Entrevista a Balagueró y Matellano: las claves del cine para disfrutar sufriendo
Madrid ha contado con lo mejor del terror estos días. En las salas del Palafox, el Festival Nocturna ha ofrecido películas de género de todos los rincones del planeta y ha reunido a nuevos talentos y grandes del terror.
Entre los primeros destaca Víctor Matellano, que ha estrenado en el festival un corto (La cañada de los ingleses), un largometraje (Wax) y un documental (Zarpazos). Entre los segundos, uno de los directores de terror más exitosos del cine español: Jaume Balagueró, que recogió un premio como Maestro del Fantástico y que estrena este año Rec 4: Apocalipsis, última entrega de la saga.
Sigue leyendo después del vídeo.
¿Cómo ven el género del terror un recién llegado y un director consagrado? ¿Cómo empezaron a interesarse por el género y qué influencias tienen? Nos hemos sentado con los dos para averiguarlo.
- ¿Por qué el terror?
BALAGUERÓ: No me fascina en especial. La razón por la que hago películas de terror es, primero, porque me gusta mucho, desde pequeño; segundo, me permite probar muchas cosas cuando cuento historias; y tercero, me he visto abocado a hacerlas. Empecé haciendo una que ni siquiera era auténtico terror, sino un thriller muy oscuro (Los sin nombre). Y eso, de alguna forma, te aboca a seguir sin darte cuenta. No es que no quieran que hagas otra cosa, pero la inercia te lleva a repetir. Pero siempre mantengo la mente abierta a hacer otros proyectos.
MATELLANO: Siempre me llamó mucho la atención. La primera película que vi en el cine, con seis años, fue una de Godzilla de los años 60, Los monstruos del mar. Siempre me ha llamado la atención el mundo de los monstruos. Tiene una iconografía curiosa, y luego están los temas: la identidad, la búsqueda, el autocontrol y la moralidad... Los monstruos no tienen moral. Me gusta el cine de la Hammer, de John Carpenter, de James Wan. Sus películas parecen hechas hace 40 años. Influenciado por eso, mi acercamiento al género es algo naif, por eso algunas de las películas que se hacen ahora, ese terror tan descarnado de Hostel, Saw, etc., me cuesta algo verlas.
- ¿Qué aporta al género el terror creado por directores hispanohablantes y qué carencias tiene?
BALAGUERÓ: No aporta nada específico. Valoro las películas por lo que son, no por el lugar donde están hechas. España, a nivel de género, ha sido muy influyente en la última década, o así se ve desde fuera. No sé si tendrá carencias, más allá de que en el cine siempre las hay. Comparado con el que se hace en Estados Unidos, en Latinoamérica quizá las carencias son mayores por una cuestión económica. También suele ocurrir que esas carencias provocan un efecto Lazarillo y la imaginación encuentra nuevas vías para expresarse.
MATELLANO: En el caso de España, nos inventamos tres personajes. Está el hombre lobo Waldemar Daninsky, que viene de Centroeuropa y tiene una saga. Luego están los monjes templarios momificados, que han protagonizado cuatro películas. Y el tercero es el doctor Orloff de Jesús Franco. Ninguno es español, y una de las razones es la comercialidad, pero también la censura. Decían que un hombre lobo no podía ser asturiano ni andaluz. Ahora exportamos cosas como Rec, de zombies infectados, una variante extraña. Hemos generado hasta que nos hagan remakes. El fauno de Guillermo del Toro se ha convertido en un referente y también el niño Tomás de El Orfanato. Si le falta algo a nuestro terror es dinero. Y cuando lo tiene, como en Los Otros... se triunfa. Esto lo estamos haciendo con cuatro duros. Dénos ocho y verá lo que le hacemos.
- ¿Hay libertad creativa?
MATELLANO: Como en cualquier medio, dentro de que el cine no es una democracia. Tienes un productor, un estudio, las televisiones. El cine está sometido a la arbitrariedad de que tiene que gustar, sino, no sale. Cuando te aprueban un proyecto siempre hay cambios. En ocasiones sólo se quedan con el título. Da ganas de decir: "¿Y no era más fácil que usted me encargara lo que quiere hacer?". Pero en América pasa igual, hay directores que ruedan y se van a su casa hasta que les llaman para ver la película. Y cuando la ven, dirán: "Pues si esto es lo que hay, es lo que hay".
- ¿El final de la saga Rec es un alivio?
BALAGUERÓ: No, ya lo supuso Rec 3, que no la hice yo sino Paco Plaza. Rec 4 me apetecía hacerla. Tampoco hay una continuidad, es una propuesta muy diferente, fiel en espíritu pero completamente distinta. Me permitió intentar cosas que no habíamos hecho en las anteriores. Si un día me apetece Rec 5, la haré, pero mi intención no es hacerla. Me apetece seguir haciendo lo que me apetezca, digamos.
- ¿Cuál es la mejor película que viste el año pasado?
BALAGUERÓ: Me viene a la mente El origen del planeta de los simios. No esperaba que me gustara tanto. Le pasa un poco a todo el mundo: nadie esperaba nada de esa película y nos quedamos como "guau".
MATELLANO:Expediente Warren, yendo al género. Me parece muy interesante. Soy muy de Woody Allen, pero lleva un par de pelis que me gustan menos. Luego está El escritor de Polanski, que es de hace unos años. Estoy obsesionado con ella y la he vuelto a ver recientemente.
¿Cuál es tu monstruo favorito?
BALAGUERÓ: Cuando era pequeño, los zombies. Eran como esos monstruos de películas del pasado, de las que ya no se hacían. ¡Películas de zombies! Yo soñaba con ellos, me daban mucho miedo. Pero... claro, ahora ya.... (risas) Pero si hablamos del monstruo perfecto, es Alien.
MATELLANO: Frankenstein (muestra un retrato en su camiseta del monstruo). Está hecho de trozos, tiene tornillos... Hay un momento que se rebela contra su creador, no entiende por qué lo ha creado, tiene un problema de identidad. Y, a su vez, el doctor Frankenstein no deja de buscar ser un dios, aunque no lo consigue. También por la ternura. Es un poquito como yo, parece que soy un tío que hace películas de sangre y monstruos, pero no. Frankie y yo somos más tiernos que el Día de la Madre.