Pedro Sánchez entierra el poszapaterismo con un PSOE "en pie para cambiar España"
Ni todo el aire acondicionado del mundo hubiera conseguido enfriar la cálida acogida recibida por Pedro Sánchez. El flamante líder del PSOE fue encumbrado este domingo por su partido en un hotel de Madrid. Cada aparición suya en los pasillos fue acompañada de cientos de abrazos, fotos con militantes e ilusión en un partido desnortado, que hasta ahora se ha comportado como un animal herido que no sabe recuperarse.
En el ambiente se respiraba la ansiosa intención de superar la gestión del post zapaterismo. Es decir, dejar atrás la espiral de derrotas que se formó durante del último Gobierno socialista y que comenzó cuando José Luis Rodríguez Zapatero se subió a la tribuna del Congreso y anunció una primera ola de recortes. Era mayo de 2010. Después vino el naufragio en las elecciones autonómicas y municipales. Más tarde, la dolorosa derrota en las generales de Alfredo Pérez Rubalcaba. Hace tan sólo unas semanas, otro revés: el de las europeas. Elena Valenciano, número dos del PSOE, era la cabeza de lista.
Pero eso era antes y ahora es Pedro Sánchez.
El nuevo líder de la oposición se ha dirigido a los más de 1.000 delegados venidos de toda España para proclamar el inicio de un nuevo camino. "Aquí estamos de nuevo en pie, en marcha para cambiar España una vez más", ha prometido Sánchez. Tiene 42 años, presume de ser un político no profesional y de estar permanentemente "en la carretera".
La nueva Ejecutiva, muy joven, con muchos líderes territoriales y muchos socialistas andaluces, pasó la prueba del congreso. Fue aprobada por un 86% de los delegados, un porcentaje mucho mayor que el que cosechó el propio Sánchez hace tan solo dos semanas, cuando un 48% de los militantes socialistas votó por él. En ella están su número dos, César Luena, Carme Chacón y 10 líderes regionales.
CENTRADO EN LA EJEMPLARIDAD POLÍTICA
En su primer gran discurso a la militancia, Sánchez ha proclamado el fin del desánimo y ha reclamado políticos ejemplares para el PSOE. También ha desplegado el habitual catálogo de propuestas que el partido viene repitiendo desde hace tiempo. Entre ellas están poner fin al concordato con el Vaticano, derogar la reforma laboral o la del aborto si llega a aprobarse, desbloquear las listas electorales o una reforma fiscal más progresiva.
Sánchez se ha empleado a fondo en criticar (sin citarlo) a Jordi Pujol por esconder durante décadas dinero en Suiza. "Qué hipócrita el patriotismo de quien, cuando tiene que elegir entre patria y patrimonio, elige patrimonio y se lo lleva al paraíso fiscal", ha dicho, cosechando un gran aplauso.
A Mariano Rajoy, con quien se verá este lunes, le ha avanzado su "no" a la elección directa de los alcaldes, algo puesto encima de la mesa para salvar el pescuezo a muchos dirigentes de la derecha, según él. "Si quiere de verdad regenerar la democracia, que coja la escoba y empiece a limpiar su casa", ha pedido.
Pero también hubo propuestas 'made in Sánchez' durante el discurso. Te las resumimos a continuación:
- Limitar a dos mandatos la presidencia del Gobierno.
- Publicar las cuentas del PSOE cada tres meses en internet.
- Obligar a los cargos públicos del partido a publicar su renta y una declaración de bienes.
- Celebrar asambleas abiertas en los territorios para rendir cuentas.
- Acabar con el "aforamiento total" de los diputados, senadores y miembros de otros colectivos como el judicial.
Sánchez ha hablado también mucho de Economía, pero ahí sus propuestas fueron más vagas, con más principios que concreción. Tras cargar contra el "exilio económico", ha asegurado que trabajará por la transición energética, por el empleo, por que la banca dé crédito y no sea rescatada con dinero público o por que el BCE favorezca la recuperación.
Las sensaciones entre los asistentes, tras sus discurso, eran de cauto optimismo. Este lunes se reunirá con Rajoy en lo que supondrá su primer test.
MADINA Y PÉREZ TAPIAS, FUERA Y ENFADADOS
El apoyo mayoritario a la Ejecutiva de Sánchez deja a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias un limitado margen de maniobra al que ambos aseguran renunciar en favor de la estabilidad del PSOE. Curiosamente, ambos tuvieron que apartarse a toda prisa en un pasillo cuando el huracán de cámaras de televisión, colaboradores y militantes que rodeaba a Sánchez abandonaba la sala de votaciones. Para ellos, este domingo, era o colocarse de perfil o ser arrollados.
Los rivales de Sánchez por el liderazgo del PSOE denunciaron en la tarde del sábado no haber sido escuchados ni consultados sobre una Ejecutiva con 38 personas de las cuales dos (Manuel de la Rocha y Meritxell Batet) habían mostrado su apoyo por Madina.
Por otra parte, el presidente de Asturias hizo que se tambalease el Congreso al haber sido apartado del órgano de debate territorial del PSOE, entregado a Susana Díaz. Javier Fernández, que también prefería a Madina, pagó el precio y se vio obligado a lanzar un órgano para lograr su propia presencia y la de los suyos en los centros de poder socialistas.
"AL ENCUENTRO DE LOS INDIGNADOS"
Puede que aún no tenga del todo claro que quiere ganar, pero Pedro Sánchez quiere ganar. Y para ello está dispuesto mirar a derecha e izquierda. Sánchez ha pedido salir "al encuentro de los indignados, del mundo del arte" y la cultura que últimamente "mira de reojo" al PSOE. Pero también apunta a los desencantados del PP "que se saben engañados" por Rajoy.
El nuevo líder del PSOE cree que, después de este congreso extraordinario, los desencantados con el PSOE volverán "pronto" y que el socialismo va a "seducir" a los que no votan.
Todo para crear una gran mayoría que entierre el final del zapaterismo y recuerde más a la ilusión que el expresidente logró crear al inicio de su andadura al frente del PSOE.