La película sobre los jóvenes de la España en crisis que entusiasma en Cannes

"Uno de los grandes males de hoy en día es el optimismo que se nos intenta vender. Es algo muy negativo, que interesa mucho a los políticos. Siendo optimista uno cree que está mejor de lo que está y no hace nada por cambiarlo. En cambio, la esperanza trata de ser consciente de la gravedad de la situación en la que se está y en querer hacer algo para cambiarlo", cuenta a El Huffington PostJaime Rosales, director de Hermosa juventud. Por eso su retrato acerca de los jóvenes de la España actual que ha entusiasmado en el Festival de Cine de Cannes y que llega a las salas españolas el próximo 30 de mayo no ofrece optimismo pero sí esperanza.

Jaime Rosales y los actores Ingrid García-Jonsson y Carlos Rodríguez

Rodada hace apenas cuatro meses, la película busca veracidad e inmediatez y recurre en parte al lenguaje visual de los smartphones y las redes sociales.

Natalia y Carlos son dos veinteañeros con un hijo en camino y pocas perspectivas laborales. Él trabaja de vez en cuando en la construcción por 10 euros al día y ella deja su currículum de tienda en tienda sin mucho éxito. Viven en las casas de sus respectivos padres, cuya situación tampoco les permite solventar la situación de sus hijos. La pareja se plantea marcharse a Alemania y, mientras tanto, hacen porno amateur para recibir algún que otro ingreso.

Rosales asegura no sentirse legitimado para dar respuestas sobre las causas y soluciones de la crisis en España. Busca la pluralidad de interpretaciones posibles más que reforzar una tesis. "Tomo personajes, intento que sean lo más ricos posibles y que cada espectador saque sus propia lectura, ya sea política, psicológica o social", apunta. La mayoría de medios nacionales e internacionales se han mostrado entusiasmados con el resultado. "Un brillante retrato sobre la tragedia de la energía e idealismo echados a perder", apunta The Guardian. Variety destaca que Rosales ha abandonado en parte su cine de arte y ensayo para hacer un cine mas cercano a público, incluso convencional.

Es cierto que el director siempre ha buscado formas experimentales de lenguaje cinematográfico. En La soledad (2007) dividía la pantalla en dos para contar la historia paralela de dos mujeres. Con ella triunfó en los premios Goya. Ahora cede parte de su discurso a los jóvenes que protagonizan la cinta. Se convierten en parte del equipo técnico, al ser los operadores de cámara que manejan los smartphones y demás gadgets tecnológicos que forman parte de la película. "Son las mejores tomas y ayudaban a crear el retrato generacional", dice el cineasta, quien "se ha dejado influir en gran parte" por su directora ejecutiva Bárbara Díez, diez años menor que Rosales (Barcelona, 1970).

A partir del proceso de casting con actores veinteañeros no profesionales ha conocido testimonios mucho más graves que las mostradas en la película, "otras muy graciosas o surrealistas", comenta, pero solo algunos detalles aparecen en su historia. Así, además de tomar su imagen y su forma de comunicación Rosales ha accedido a través de estos veinteañeros a un valioso trabajo de investigación que le ha permitido perfilar aun más el guion ya trazado.

Cuando el cineasta catalán estrenó Tiro en la cabeza (2008), sobre el asesinato en Capbreton de dos guardias civiles a manos de la banda terrorista ETA años antes de la tregua, optó por estrenar la película a través de plataformas digitales, además de en un reducido número de salas y en el Museo Reina Sofía. La polémica temática de la cinta tuvo algo que ver en ello, como le acaba de ocurrir en el marco del Festival de Cannes a Abel Ferrara con Welcome to New York. Rosales explica que no está seguro de si repetiría la experiencia de esta innovadora distribución. “Mi película tuvo un gran impacto mediático, pero no se tradujo en éxito en Internet. Supongo que de momento dependerá de en qué caso se pueda aplicar peor no hay duda de que es un sistema de distribución que va a seguir desarrollándose en un futuro inmediato”, opina.