumen de la serie sí: Entrevista con el vampiro. La película se hizo famosa porque está protagonizada por Brad Pitt, Tom Cruise, Antonio Banderas y Christian Slater, y sólo por ese regalo a los ojos hay que verla.
Los libros amplían la historia y los personajes (entre los que hay un vampiro sureño moreno, romántico y taciturno y un rubio europeo sarcástico y que viste de cuero), ofrecen su propia mitología y una cantidad increíble de homoeroticismo. Si lo que te gusta es ver a Eric y Jason dándose un revolcón o a Sam y Bill montándoselo en la ducha, dale una oportunidad a Anne Rice. ¡Sus historias también transcurren en Nueva Orleans!
LAS IRONÍAS
Aunque se vende como una serie de miedo, True Blood en realidad se burla de la mayor parte de sus tramas. La estética camp, los mitos vampíricos, los paletos de EEUU con sus armas, su radicalismo religioso y su homofobia, incluso el estereotipo del negro mágico, todo se lo toma con cachondeo.
Si te llega ese sentido del humor, hay más pelis de coña sobre vampiros, aunque quizá se les noten algo los años: Noche de miedo, Un vampiro suelto en Brooklyn, Drácula, un muerto muy contento y feliz y El baile de los vampiros te harán echar unas risas. Hasta tenemos versión española. Brácula.
LAS METÁFORAS
La "salida del ataúd" de los vampiros se compara con las salidas del armario y la V, la sangre vampírica, sirve para ofrecer un retrato de la drogadicción. Numerosos personajes pierden los papeles por completo sólo por un par de gotas del líquido que corre por las venas de los vampiros. Son capaces de agredir a sus seres queridos, traicionar y engañar a sus amigos y apuñalar a los que les ayudan por sentir el placer sexual y el colocón de aúpa que les provoca la V.
No es la primera vez que se explora esa metáfora, pero Abel Ferrara le dio un giro más extraño. En The Addiction, relaciona vampirismo, sida y drogas; es una película en blanco y negro, raruna pero muy morbosa, digna del espíritu de Tru Blood.
EL MIEDO QUE PASAS
Entre los amoríos y los chistes de sureños paletos, True Blood tiene algunas escenas que dan bastante 'cosa' (sobre todo al principio de la serie). Si lo que te gusta es que se te encoja el estómago cuando Sookie se pierde por el bosque, el rollo apocalíptico de los pueblos abandonados o el momento en que algún asesino anda al acecho, prueba a ver una película de vampiros que da mal rollo de verdad: Déjame entrar (la sueca, no la estadounidense). Un ritmo lento y agobiante, una ambientación helada que es el polo opuesto del tórrido y húmedo Bon Temps y unos niños capaces de mayor salvajismo que el mismísimo Magistrado.
Otra a la que le puedes echar un ojo es a 30 días de oscuridad, en la fría Alaska, con vampiros tan violentos y extraños que parecen alienígenas.
LA VIOLENCIA SANGRIENTA
Los vampiros chupan sangre, por lo que sus historias deberían ser violentas y sanguinarias. Pero la censura y el excesivo romanticismo con que se trata a estos monstruos ha hecho que se olvide su lado más sádico y macabro. No así en True Blood: tienes tripas fuera, corazones y cabezas arrancados de cuajo, hasta una castración súbita y muy detallada.
Si tu momento favorito es cuando un vampiro saca los colmillos o se disuelve de una manera grotesca al encontrar la "muerte verdadera", te gustarán Vampiros, de John Carpenter y Abierto hasta el amanecer.
EL SEXO VAMPÍRICO
Uno de los placeres secretos de True Blood es la cantidad de acción que tienen sus protagonistas en la cama. Se lían todos con todos y hay sexo para todos los gustos: hiperviolento, dulce y lento, cubierto de sangre, con tortura, por detrás, orgías, colocados hasta las cejas, incestos, violaciones... Hay de todo.
Es difícil encontrar algo tan perverso, pero el Drácula de Francis Ford Coppola ofrece un sustituto muy satisfactorio. Hay una orgía, tortura sexual, violencia, sangre... Si el componente vampírico no es tan importante como el hecho de que haya sexo a todas horas, Juego de Tronos y sus famosos 15 minutos de escenas sexuales cumplirán perfectamente con tus objetivos.