Más de 500 detenidos en una masiva manifestación por la democracia en Hong Kong
Más de 500 manifestantes han sido detenidos esta noche en Hong Kong mientras participaban en una sentada en el centro tras la multitudinaria manifestación por el sufragio universal que ha tenido lugar este martes por las calles de la ciudad asiática.
Un total de 511 manifestantes (351 hombres y 160 mujeres) han sido arrestados, acusados de "reunión ilegal y obstrucción a los agentes de policía", según fuentes policiales.
La sentada a las puertas de la oficina del jefe de Gobierno de la ciudad se produjo después de una de las mayores manifestaciones a favor de la democracia registradas en la última década. Unas 510.000 personas participaron, según las estimaciones de los organizadores, aunque fuentes oficiales rebajaron esa cifra hasta los 98.600.
La tradicional manifestación del 1 de julio, que conmemora el aniversario del retorno de Hong Kong a China, atrajo a miles de personas que recorrieron las principales calles reclamando el sufragio universal para Hong Kong y menos intervención política del Gobierno de Pekín en los asuntos de la excolonia británica.
El líder del Ejecutivo de Hong Kong, CY Leung, ha dicho que el Gobierno está tratando de forjar un consenso sobre la reforma política. Hong Kong debate su desarrollo democrático con dos frentes abiertos: los activistas, que cuentan con apoyo popular, y el oficial, con el Gobierno de Pekín al frente.
Los activistas prodemocracia están representados por la agrupación Ocupar el distrito Central Con Amor y Paz (OCPL, por sus siglas en inglés), que ha organizado un referéndum no oficial en el que participaron 800.000 ciudadanos (el 10% de la población) para pedir el sufragio universal.
China, por su parte, ha prometido introducir el sufragio universal en la ciudad en 2017, pero quiere un comité para aprobar a los candidatos. Tanto el Gobierno de Hong Kong como el de China han rechazado el referéndum.
Las reivindicaciones contra el control del Gobierno se han intensificado desde el 10 de junio, cuando Pekín hizo público el Libro Blanco de Hong Kong, un documento en el que afirmaba que la autonomía de la excolonia debía estar supervisada por China.
Muchos activistas han visto en el documento una amenaza de intervención política en los asuntos del territorio y una violación del principio "un país, dos sistemas" que, desde el retorno de Hong Kong a China en 1997, otorga autonomía plena a la excolonia en todas las competencias salvo Defensa y Asuntos Exteriores.