Obama reforma la NSA y ordena no espiar a gobernantes aliados
Obama reacciona al escándalo de espionaje con un paquete de reformas de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, en sus siglas en inglés) que incluye el fin de la vigilancia a mandatarios de países aliados.
El presidente de Estados Unidos ha prometido más garantías para los ciudadanos de países extranjeros y ha asegurado que los líderes aliados no volverán a ser espiados, como les ocurrió a la canciller alemana, Angela Merkel, o a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
"Nuestros esfuerzos sólo serán efectivos si los ciudadanos de otros países confían en que Estados Unidos también respeta su privacidad", ha asegurado Obama desde Washington.
También ha anunciado que la reforma de la NSA incluye la suspensión del programa de recogida de metadatos telefónicos "tal y como existe hasta ahora". A partir de ahora, cualquier recogida de datos "sólo podrá ser autorizada por orden presidencial", como recoge la Constitución estadounidense.
Obama le pedirá al secretario de Justicia, Eric Holder, que solicite a las agencias de inteligencia que le presenten antes del 28 de marzo un plan detallado para que esos registros de llamadas permanezcan en manos de las empresas privadas.
"SNOWDEN HA HECHO MÁS DAÑO QUE TRANSPARENCIA"
Obama se ha referido al extécnico de la CIA, Edward Snowden, de quien dijo que sus revelaciones han hecho "más daño" que han ofrecido "transparencia" a Estados Unidos.
Según el presidente de Estados Unidos, Snowden reveló "métodos a nuestros adversarios que podrían impactar en nuestras operaciones".
Obama ha explicado que, cuando llegó a la Casa Blanca, ordenó cambios en los servicios de inteligencia, pero que no decidió terminar con el programa de metadatos porque, además de suponer protección para los ciudadanos, nada indicaba que se estaba espiando a los ciudadanos.