Jaume Matas entra en la cárcel para cumplir 9 meses por tráfico de influencias
Un expresidente autonómico a prisión. El expresidente del Govern balear y exministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, ha ingresado esta tarde en prisión para cumplir la pena de 9 meses de reclusión por tráfico de influencias a la que fue condenado en el marco del caso Palma Arena.
El ingreso en prisión del expresidente ha tenido lugar esta tarde en el centro de Segovia y fue captado por las cámaras de La Sexta.
Matas es el político del PP de mayor rango institucional que entra en la cárcel y fue defendido por Mariano Rajoy como un modelo a seguir respecto a la tarea de Gobierno.
Matas, que lideró el PP balear desde 1996 a 2007, encabeza la larga lista de altos cargos de Baleares encarcelados por delitos de corrupción por delante de Maria Antònia Munar, expresidenta del Consell de Mallorca y del Parlament balear, y cuyo partido, la extinta Unió Mallorquina, se disolvió inmerso en numerosos procesos judiciales que afectaron a la práctica totalidad de sus dirigentes.
Un conseller de Matas, el de Comercio, Industria y Energía Josep Juan Cardona está entre rejas tras ser condenado en firme por diversos delitos para cumplir una de las penas más altas impuestas por corrupción a un político en España: 16 años de cárcel.
Otros antiguos consellers autonómicos e insulares, directores generales, gerentes de empresas publicas, concejales y altos cargos de designación política nutren una lista que alcanza la veintena de políticos baleares encarcelados.
UNA LISTA QUE CONTINUARÁ
Hay probabilidades de que la lista sea más larga, puesto que solo el caso Palma Arena, la macroinstrucción de la que forma parte el caso Nóos, tiene más de veinte piezas pendientes de ser llevadas a juicio con Matas y otros muchos ex altos cargos imputados.
Además, en los juzgados del archipiélago se investigan otros presuntos casos de corrupción política.
ASCENSO POR ACCIDENTE
Matas inició su ascenso dentro del PP balear casi por accidente, al saltar de la Conselleria de Economía a la presidencia en 1996 para sustituir a Cristófol Soler, desbancado desde sus propias filas tras reemplazar al dimitido Gabriel Cañellas.
Tomó el mando del partido y acabó esa legislatura con una victoria insuficiente para gobernar, puesto que UM, partido bisagra cuando no había mayorías absolutas, se decantó por la izquierda en la legislatura 1999-2003.
Pero Aznar llamó a Matas para ocupar la cartera de Medio Ambiente en su Gobierno y con ello hizo crecer su figura política y su ambición, la característica que marcó su segunda etapa como presidente del Govern balear (2003-2007).
Esa ambición se materializó en grandes y costosas obras públicas, proyectos e iniciativas políticas, y en un modo de gestionar muchas veces ajeno a los controles que se contagió al conjunto de su administración y generó una larga sucesión de escándalos de corrupción (presuntos o probados) que han acabado en los tribunales.
Matas quería dejar huella como presidente del Govern balear, incluso ideó para una tercera legislatura que nunca llegó a dirigir un palacio de la ópera que iba a rivalizar con la catedral de Palma, pero finalmente será la corrupción lo que le situará en un lugar destacado de la historia de las islas.