Muerte de Adolfo Suárez: muere el presidente que trajo la democracia a España (FOTOS, VIDEOS, TUITS)
Adolfo Suárez González (Cebreros, Ávila, 25 de septiembre de 1932 - Madrid, 2014) ha fallecido este domingo a los 81 años tras combatir durante más de una década contra la enfermedad del Alzheimer.
El fallecimiento del exjefe del Ejecutivo lo ha anunciado el portavoz de la familia, Fermín Urbiola, dos días después de que Adolfo Suárez Illana anunciara que la muerte de su padre era "inminente." "Llevamos once años preparándonos, nunca es fácil. Nos ha regalado más sonrisas que en todos los últimos años", afirmó.
"Por expreso deseo de la familia, vengo a comunicaros que Adolfo Suárez ha muerto. muchas gracias por todo vuestro cariño", ha señalado Urbiola a los periodistas.
El primer presidente de la democracia tras la dictadura de Francisco Franco pasó a un segundo plano de la esfera pública a partir de 2003 cuando, ante los primeros embates del olvido, perdió el hilo del discurso en un mitin en Albacete para apoyar la candidatura de su hijo, Adolfo Suárez Illana, como presidente de Castilla-La Mancha por el PP. “Ya no sé si estoy repitiendo esto. Me he hecho un lío y quiero terminar cuanto antes”, dijo a sus personas más cercanas.
Los pocos visitantes que ha recibido los últimos 10 años han sido cuidadosamente elegidos por su familia, celosos de preservar la delicada situación del expresidente y resguardarle en un ambiente tranquilo y "lleno de cariño", según sus hijos.
Para el recuerdo quedará la última instantánea que se tomó de Suárez. Data de 2008, la hizo su hijo el 17 de julio y recoge el momento en el que el expresidente camina con el rey, Juan Carlos I. El monarca pasa un brazo por la espalda de Suárez mientras ambos charlan por el jardín de la casa del político en la urbanización madrileña de La Florida.
Aunque Suárez no recuerda (desde hace años) que fue presidente y figura clave de la Transición que orquestó la disolución de las Cortes franquistas e impulsó la llegada de la democracia a España, ha recibido numerosos premios y condecoraciones por su labor. Es caballero de la prestigiosa Orden del Toisón de Oro, premio Príncipe de Asturias de la Concordia y ha sido condecorado con la medalla al Mérito Civil y Militar, entre muchas otras. En Cebreros, su pueblo natal, cuenta con un museo dedicado a su persona y a la Transición que recuerda los momentos clave de su biografía.
EL PRESIDENTE QUE TRAJO LA DEMOCRACIA
Reconocimientos que ponen en valor el papel que Suárez desempeñó como artífice del complejísisimo proceso que supuso liquidar una dictadura que había gobernado con mano de hierro durante 40 años en España y abrir la etapa democrática que disfrutamos 40 años después.
Su labor no fue sencilla y, en muchas ocasiones, pareció un malabarista en pleno juego de equilibrios. Intentando contentar a todos no contentó a nadie, y muchas de sus decisiones —que entonces no fueron bien entendidas pero que eran necesarias— le enajenaron el apoyo de las principales fuerzas políticas, incluido el de su propio partido, que le dejó caer en 1981.
El sentimiento generalizado hacia Adolfo Suárez fue el de sospecha. Desde el primer momento. Tras la muerte de Franco, el 20 de noviembre de 1975, el rey Juan Carlos buscó un candidato a la presidencia con la aspiración de modernizar el país. Ese gesto del rey ya suponía una traición al conocido Movimiento y, sobre todo, una violación a las últimas palabras de Franco, cuando aseguró que lo había dejado “atado y bien atado”.
El Consejo del Reino, bajo la presidencia de Torcuato Fernández Miranda, barajó varios nombres, entre los que figuraba Adolfo Suárez. A priori cumplía los requisitos para agradar a todos… y no dejar contento a nadie. La intención de modernizar España —y por ende, acabar con cualquier vestigio del franquismo—, quedaba contrarrestada por la biografía de Suárez: hasta entonces era un miembro modélico del régimen, hasta el punto de que en ese momento era ministro-secretario general del Movimiento. Suárez fue elegido por el rey el 3 de julio de 1976 entre otros motivos por su juventud y los conocimientos que poseía sobre el funcionamiento interno del franquismo.
El nombramiento sorprende a la mayoría, ya que Suárez no era una figura conocida ni situada tan arriba como otros candidatos barajados. El nuevo presidente se dirigió a la nación en un discurso televisado en el que prometió instaurar de nuevo la democracia y la pluralidad política. Entre diciembre de 1976 y abril de 1977 tomó una decisión clave. Y por tanto, muy polémica: la legalización de todos los partidos y sindicatos, incluído el Partido Comunista (PCE). La medida incluía la amnistía a los presos políticos y la Ley para la Reforma Política.
