Gabriel García Márquez fue, además de un gran literato, periodista. Lo llamaba "el mejor oficio del mundo" y lo describía como: "Una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad. Nadie que no la haya padecido puede imaginarse esa servidumbre que se alimenta de las imprevisiones de la vida. Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso".
La prensa de todo el mundo ha recogido el lamento por su muerte. Las redacciones que tan bien conocía él se sacudieron la calma de un Jueves Santo sin grandes noticias y se activaron para dar cuenta de su fallecimiento en México DF. Gabo, como le conocían sus cercanos, trabajó para el diario colombiano El Espectador durante 40 años como corresponsal en Suiza, Francia, Italia, Checoslovaquia, Polonia, Rusia y Ucrania.