11-M: ¿Qué hay de nuevo en la prensa diez años después?

11-M: ¿Qué hay de nuevo en la prensa diez años después?

Han pasado diez años de los atentados del 11 de marzo de 2004 que dejaron 192 muertos y miles de heridos. Diez años de numerosas portadas e informaciones con versiones opuestas sobre lo que ocurrió en Madrid aquella mañana de marzo.

Una década después, y tras una sentencia judicial histórica, las informaciones han ido bajando de intensidad. Sin embargo, aún diez años después, siguen saliendo nuevos datos y nuevas imágenes relacionadas con los atentados.

Las últimas, las publicadas este lunes 10 de marzo, por laSexta, que ha conseguido un vídeo en el que se ve a los terroristas que se suicidaron en Leganés ensayando la reivindicación de los atentados. En las imágenes, que aparecieron entre los restos de la casa que voló por los aires el 3 de abril de 2004, se ve cómo los terroristas, envueltos en explosivos, leen el texto reivindicativo.

Lo curioso del vídeo es que, mientras leen, estalla una bombilla, provocando el susto de los terroristas, que pensaban que había estallado parte de la dinamita que tenían preparada en el piso. Un susto que les provocó algunas risas.

Entre los nuevos datos que conocemos está el hallazgo realizado por la Guardia Civil y publicado el pasado 27 de febrero por El Comercio de Asturias, de 14 detonadores en Mina Conchita, la explotación donde se robó la dinamita que los terroristas usaron para atentar el 11 de marzo. De hecho, fueron periodistas de este periódico quienes se percataron de la presencia de estos dispositivos. Así lo contaban:

Diez años después, la víspera de que se cumpla el décimo aniversario de este siniestro capítulo, y a escasos trece días del de los atentados, la Guardia Civil volvió ayer a la mina para retirar un racimo de detonadores aparecidos en las inmediaciones del acceso a la tolva principal. La voz de alarma la dio ELCOMERCIO,tras visitar la zona y detectar a la entrada del almacén de caolín, ahora abandonado, la presencia de unos cables conectados a cápsulas de metal entre unas zarzas.

Pero para hallazgo, el que hizo El Confidencial Digital en el Bosque del Recuerdo que en el Parque del Retiro de Madrid homenajea a las víctimas del 11-M. En el vídeo que publicó este medio, se puede observar el pésimo estado de conservación en el que se encontraba esta instalación pocos días antes del décimo aniversario:

Sin embargo, una década después de los atentados, lo que muchos se preguntan es si puede volver a ocurrir un ataque como aquel. Según dos informaciones de El País y de Público, el riesgo de un ataque yihadista en España sigue presente.

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El diario El Paísse apoya en un informe del Ministerio del Interior que apunta a que el riesgo de atentados islamistas en España es "alto", por lo que el Gobierno tiene activado el nivel 2 de alerta ante lo que califican como "riesgo probable de atentado". "Las principales amenazas en el interior de España proceden de células locales autorradicalizadas o bien de lobos solitarios inspirados en la ideología de la yihad global de Al Qaeda, pero sin nexos directos con grupos terroristas", indica este periódico. Según el informe, la amenaza exterior más grave se sitúa en el Magreb-Sahel.

Público aborda los estudios sobre yihadismo de varios profesores universitarios que aseguran que hoy en día, la amenaza es más diseminada y difusa. "Una Al Qaeda más debilitada, grupos autoconstituidos de manera libre pero basados en su ideología y lobos solitarios, personas que deciden lanzar un ataque en solitario, componen la triada que en la actualidad actúa por el mundo", indica Javier Gil, experto en terrorismo internacional de la UNED.

Otro profesor, Javier Jordán, de la Universidad de Granada, asegura que la presencia de actividad de las redes yihadistas en España "ponen de manifiesto la eficacia policial, pero también el grado de implantación del islamismo radical en nuestra sociedad y la hostilidad de los yihadistas hacia España".

Quizás a alguno le inquieten más estas noticias tras conocer, como publicó RTVE el pasado 7 de marzo, que seis de los 19 condenados por los atentados ya han cumplido su pena y se encuentran en libertad. A partir del próximo 16 de marzo serán siete, ya que Rafa Zouhier, confidente de la Guardia Civil condenado por tráfico de explosivos, saldrá en libertad. Aún así, uno de los seis que ya ha cumplido la condena aún permanece en prisión a la espera de ser extraditado.

Precisamente sobre el destino de Zouhier publicó el diario El Mundo una información el pasado 2 de marzo en la que se asegura que una mujer, la madrileña Paloma Álvarez, podría mantenerle en España.

Álvarez y Zouhier se casaron en la cárcel del Puerto I, en Cádiz, el pasado mes de septiembre. Esto convierte a Zouhier en familiar de una ciudadana comunitaria, lo que le otorga el derecho a residir en España y anula la orden de expulsión que fue dictada en su contra en julio de 2009.

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El fin de semana anterior a que se cumpla el décimo aniversario de los atentados, todos los medios han recogido la publicación de las indemnizaciones concedidas por el Ministerio del Interior a las familias de las víctimas, que alcanzaron los 318,2 millones de euros. Más de 315 millones de euros corresponden a indemnizaciones directas para víctimas o familiares de fallecidos, mientras que 311.250 euros son para ayudas sanitarias y 113.000 son para becas.

