Un Madrid de diez (4-1)
El Madrid sigue reinando en su competición estrella. Ningún club ha logrado ganar diez veces la Copa de Europa y la ansiada 'Décima' viaja finalmente a las vitrinas del Bernabéu tras una victoria holgada sobre el Atlético de Madrid por 4-1.
El partido fue una tensión constante en el césped, con un conjunto bien plantado sobre el verde y otro desajustado, apenas imagen de lo que había sido durante la competición hasta la fecha. El Atlético de Simeone tomó las riendas del campo, supo presionar en todas las áreas y dificultar la salida del balón a su rival. El Madrid se perdía buscando la falta de claridad de Khedira, titular en la media, y la soledad de Modric en la mediapunta.
Fue una primera parte que comenzó extraña, con Diego Costa, titular en las filas rojiblancas, camino de los vestuarios a los 9 minutos. La placenta de yegua fue un invento y su alineación en el once fue un riesgo que Simeone asumió. Eso o puro teatro.
Adrián ocupó su lugar y el Atlético recuperó la tensión en todas las líneas. Apenas había ocasiones, pero las pocas rojiblancas sonaban a gol y las del Madrid suponían un esfuerzo enorme.
Ronaldo no aparecía y sí lo hacían jugadores como Raúl García o Gabi, cuyo partido fue de sombrero. Pero el protagonista de la primera mitad fue el héroe de la Liga colchonera: el uruguayo Godín. En un saque de esquina, el Madrid despejó la pelota, pero Gabi la volvió a meter al área y Godín aprovechó que la defensa pensaba que estaba en fuera de juego para peinar el cuero y superar a Casillas, perdido a media salida, por encima de su cabeza.
En la segunda parte, la historia era la misma. El Atleti superaba en todas las líneas al Madrid, que no sabía cómo avanzar. Hasta que Ancelotti movió ficha y situó a Isco en el medio del campo y a Marcelo en la izquierda. Khedira y Coentrao desaparecían de la final.
Con ese movimiento, el Madrid logró frescura en la media aunque le faltaba claridad en el ataque. Buscaba obsesionado la ocasión por alto, con balones colgados de lejos y sin intentarlo cuando se acercaba al área. El Atlético, cada vez con menos fuelle, fue cediendo terreno y apenas inquietaba a la contra. Pero resistía en defensa.
RAMOS, HÉROE BLANCO
Fueron casi 45 minutos en los que los de Simeone, que dio entrada a Sosa para contener el centro del campo, aguantaron todo el asedio blanco, que buscó el gol más con ganas que con precisión. Y cuando parecía que el Atlético se llevaría su primera Copa de Europa, Sergio Ramos voló por encima de todos los defensas rojiblancos y clavó el balón en el palo derecho de Courtois.
El Atleti volviía a ser 'el pupas' y el Madrid resoplaba cuando se veía en la lona. El golpe, sin embargo, se lo había llevado su rival y parecía definitivo.
La prórroga midió las fuerzas de ambos conjuntos y ahí fue superior el Madrid. Lo demostró Di María, que lo intentó desde el minuto uno, con una carrera descomunal con 110 minutos en las piernas. Se plantó ante Courtois y disparó con fuerza, pero el guardameta belga lo despejó. El rechace voló delante de la portería y ahí apareció Bale, héroe de la Copa del Rey, para marcar el segundo y casi sentenciar al Atlético.
Los de Simeone creían tener el título en las manos y, de sopetón, se veían fuera de juego, sin capacidad de reacción. Y sin fuelle para seguir caminando, Marcelo tomó la pelota, corrió hacia el área y fusiló a Courtois para anotar el tercero. La goleada final la firmó de penalti Cristiano Ronaldo, cuya celebración fue del todo excesiva. Tanto como la bronca final entre Varane y Villa, que provocó que Simeone se encarara con el central francés y acabara expulsado.
Con el pitido final el Madrid confirmó que la Copa de Europa es su competición. Ahora tocará hablar de la 'Undécima', pero eso será el año que viene.