José Antonio Pérez Tapias: "Al PSOE le falta nervio para presentarse como alternativa"
No le rodea un gran equipo de campaña ni mira continuamente el reloj con la cabeza en su próximo acto. José Antonio Pérez Tapias (Sevilla, 1955) aparece solo, con una maleta pequeña y un maletín para el portátil. Ha dormido en el autobús que le ha llevado de Sevilla a Madrid, donde tiene actos de campaña. El día que se votó la reforma exprés de la Constitución, se ausentó pleno del Congreso de los Diputados. Defiende una consulta sobre la independencia de Cataluña y que en ella voten sólo los catalanes, siempre que sea consultiva y legal. No quiere reformar la Constitución sino un "proceso constituyente" para ponerlo todo en orden.
Es un radical tranquilo.
Es decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada y quiere ser secretario general del PSOE. No de puertas para afuera (no se presentará a las primarias para las generales, avanza) sino para reconstruir un partido herido y sin aliento. Según sus cálculos, de los casi 10.000 avales necesarios tiene más de la mitad. El plazo termina esta semana y espera pasar a la segunda ronda, la de los candidatos definitivos, gracias a un discurso menos de aparato que el de Eduardo Madina y más de izquierdas que el de Pedro Sánchez. Advierte de que "135 años de historia no garantizan los 5 siguientes", en referencia al pedigrí de su partido. El futuro hay que ganárselo a pulso.
-Todos los candidatos apelan a la ilusión, a la regeneración, a la conexión con el electorado, la unidad… ¿Está habiendo un debate de ideas real?
Se trata de un mismo partido, con un proyecto común. Pero hay diferencias, por ejemplo en la reforma del artículo 135 de la Constitución.
-La reforma exprés de 2011 en la que se puso topes al endeudamiento y a la que usted se opuso.
Creo fue un error y ahora hay que corregirlo, no quedarse en el lamento. Cuando se habla de reforma de la Constitución hay que contemplar ese artículo, que es una cuña neoliberal que se metió con un procedimiento discutible y perjudicial para el Estado social. Fue un procedimiento neocolonial que nos colocó en un sur que no es sólo geográfico sino una posición económica y política.
-Entonces, si todo su grupo hubiera votado como usted, quizás España hubiese sido sometida a un rescate completo. Como no ha ocurrido, su postura ahora es cómoda.
Es cierto que es más cómodo ahora. Pero... ¿por qué no se convocó al comité federal? ¿Por qué no se hizo con más tiempo para que hubiese debate? Un referéndum tampoco hubiera sido descabellado, aunque fuera complicado. ¿Por qué no se disolvieron las Cortes antes y se llevó el debate al terreno electoral? Si Alfredo Pérez Rubalcaba, José Antonio Griñán y Susana Díez han dicho que fue un error, será por algo.
-¿Qué dos o tres propuestas concretas defiende para luchar contra el paro?
El Estado español ha hecho un esfuerzo ímprobo, aportando fondos y avalando a la banca, pero ese rescate no se traduce en que fluya el crédito para que se genere empleo. La conclusión es que la lucha contra el paro es retórica, pero no prioritaria. Si la banca privada no lo resuelve, hay que fomentar la banca pública, que el acceso a los créditos del ICO sea más fácil, por ejemplo. Hay que parar los recortes para recuperar la demanda. Hay que apostar por la iniciativa social, potenciar lo que se ha definido de manera ingenua y simplista como 'emprendedores'. Hay que fomentar el cooperativismo, no los emprendedores que son autónomos por la externalización masiva. No se puede dejar al autónomo solo. También hay que reforzar la acción sindical, la tradicional y las nuevas situaciones, como las del comercio, grandes superficies, agricultura industrial…
-Ha dicho que “hay que redefinir al PSOE en la izquierda”. ¿Dónde está entonces?
Si nos preguntan a los que estamos en él, nos ubicamos en la izquierda. Pero es evidente que una parte de la ciudadanía no lo percibe así, por las políticas o el discurso. Lo hemos visto en las elecciones al Parlamento Europeo, donde una parte del voto se desplazó a fuerzas emergentes como Podemos.
-¿Es la Ejecutiva la que no está en la izquierda?
Hay una distancia entre las bases y la dirección que es análoga a la que hay entre el partido y la ciudadanía. Hay que acabar con esa distancia, lograr una comunicación fluida y no jerárquica y que los militantes sean los protagonistas de algo que es de todos, no de una élite oligárquica. La socialdemócracia ha estado muy contaminada por el neoliberalismo. Se han pretendido hacer políticas sociales y de redistribución sin tocar la política económica. Pensando que el mercado se autorregula, que la intervención del Estado debe ser mínima. Y es una trampa.
-En España, los grandes pactos, desde la Transición, han concitado el apoyo de los grandes partidos. En Alemania o en la UE es habitual la gran coalición. ¿Por qué está en contra?
Un proceso constituyente requiere un consenso, pero no sólo a dos, porque el esquema bipartidista ha dejado de funcionar. España no cabe en la horma estrecha del bipartidismo y hay asuntos, como la reforma territorial, que son urgentes y requieren nuevos consensos. Pero hay que distinguir ciertos pactos de lo que es una coalición de gobierno.
UN REFERÉNDUM PARA CATALUÑA
-Está a favor de un Estado plurinacional y federal. ¿Puede eso construirse empezando por un referéndum en Cataluña?
Si es legal, sí. El referéndum sería consultivo, no decisorio, y al principio del debate, no al final.
