Madina: "Con un proyecto profundo y renovado, volveremos a los 11 millones de votos"
Entre los tres millones de votos en las elecciones europeas y los once de José Luis Rodríguez Zapatero en 2008 media Eduardo Madina y un PSOE renovado. Eso cree el diputado por Vizcaya, que lleva mucho tiempo cogiendo carrerilla y está convencido de que ha llegado su momento. O logra este domingo ser secretario general del PSOE o renuncia al segundo asalto, las primarias para elegir candidato a las elecciones generales.
Madina (Bilbao, 1976) llega tan cansado como contento al final de la campaña. Su despacho en el Congreso de los Diputados está en una planta forrada con imágenes del Gobierno de Zapatero, cuyas decisiones más difíciles, las de la segunda legislatura, le tocó cimentar desde el grupo socialista. No quiere hablar demasiado ni de Pedro Sánchez ni de Pablo Iglesias. Según él, en el tiempo de la "hiperpolítica" la respuesta es el PSOE.
-”Soy lo que veis. Aquí no hay nada más. Soy autónomo. Me represento a mí mismo”, dijo en el debate con sus rivales. Sin embargo, usted ha sido parte de las decisiones en el Congreso y en la Ejecutiva del PSOE. ¿Por qué dice que va a renovar el partido si ya ha estado en la dirección que hay que renovar?
Porque lo conozco. No de ahora sino desde hace tiempo. Además, también conozco las instituciones. O lo conoces, o no lo cambias.
-¿Cómo valora partir con tantos apoyos orgánicos para las primarias y tener tan pocos ahora que compite por la secretaría general? ¿Qué ha cambiado?
La política es dinámica. Es política, no teología. Y esto es un congreso histórico, con 200.000 personas convocadas. El secreto de todo esto está en las papeletas que se metan en las urnas.
-¿Le ha dolido haber perdido apoyos de dirigentes del PSOE?
No es dolor lo que siento en este congreso, es esperanza e ilusión. Hacía mucho tiempo que no veía al PSOE así. Estoy muy contento de haber pedido el voto directo, de la campaña que estamos haciendo y las sensaciones que estamos recibiendo. La verdad: estamos muy contentos.
-¿Le ha pedido Zapatero que no se presente?
Con Zapatero hace ya mucho tiempo que no hablo y nuestras conversaciones eran privadas, así que que sigan siendo así.
-¿Hace cuánto que no hablan?
Le llamé el día antes de la presentación de mi candidatura y creo que es la última vez que hablamos.
-¿Cuánto le ha costado esta campaña? ¿Quién la financia?
No tengo ni idea [del coste], pero la pagan los voluntarios con su dinero y con su trabajo sin remunerar. El coste de comidas y desplazamientos lo pago yo.
-Usted defiende que los eurodiputados del PSOE no voten a Jean-Claude Juncker para la presidencia de la Comisión porque hizo campaña contra él. Sin embargo, el Partido Popular Europeo ha ganado las elecciones y la izquierda no tiene mayoría. ¿Cuál es su alternativa?
La alternativa es que el Partido Popular Europeo busque alianzas. Pero ante las políticas neoliberales de la derecha y la campaña que hizo el PSOE, lo que corresponde es votar "no" porque lo que defendimos fue un "no" a Juncker. Ahora que los ciudadanos nos han dado tres millones y pico de votos, utilicémoslos para decir "no" a Juncker.
-Los partidos europeos hicieron una gran apuesta por elaborar y llevar a las urnas listas con candidatos a presidir la Comisión. Si ahora la Eurocámara dice que no a Juncker, ¿cuál es la salida? ¿Que se quede José Manuel Durao Barroso? ¿Que no haya ninguno de esas listas?
Cuando en el Congreso de los Diputados el PSOE o el PP ganan las elecciones trata de encontrar una mayoría para la investidura. Aquí sucede algo similar. Que Juncker haya tenido más votos no quiere decir que el PSOE tenga que votarle, porque no compartimos su programa. Si soy elegido secretario general, hablaré con Rubalcaba para que el botón que aprieten los eurodiputados socialistas sea el del "no".
-Zapatero argumentó que muchas de sus decisiones venían impuestas por Europa. ¿Qué haría frente a decisiones tomadas en la UE que impliquen grandes sacrificios para España?
Buscaré alianzas con otros partidos socialistas europeos, que en algunos casos están en el Gobierno, para intentar cambiar las normas de funcionamiento de algunas instituciones, como el Banco Central Europeo, y también para cambiar las decisiones en política económica. Trataré de que el PSOE reoriente las prioridades del ingreso, con una reforma fiscal distinta y otras prioridades de gasto presupuestario.
