Así afecta Airbnb a los hoteles

Así afecta Airbnb a los hoteles

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Ir de vacaciones a casa de un desconocido o alquilar la tuya entera, o una habitación, a otro que está de paso no era tan común hace unos años. Este intercambio -con el que viajar puede salir más barato o con el que ganar un dinero extra- se ha convertido, junto a compartir coche, en uno de los iconos de la economía colaborativa o de lo compartido. Airbnb -fundada en San Francisco en 2008- es uno de sus iconos. Sólo en España, la compañía indica que el pasado noviembre tenía 40.000 espacios disponibles, entre pisos enteros o habitaciones, un 119% más que el año anterior.

Este negocio -de momento no regulado- tiene al sector hotelero en contra (les ha salido una competencia que no tiene que pagar sus mismos impuestos ni cumplir la misma legislación), mientras que la compañía defiende en sus informes el impacto que tiene al favorecer el turismo porque también llevan dinero a la ciudad. Un estudio de la Universidad de Boston, el primero que calcula cuál es el efecto Airbnb en los hoteles, concluye que por cada aumento del 1% de la oferta d Airbnb en una ciudad los hoteles pierden un 0,05% de sus ingresos. Puede parecer una cifra muy baja, pero el ritmo de crecimiento de la compañía es muy rápido. Y su oferta llega al medio millón de alojamientos en 192 países.

"Si el ritmo de crecimiento [de la compañía] no para los hoteles deberían empezar a preocuparse, porque habrá cada vez más competencia y necesitarán otro tipo de estrategia. Si no, Airbnb puede convertirse en la primera empresa hotelera del mundo", explica a El HuffPost Davide Proserpio, uno de los investigadores del estudio The Rise of the Sharing Economy: Estimating the Impact of Airbnb on the Hotel Industry.

Uno de los confundadores y CEO de Airbnb, Brian Chesky, resumía así su potencial de crecimiento: "[La cadena] Marriott quiere aumentar en 30.000 habitaciones este año. Nosotros lo haremos en las próximas dos semanas".

IMPACTO EN HOTELES DE CATEGORÍA BAJA Y MEDIA

La investigación se centra en el Estado de Texas, donde el estudio analiza varias ciudades. Ahí disponían de bases de datos públicas con información de los hoteles. El método de análisis utilizado ha sido "aislar el efecto Airbnb", controlando las otras variables que pueden afectar a los ingresos de los hoteles, como las variaciones de población en una ciudad, la tasa de de desempleo, el número de trabajadores en el sector hotelero, etc.

Según el estudio, Airbnb había hecho perder al sector hotelero un 5% de sus ingresos en los últimos dos años, siendo los más afectados los de categoría baja y media. "Es muy difícil pensar que Airbnb compite con los hoteles de lujo porque no ofrecen lo mismo que, por ejemplo, un Sheraton, con sus salas de reuniones, o su spa y sus cinco estrellas, aunque es cierto que en ciudades como Nueva York cada vez se pueden encontrar más habitaciones de alto nivel, áticos", indica Proserpio.

En España la presencia de Airbnb también va en aumento. La compañía calcula que "en una noche cualquiera, alrededor de 20.000 viajeros se quedan" en su servicio en el país y que el número acumulado de viajeros que lo usan en España se había incrementado en un año en un 344%. “Es nuestro tercer destino en absoluto después de EE UU y Francia, y Barcelona la cuarta ciudad más visitada tras Nueva York, París y Londres”, aseguraba el pasado verano a El País Jeroen Merchiers, director general de Airbnb en España y Portugal.

LAS CLAVES: REPUTACIÓN Y SEGURIDAD

"Cuando hablamos de la sharing economy [economía compartida], Airbnb es la empresa más popular que hay. Es la start up con más éxito en Silicon Valley de los últimos cinco años", destaca el investigador. Proserpio recalca que la el impacto de sharing economy en los negocios tradicionales suscitará cada vez más atención. "Hay mucho más que estudiar. Por ejemplo, sería interesante cuantificar los efectos positivos en las ciudades y en las vidas de las personas que usan este tipo de servicios. También una de las partes esenciales de la sharing economy son las reviews y las medidas para implementar la reputación y la seguridad", explica el investigador.

El crecimiento disparado de Airbnb tiene como principal frente, por ahora, la posible regulación de la actividad. La Comunidad de Madrid anunció a finales del año pasado su intención de legislar estos intercambios. En Nueva York, la batalla ya es judicial. El fiscal general ha reclamado a la compañía datos de los usuarios que alquilan sus propiedades, centrando el debate en los impuestos que no se pagan con esta actividad y en una ley que impide arrendar propiedades por menos de 30 días. La compañía no ha cedido los datos, así que les tocará batallar en breve en los juzgados.

Respecto a la reputación y la seguridad, el mayor escándalo de Airbnb tuvo lugar en 2011 cuando una anfitriona denunció que unos huéspedes le habían robado y destrozado su casa. Ahora la compañía tiene un seguro para los anfitriones y han implementado los filtros de identificación de los usuarios. Aquel incidente generó mucha atención mediática, como ocurrió en España con la compañía de compartir coche Blablacar cuando hace unos meses unos usuarios se vieron implicados en una persecución policial porque el conductor que les llevaba, un fugitivo, intento huir de un control de la Guardia Civil.