El secuestro de las niñas nigerianas en seis preguntas
Las fuerzas nigerianas y extranjeras van a comenzar esta semana la búsqueda con equipos de alta tecnología de las más de 200 niñas secuestradas en el estado de Borno, en el norte de Nigeria, desde hace casi un mes por la secta islamista Boko Haram.
Cuando se cumple un mes del secuestro, estas son algunas de sus claves.
Según explica a la BBC Andrew Walker, analista especializado en Nigeria, las niñas fueron secuestradas en la ciudad de Chibok. Se cree que ahora se encuentran cautivas en algún lugar del bosque Sambisa, una zona remota y de difícil acceso del país.
La zona, situada al sur del Sahara, está conformada por pastizales y matorrales, con barrancos fluviales densamente arbolados.
El área es difícil de transitar con vehículos, aunque sean todoterreno, porque hay crestas de granito junto a zonas arenosas.
Algunas informaciones aseguran que las niñas han podido ser sacadas del país y llevadas a Camerún, pero esto no ha sido confirmado.
Todavía no se sabe el número total de niñas secuestradas, cifrado en torno a 200. La identidad de 180 fue sacada a la luz por un activista cristiano, aunque sus nombres no se han confirmado. 53 niñas consiguieron escapar.
El estado de Borno es el hogar de muchas comunidades cristianas y se piensa que la mayoría de las niñas son cristianas, pero también hay muchas musulmanas en el grupo.
El grupo islamista condena a los que han sido educados en el "sistema occidental" y se opone a que las mujeres tengan acceso a la educación. Boko Haram significa "la educación occidental está prohibida" en el idioma local y lucha por imponer un Estado islámico en Nigeria, un país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur.
El grupo fue fundado en 2002 por el clérigo musulmán Mohamed Yusuf.
Yusuf creó en Maiduguri, la capital del estado de Borno (noreste), un complejo religioso que incluía una mezquita y una escuela islámica, donde muchas familias musulmanas de bajos recursos inscribieron a sus hijos.
Pero el objetivo de Yusuf no era realmente establecer un centro educativo, sino un campo de reclutamiento de jóvenes que posteriormente lucharían contra el Gobierno nigeriano para instaurar un Estado regido por la "sharía" o ley islámica
En 2009, Boko Haram empezó a atentar contra edificios del Gobierno en Maiduguri y comisarías de policía. Ese mismo año, Mohamed Yusuf fue detenido y asesinado por las fuerzas de seguridad.
Aunque las autoridades nigerianas aseguraron entonces que era el fin de Boko Haram, los islamistas se reagruparon bajo el actual líder del grupo armado, el teólogo Abubakar Shekau, por el que EEUU ha llegado a ofrecer una recompensa de 50 millones de dólares.
Desde entonces, los fundamentalistas mantienen una sangrienta campaña que ha causado más de 3.000 muertos, especialmente en el noreste del país, base espiritual y de operaciones del grupo fundamentalista, donde miles de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares.
Según el especialista de la BBC, Boko Haram necesita nuevos seguidores para su grupo insurgente. Víctimas de otros secuestros del grupo han relatado que se les obligó a casarse con comandantes de la organización terrorista. Otras fueron utilizadas como esclavas sexuales.
Además, este lunes se ha difundido un vídeo y el líder de la banda ha asegurado que han sido convertidas al islam y ha pedido la liberación de prisioneros del grupo terrorista a cambio de su liberación.
La persistencia del conflicto con Boko Haram es una de las principales críticas que la sociedad civil nigeriana y la comunidad internacional está lanzando al Gobierno del país, cuya pasividad sobre el rapto de las niñas ha sido denunciada por Amnistía Internacional.
Según esta organización, las fuerzas militares de Nigeria ignoraron varios avisos sobre la entrada de la secta radical en Chibok, cuatro horas antes de que se produjera el secuestro de las niñas.
Los cuarteles del Ejército nigeriano en Damboa, ciudad a unos 35 kilómetros de Chibok, y en Maiduguri, a 130 kilómetros, recibieron avisos entre las siete de la tarde y las dos de la madrugada (hora local) del 14 al 15 de abril sobre la amenaza del grupo islamista.
Sin embargo, la imposibilidad de reunir tropas debido a los escasos recursos y el temor a enfrentarse a grupos armados, a menudo mejor equipados que ellos, desalentó al Ejército, que decidió no desplegar refuerzos en Chibok esa noche, aseguró Amnistía.
Según la BBC, a esto se une que las divisiones entre la clase política ante las elecciones del próximo año no han facilitado las cosas.
Los estados del noreste, donde Boko Haram tiene más fuerza, están controlados por opositores al gobierno, por lo que existe una gran desconfianza entre los líderes locales y el gobierno central, con poco margen de maniobra en ciertas materias como la seguridad.
Mantener la soberanía es un tema muy sensible en Nigeria, que hasta ahora ha rechazado toda las peticiones para tener bases del Africom, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en África, mientras favorece el desarrollo, todavía sin éxito, de su propio programa de drones.
Finalmente, bajo la presión internacional, con campañas alrededor de todo el mundo clamando por su liberación, y con delegaciones de muchos países en Abuja, la capital, con motivo del Foro Económico Mundial celebrado en África esta semana, Nigeria ha cedido y ha permitido la participación de asesores extranjeros en materia de seguridad.
En el pasado, el presidente Goodluck Jonathan ha pedido a los gobiernos extranjeros "apoyar los esfuerzos del Gobierno nigeriano" contra Boko Haram, "ayuda" entendida como fondos económicos que nunca han llegado, pero que puede que ahora se materialicen.