-Ha dicho que la reforma exprés de la Constitución en 2011 fue una prioridad de otro, que usted no estaba en el Gobierno, que el artículo que limita el gasto remite a otras leyes donde hay más margen… No ha dicho en ningún momento si le pareció un error esa reforma. ¿Lo fue?
Alguien entendió en aquel momento que fue una obligación. Hoy tenemos dos opciones. Si en el futuro lo queremos cambiar, necesitamos un acuerdo comunitario y dos tercios del Congreso de los Diputados. Si no lo tuviéramos, ese artículo remite a una ley de estabilidad presupuestaria que se puede cambiar con 176 escaños, la mayoría absoluta. Creo que tenemos que cambiar esa ley, a la que el PP votó que sí y el PSOE que no.
-Apuesta por recuperar la competitividad, por apostar por el capital humano. Sin embargo, además de derogar leyes del PP, ¿cuáles serían sus tres principales medidas para rebajar el alto paro?
Derogaría la reforma laboral y llamaría a empresarios y sindicatos para recuperar el anterior sistema de relaciones laborales, volvería a financiar las políticas activas de empleo, que se quedaron a cero, y aprobaría programas específicos de inserción laboral para parados mayores de 50 años, mujeres y personas jóvenes, que sufren un desempleo juvenil disparado.
-En su Conferencia Política de noviembre se presentaron como un partido renovado. “Hemos vuelto”, dijo Rubalcaba. Pero no volvieron. ¿Qué falló?
No creo que los documentos de la conferencia política sean malos ni el fin del camino sino las bases para construir un proyecto político de enorme profundidad: más concreto, más definido, más breve y que apunte mejor a las 15 ó 20 prioridades que el país tiene. Que lo comprenda todo el mundo, que esté defendido por personas en una dirección del partido renovada y que tengamos credibilidad en su defensa. Si todos esos ingredientes no están, no tendremos éxito. Si están, creo que lo tendremos.
-¿Ofrecerá a Sánchez y Pérez Tapias un puesto en su Ejecutiva, como le ha ofrecido Sánchez?
Haré una dirección integrada, de unidad porque hemos aprendido del Congreso de Sevilla [que eligió a Rubalcaba frente a Chacón].
-¿Con Sánchez y Pérez Tapias?
Con Pedro y con José Antonio, con los principales referentes que el PSOE tiene, que son muchos. No quiero salir de ese congreso con un PSOE dividido.
-¿Cree a Sánchez cuando dice que está comprometido con las primarias en noviembre?
Le escuché decir que ofrecerá a los órganos de dirección la fecha de noviembre. Supongo que sí, claro. Si lo dice, lo hará. Ofrecerá a los órganos de dirección la propuesta. Estoy seguro de que dice la verdad.
-¿Esa propuesta no es la misma que tiene que hacer usted si es elegido?
Es un compromiso de mi candidatura, que se cumpla lo que los órganos de dirección ya habían aprobado. Para noviembre y un modelo como el de Francia e Italia, abierto a todos los ciudadanos que quieran participar.
-¿Es un plus para usted o le ayuda que Pedro Sánchez sea el candidato preferido en el centro derecha?
No me fijo mucho en Pedro Sánchez, ya lo siento. Estoy fijándome en mi campaña, en el trabajo que estamos haciendo y en los militantes. Todo desde el pleno respeto a las otras dos candidaturas. Yo no soy el candidato de la derecha, pero no pasa nada. Todo el mundo tiene gente que le apoya o que no y al final se vota en las urnas.
-¿Le sorprende la progresión de Sánchez, de ser alguien desconocido a tener posibilidades reales de liderar el PSOE?
La política está llena de sorpresas. Pero no. Han avalado casi 80.000 militantes a los candidatos de manera totalmente libre y van a votar de forma totalmente libre. En política, aunque hay muchas sorpresas, no me sorprende casi nada.
-¿Por qué cree que no son serias las propuestas de Sánchez sobre el aforamiento o las puertas giratorias?
Yo dije que este era un debate serio y mi concepción de la seriedad me lleva a pensar que si yo mañana estoy aquí defendiendo a los trabajadores y por una palabra altisonante que a un sindicato de ultraderecha le siente mal, me puedan imputar. Ese sindicato puede acabar con los representantes de los ciudadanos. La función parlamentaria, al menos en las Cortes Generales, tiene que estar protegida ante el Tribunal Supremo. Pero si yo mañana entro a robar en una farmacia, ahí no.