-Si una mayoría de catalanes votan a favor de la independencia en un referéndum consultivo, ¿cómo podría negárseles después?
No deja de ser un dato sobre la realidad. ¿De qué valdría una reforma constitucional que votase toda la ciudadanía pero tuviese un voto contrario en Cataluña u otro lugar? Estaríamos ante una reforma en falso.
-¿Qué hubiera votado si fuese diputado en el Congreso cuando se votó la ley de abdicación?
Me parece lamentable que esa ley no se haya debatido en más de 30 años. Mi posición hubiera sido la de Odón Olorza, la de la abstención razonada.
-Si el PSOE se hubiese abstenido en bloque, el rey seguiría siendo Juan Carlos I.
Pero se habrían buscado soluciones. En cualquier caso, aunque esa posición no fuera compartida por todo el grupo, la libertad de voto que pedía Olorza era razonable. La libertad de voto no se refiere sólo a cuestiones de bioética.
-Está a favor del referéndum sobre la república, pero ahora no. Suena al republicanismo del PSOE, sí, pero ahora no.
No suscribo el accidentalismo, ese pragmatismo a ultranza para salvar ciertas cuestiones. La cuestión no debe tratarse con frivolidad ni precipitación. Debe tratarse en un proceso constituyente. El debate tiene que tener su recorrido y las alternativas tienen que delinearse. Igual que cuando hablamos de federalismo hay que definirlo, necesitamos saber qué tipo de república queremos. La gente tiene que saber qué se le ofrece.
5.500-6.000 AVALES
-¿Conseguirá los avales?
Vamos bien. No es fácil determinar el número, pero ahora mismo creo que estamos en torno a los 5.500 ó 6.000 avales [son necesarios cerca de 10.000]. Podemos conseguirlo pisando el acelerador.
-¿Quién paga su campaña electoral?
Los militantes. Abrimos una cuenta para aportaciones voluntarias y la administración es muy rigurosa porque son sus medios y los que el propio candidato ha puesto. Mucho coche particular y mucho relevo entre compañeros.
-¿Está apoyando su candidatura Andalucía para debilitar a Madina y favorecer a Pedro Sánchez?
No hasta donde yo sé. Y no es mi intención. Yo me presenté el primero, antes de saber lo que haría Susana Díaz, porque pensamos que había que hacerlo en este momento para hacer un congreso de debate y no de aplausos. Pienso que hice lo correcto. Lo que quiero es que el debate sea limpio y las reglas transparentes, aunque hay ciertas zonas de incertidumbre.
-¿Por ejemplo?
Se echa en falta una igualdad de oportunidades efectiva; no se da del todo. A la hora de pedir avales vimos una importancia excesiva de los barones. En cuanto una dirección hace un guiño a alguien, se cierran filas. Puede haber presiones excesivas. Hay otras cuestiones: se eliminó el tope de avales por arriba, pero no por abajo. Hay asimetría en el acceso a los medios, porque algunos compañeros parten de una posición mejor, como el Congreso de los Diputados. También está el acceso al censo, que se limita en el caso de los avales, cuando hay otras candidaturas que sí lo tienen.
-Le han hecho guiños Josep Borrell, Odón Elorza o Cristina Narbona. Hace campaña con Beatriz Talegón. ¿Le gustaría tener más apoyos? ¿Se siente solo?
No me siento desamparado. Los militantes me tratan muy bien y la decisión de presentarme es personal, pero no en solitario. A otros que en el partido apuestan por el ala izquierda, les agradezco mucho su apoyo.
-¿Qué futuro le augura a Beatriz Talegón?
Muy prometedor. Ella tiene su modo de expresarse, siempre leal al partido. Tiene una manera de abordar algunas cuestiones que a algunos les puede resultar estridente, pero comprendo que para que ciertas verdades lleguen más allá hay que utilizar un lenguaje muy directo.
-Talegón ha dicho que Sánchez es un "liberal" y a Madina "le falta coherencia". ¿Lo comparte?
Yo veo que, cada vez más, los demás candidatos van asumiendo posiciones más de izquierdas que coinciden con las 15 claves que lancé al principio de la campaña. Pedro Sánchez ha manifestado sus puntos de vista y le acompaña una cierta imagen. Los dos son, en primer lugar, socialistas. Y dentro del PSOE hay distintos acentos, como los que Beatriz apunta.
-Qué diplomático. ¿Qué opina en realidad de sus dos principales contrincantes?
Los dos representan posiciones que responden a la dirección del partido y del grupo parlamentario hasta ahora.
-¿Son aparato?
La palabra tiene muchas connotaciones, pero Madina viene de la dirección federal y es secretario general del grupo parlamentario. Ha estado en las decisiones que se han tomado. A la hora de mantener una propuesta de renovación muy en serio y en profundidad, tiene su dificultad. Yo presento mis ideas y mi trayectoria, que son un aval.
-Es decir, que Madina y Sánchez son parte de lo que les ha traído hasta aquí.
Han sido parte en una manera en la que yo no lo he sido, eso es evidente. Ahora que se habla de una nueva fiscalidad, en el grupo socialista en el Congreso lo planteábamos en la legislatura anterior. Y entonces echábamos de menos algunas voces. También en el debate federalista. En el 38 congreso del PSOE (2012) muchas enmiendas fueron rechazadas. A los pocos meses se hablaba de modelo federal y derecho a decidir. ¿Cuánto tiempo hace que hablamos de laicidad? Al PSOE le falta nervio para presentarse como alternativa, tanto de Gobierno como ideológica. No sólo puede haber detalles en política económica, sino una alternativa global.