Este robot lo atrapa todo (VÍDEO)
A pesar de sus grandes avances de los últimos años, los robots son muy torpes. Capaces de superar en precisión al mejor cirujano, no saben cómo actuar ante lo imprevisible, como subir una escalera o lanzarles una piedra. Ahora, un grupo de investigadores suizos ha creado un brazo robótico que aprende a coger objetos en movimiento como lo hacen los humanos, y aprende muy rápido.
Miembros de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL) han diseñado un brazo robótico que atrapa todo lo que se le lance. Gracias a una serie de complejos algoritmos, el robot es capaz de adaptar su mano a la forma del objeto y anticiparse a su velocidad y trayectoria en apenas cinco centésimas de segundo.
Una de los grandes obstáculos para el desarrollo de la robótica es que la máquinas no saben operar ante la incertidumbre. Lo suyo son las reglas. Se las programa siguiendo un conjunto de ellas y en eso son capaces de superar a cualquier humano. Pero lidiar con lo aleatorio, los cambios, es toda una tortura para ellos.
“Las máquinas actuales son generalmente preprogramadas y no pueden asimilar los cambios en los datos fácilmente”, explica la responsable del Laboratorio de Sistemas y Algoritmos de Aprendizaje de la EPFL, Aude Billard. “Por eso, su única salida es recalcular la trayectoria, lo que exige demasiado tiempo en situaciones en las que cada fracción de segundo puede ser decisiva”, añade.
Ese es el tiempo en el que tendría que operar este robot. Lo están ultimando para participar en el proyecto Clean- mE, dirigido por el Centro Espacial Suizo que, en tres años, quiere colocarlo en el espacio para recoger basura espacial. Instalado en un satélite, el brazo robótico tendrá que ir capturando restos de otros satélites a una enorme velocidad y con trayectorias que no son del todo conocidas.
Para obtener esta adaptabilidad, los investigadores han programado al robot para que aprenda como siempre lo han hecho los humanos, por el método de ensayo y error. Esta programación por demostración no descansa sobre unas instrucciones y direcciones dadas a la máquina sino que le muestra ejemplos de posibles trayectorias y, por medio de la repetición, dar con la adecuada. Así, tendrá que dejar pasar la basura y, al completar la siguiente órbita, cazarla.
LAS PRUEBAS
En las pruebas, el robot fue entrenado para coger desde una bola hasta un martillo, pasando por un bote de leche corporal o una raqueta. Querían que se enfrentara a todo tipo de formas y texturas de unos objetos que presentaban diferentes centros de gravedad. Y, a tenor de la investigación que publican en IEEE transactions on robotics, ha superado las pruebas con nota.
Al principio era como un niño o un adulto que se enfrenta a una nueva tarea. Se le lanzaban las cosas y una serie de cámaras situadas en el laboratorio grababan su desplazamiento. Durante el proceso, el robot fue creando un modelo de la cinética de cada objeto basada en su trayectoria, su velocidad o su movimiento de rotación. Al poco, el robot era capaz de refinar su movimiento y agarrarlo en cuestión de milisegundos. Casi como un humano.