-Felipe González, Elena Salgado o Pedro Solbes han cruzado la puerta giratoria hacia el sector privado. Usted quiere cerrarlas, pero sin condenar a nadie a la “muerte laboral”. ¿Puede realmente un presidente del Gobierno o un ministro sufrir una condena a "muerte laboral” tras dejar el Gobierno?
Si hacemos incompatible todo después de haber pasado por un ministerio o una consejería, no van a poder ir a ningún lado. Yo quiero que este tipo de casos no vuelvan a suceder ampliando el período de tiempo de incompatibilidades y endureciéndolo. Pero no vayamos a hacer que en la política sólo pueda haber o funcionarios o millonarios. Ya sé que no está de moda, que lo fácil es subirse a otra ola, pero ese es mi modelo.
-¿Hay demasiadas "olas", como usted las define? ¿Cómo valora el descontento con la política, el populismo o la antipolítica?
Yo creo que estamos viviendo un tiempo hiperpolítico, con mucha reivindicación, crítica política. No creo que haya antipolítica sino hiperpolítica. Nunca se había hablado tanto y se le había exigido tanto a la política. En este tiempo, el PSOE tiene que hacer las cosas bien.
-Si se recupera el PSOE, ¿bajará la pujanza de Podemos o de IU?
Son electorados con trasvases, que se dan en IU y en el PSOE de una forma más clásica. El PSOE también tiene salida de voto hacia la abstención y hacia el centro. Del mismo modo, también recupera voto desde el centro, la abstención y la izquierda. Si se recupera el PSOE habrá menos abstención y volverá el voto que se ha ido a otras formaciones políticas. Pero para eso tenemos que hacerlo bien, con credibilidad, con renovación de ideas y equipos.
-Algunos analistas apuestan porque la fragmentación política se consolidará. ¿Es Podemos una consecuencia de la hiperpolítica del momento o de la subpolítica que ha hecho el PSOE en los últimos años?
Están canalizando bien el descontento de una respuesta política a la crisis económica, pero me interesan menos que el PSOE. Ya lo siento. Me interesa cómo le va al PSOE y qué proyecto político ofrece el PSOE. Si es un proyecto sólido, profundo y renovado, volveremos a alcanzar cuotas de apoyo social que tuvimos, como 11.200.000 votos en 2008.
-Pablo Iglesias, Alberto Garzón… son líderes a la izquierda de otra generación. ¿Qué es lo que más le gusta y lo que menos de ellos?
No son sólo de izquierdas. También está Albert Rivera [Ciutadans], que es más bien de derechas. Hay una generación en torno a los 40 años que está llegando a puestos de responsabilidad. Vamos a ver qué papel juega, qué fortaleza demuestra. En cualquier caso tiene lógica por el paso del tiempo. A Pablo Iglesias y Albert Rivera no los conozco. A Garzón sí, de estos años en el Congreso, y me parece un tipo excelente.
-Imagine que usted es secretario general del PSOE y en las municipales tiene la opción de echar al PP en un número considerable de ayuntamientos, pero sólo si pacta con IU y Podemos. ¿Qué haría?
Si soy el secretario general, saldré a ganar esas elecciones y recuperar muchos municipios que perdimos. Lo que está haciendo el Gobierno asfixia a los ayuntamientos, es inaceptable. Ahí se juega la primera línea de defensa de la democracia.
-¿Bajo qué condiciones aceptaría una reforma para la elección directa de los alcaldes?
Así, a cinco meses, no. El PP no hace eso porque quiera un modelo distinto, lo hace por miedo a perder muchos ayuntamientos muy importantes. Pero la ley es de todos y la tenemos que cambiar entre todos. En dos años y medio no han querido hablar de eso.
-A muchos les extraña que no haya utilizado políticamente su condición de víctima de ETA. ¿Por qué esa discreción?
He afrontado aquel atentado de la mejor manera que he podido. Supongo que sigo afrontándolo todos los días. No creo que se supere de manera tan fácil como algunos creen, pero es mío. He tratado de seguir haciendo mi vida -yo también soy eso- pero lo he tratado en la intimidad, con mi familia. No creo que tenga que hablar de eso en los medios.
-En el partido, sus críticos más feroces le acusan de falta de cuajo, de falta de impulso o decisión. Hay quien incluso le acusa de poco trabajador. ¿Qué les responde?
Que no me conocen.