El Ministerio también publicó datos sobre los heridos más graves, aquellos a los que los atentados dejaron con graves secuelas físicas. 89 personas, según el Departamento dirigido por Jorge Fernández Díaz, quedaron inválidas o con un alto grado de incapacidad física.

Concretamente, 61 personas padecen una incapacidad permanente total, que les impide desarrollar las tareas fundamentales de su trabajo, y 21 una incapacidad permanente absoluta, que inhabilita por completo para cualquier profesión u oficio. Las siete restantes, tienen acreditada "gran invalidez", una situación no sólo de incapacidad permanente sino también, a consecuencia de pérdidas anatómicas o funcionales, necesitada de la asistencia de otra persona para actos vitales como vestirse, desplazarse o incluso comer.

También la Asociación 11M Afectados por el Terrorismo publicó en la víspera al aniversario datos sobre los tratamientos psicológicos a los que, aún diez años después, siguen sometiéndose muchas de las víctimas. En concreto, según esta asociación, cerca de 200 personas, entre heridos y familiares de los muertos, se someten semanalmente a tratamientos para paliar los estragos del accidente. Algunos, explican, todavía no se han subido a un tren desde entonces o sufren ataques de pánico al oír las sirenas de las ambulancias.

Más allá de los datos, en las últimas semanas han destacado las declaraciones de los protagonistas. La mayoría, diez años después, rechazan las teorías conspiranoicas. Sólo algunos mantienen aún las dudas.

Javier Gómez Bermúdez, el juez que leyó la sentencia, ha concedido varias entrevistas a diversos medios en las que mantiene que no existió relación entre el 11-M y ETA. Estas son algunas de ellas:

Otro juez que ha hablado es el juez Baltasar Garzón para el diario El País. Este es un extracto de sus impresiones aquel día:

“Desde primer momento tuve la sensación, casi la convicción de que no era ETA. Sobre todo después de hablar con un funcionario de policía en la misma estación de Atocha que me dijo: ‘Esto no es ETA porque el explosivo no es el que usan’. Eso fue sobre las 11 de la mañana del día 11. Tampoco era el modus operandi de la banda. No tenía sentido y así se fue comprobando. Desde el primer momento consideré que era yihadismo,Al Qaeda”

Sin embargo, ha habido dos testimonios que han marcado la actualidad de las semanas previas al décimo aniversario del 11-M.

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El primero ha sido el de Rodolfo Ruiz, comisario de Vallecas aquel 11 de marzo de 2004, quizás la persona a la que más daño hicieron las teorías conspirativas.

Ruiz considera que estas teorías mataron a su mujer, que se suicidó en 2008 tras años sufriendo campañas de acoso por parte de los medios que las alentaban.

Estas son algunas de las frases de la entrevista que concedió el pasado 2 de marzo a ZoomNews:

- "Jamás pude imaginar que actuar conforme a la ley, en defensa del interés general de los ciudadanos y en cumplimiento de mis obligaciones me fuera a salir tan caro".

- "Yo fui un perseguido político, estoy plenamente convencido de ello. Trataron de desprestigiarme personal y profesionalmente. Me llamaron nazi, que si era peor que los de las checas, que si había hecho un cesto, había hecho un ciento...".

- "Aquel juicio fue una pesadilla para mí, mi mujer y mis hijos. Tuvimos que aguantar insultos por parte de miembros de las Nuevas Generaciones del PP que estaban entre el público. 'Se va a librar el de la mochila', se decían mientras me señalaban. Mi mujer llegó a tener un enfrentamiento con ellos".

- "En mi casa llevamos con pena que ningún mando superior, ni el presidente del Gobierno, ni el ministro del Interior, ni nadie, saliera a defender nuestra actuación en aquel episodio y en el 11-M".

- "Los médicos me dijeron que a mi mujer le afectó de manera decisiva toda la campaña de la teoría de la conspiración. Ella es la víctima número 193 del 11-M".

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El otro testimonio ha sido el de José Emilio Suárez Trashorras, el exminero asturiano que suministró los explosivos a los terroristas. Desde la prisión de El Dueso en Cantabria, en la que se encuentra desde que fue condenado a 34.715 años, concedió una entrevista a El Confidencial en la que admitía que implicó a ETA en los atentados para "distraer" y reconoce que fue "una tontería".

Trashorras asegura que varió su versión hasta siete veces porque se lo aconsejó su abogado. "Me dijo que sólo me iban a condenar por los explosivos, que me iban a caer sólo ocho años y que con tres ya estaría fuera", asegura. Y sobre la relación entre ETA y el 11-M, se pregunta: "¿Para qué iban a necesitar los moros a ETA, si ya tenían todos los explosivos que querían?".

En la entrevista explica que entregó los explosivos a los terroristas para pagar una deuda de hachís que tenía su excuñado con ellos. "Les debíamos dinero, pero yo no quería pagarles. Así que les dije que se llevaran los explosivos que quisieran", indica. "No tenían el perfil que supuestamente tienen los islamistas radicales. Jamás se me pasó por la cabeza que pudieran dedicarlos a acabar con la vida de personas. A mí me dijeron que la dinamita era para reventar cajas fuertes", añade.

El exminero admite que si fuera una de las víctimas no se perdonaría y afirma arrepentirse de lo que hizo.