El 15 de junio se celebraron las primeras elecciones democráticas. Suárez se presenta a los ciudadanos como candidato de la Unión de Centro Democrático (UCD) utilizando el histórico "puedo prometer y prometo", una fórmula ideada por el periodista Fernando Ónega que en un primer momento resultó muy efectivo y que, posteriormente, dio lugar a todo tipo de chanzas.
PACTOS DE LA MONCLOA
La UCD gana las elecciones con amplia mayoría —logra el 34,44 % de los votos— y Suárez está en condiciones de acometer las reformas más delicadas.
En 1977 se firman los Pactos de la Moncloa, en los que la oposición y las asociaciones empresariales y sindicales se comprometen a estabilizar la economía y favorecer la Transición. Entre otros 'avances', se aprueba eliminar la censura previa y los derechos de reunión, de asociación política y la libertad de expresión, se creó el delito de tortura, se despenalizó el adulterio y se derogó la estructura del Movimiento Nacional.
En materia económica se reconoció el derecho de asociación sindical y el despido libre para un máximo del 5 por 100 de las plantillas de las empresas, además de establecer la contención de la masa monetaria y la devaluación de la peseta.
SE APRUEBA LA CONSTITUCIÓN
En 1978, representantes de todas las corrientes políticas elaboran la nueva Constitución Española. El sentido de Estado que mostraron todos los implicados ha pasado a la historia, con concesiones por parte de ambos lados del espectro ideológico. El pueblo español la ratificó mediante referéndum el 6 de diciembre del mismo año.
La UCD vuelve a ganar las elecciones en 1979, pero ya se avistan fisuras internas importantes y el partido sólo se sostiene alrededor de la figura de Suárez.
DIMISIÓN Y DESAFÍO AL INTENTO GOLPISTA
Al comenzar la década de los 80, España atravesaba graves dificultades, tanto en el ámbito político como en el económico: el paro estaba desbocado, la inflación subía cada vez más y los atentados terroristas de ETA eran el pan más desagradable de nuestro día. Era el caldo de cultivo perfecto para sulfurar al Ejército, cada vez más desconento con el viraje que ha tomado España y que desembocaría en el Golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
Los sectores progresistas —y cada vez más los conservadores— tampoco dan tregua y Suárez tiene que superar una moción de censura del PSOE en las Cortes.
Dada la situación, el 29 de enero de 1981 el presidente dimite en un discurso televisado en el que afirma: "No quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la historia de España".
Le sustituye en el cargo Leopoldo Calvo Sotelo, pero aún tiene tiempo como presidente en funciones de plantar cara en el intento de golpe de Estado del 23-F. Suárez es, junto al diputado comunista Santiago Carrillo y el general Gutiérrez Mellado, vicepresidente del Gobierno, uno de los tres que no se esconden bajo su escaño cuando entran los golpistas en el Congreso dando tiros.
El presidente espeta al teniente coronel Antonio Tejero: "¡Explique qué locura es esta!" y "¡Pare esto antes de que ocurra alguna tragedia, se lo ordeno!". Dos días después, el rey crea y le concede el ducado de Suárez.
ABANDONO DE LA POLÍTICA Y TRAGEDIA FAMILIAR
En 1982, prácticamente muerta la UCD, Suárez funda el CDS, partido por el que sale elegido diputado en 1982, 1986 y 1989. Dos años después abandona la formación y, definitivamente, la política. El príncipe le entrega el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1996 por su papel de gran artífice de la Transición.
El expresidente encadena entonces una serie de tragedias familiares marcadas por el cáncer de mama en su entorno familiar. Fue su gran tragedia: la enfermedad se lleva a su mujer, Amparo Illana, en 2001, y a su hija mayor, Mariam en 2004 y afecta a sus otras dos hijas, Sonsoles y Laura, que logran superarlo.
En 2003 aparece en un mitin para apoyar la candidatura de su hijo, Adolfo Suárez Illana, a presidente de Castilla-La Mancha por el PP. Allí comienzan los rumores sobre su enfermedad cuando pierde el hilo del discurso que realizaba.
RETIRO Y ENFERMEDAD
Su hijo Adolfo confirma, dos años después, que Suárez sufre Alzheimer desde hace dos años y no recuerda haber sido presidente del Gobierno ni su papel en la Transición, sólo responde al afecto. Los homenajes a su olvidada figura se suceden entonces y culminan en su nombramiento como caballero de la Orden del Toisón de Oro en 2007, en el trigésimo aniversario de las primeras elecciones democráticas.
El 12 de junio de 2009 se abre al público, en su pueblo natal de Cebreros, un museo que rinde homenaje a su persona y a la Transición. A partir de 2010 encadena esporádicos ingresos en el hospital por diversos empeoramientos de su salud, el último en marzo de 2014.