Las cuevas de Altamira volverán a recibir visitas de forma experimental tras doce años

Las cuevas de Altamira volverán a recibir visitas de forma experimental tras doce años

GTRES

Las cuevas de Altamira, en Santillana del Mar (Cantabria), volverá a recibir visitantes de forma experimental tras doce años para analizar el impacto de la presencia humana antes de decidir de forma definitiva sobre la reapertura, según se ha anunciado este sábado en el Patronato.

Estas visitas serán de cinco personas a la semana, para dar continuidad a los estudios que se están realizando sobre el estado de la cueva, y en agosto se conocerán los resultados y se decidirá si en el futuro Altamira puede recibir visitas de manera continuada.

Este programa de visitas experimentales se iniciará en breve y se prolongará hasta el próximo mes de agosto, para cuando se prevé que estén las conclusiones de los investigadores sobre el estado de conservación de la cueva y sus pinturas -declarada Patrimonio de la Humanidad y considerada la 'Capilla Sixtina' del arte rupestre- y la posible reapertura de la misma.

Se llevarán a cabo en base a un protocolo y controles "muy estrictos", de modo que los visitantes, elegidos por sorteo, deberán llevar la misma vestimenta y calzado que utilizan los investigadores. También se establecerán parámetros como la estancia en cada zona de la cueva y la iluminación, con el fin de minimizar el posible impacto de la presencia humana en su interior.

DESCUBIERTAS EN 1879

Las pinturas polícromas del techo de Altamira fueron descubiertas en 1879 por Marcelino Sanz de Sautuola y su hija María y en 1917 el Ayuntamiento de Santillana del Mar -propietario de la gruta- decidió abrirlas al público.

En los años 50 se iniciaron las visitas masivas, que continuaron en la década de los 60, llegándose a alcanzar 270.000 personas al año. En la de los 70 surgió la alarma ante la degradación de las pinturas, de modo que en 1977 se acordó el primer cierre parcial y dos años después, se clausuraron las visitas.

En 1982 se reabrió la cavidad, pero con accesos controlados y limitados, y veinte años después, en 2002, se decidió de nuevo cerrar la cavidad al público tras la aparición de unas manchas en la Sala de los Polícromos, aunque para entonces ya existía una réplica de Altamira, la neocueva, albergada en el nuevo Museo que también incluye un Centro de Investigación y que se inauguró en julio de 2001. Estas instalaciones, ubicadas a unos metros de la puerta de la cavidad, recibieron en 2013 cerca de 260.000 personas (más o menos la media anual), de modo que el número total de visitas desde su creación se aproxima a los dos millones.

A mediados de 2010 se constituyó el Patronato y se comenzó a estudiar la posibilidad de reabrir la cavidad a las visitas, aunque carácter restringido. En su última reunión, en junio de 2013, los científicos apuntaron que las pinturas de Altamira no corrían peligro, ya que evolucionan según el proceso natural de la propia gruta. No obstante, descartaban la apertura masiva. Las conclusiones sobre el estado de conservación y posible reapertura de la cueva al público se prevén conocer para el próximo mes de agosto.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Rodrigo Carretero es Traffic Editor Manager en 'El HuffPost' y trabaja desde Madrid. Licenciado en Periodismo por la Universidad de Valladolid y Máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid, ha trabajado en 'El Día de Valladolid', en 'El País' y en las radios musicales del grupo Prisa. Puedes contactar con él en rodrigo.carretero@elhuffpost.es