Desmontando a Gallardón: seis argumentos del ministro para defender la ley del aborto que no son ciertos
O bien dice lo contrario de lo que sabe, cree o piensa, o bien oculta parte de verdad. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, ha incurrido en las dos posibilidades este martes en una entrevista concedida a la cadena Cope.
Ha sido una conversación de 34 minutos de los que casi la mitad —16 minutos y 32 segundos— se han dedicado a hablar del anteproyecto de ley de la reforma del aborto ("ese asunto", según definición de Rajoy) que el titular de Justicia presentó en Consejo de Ministros el pasado 20 de diciembre.
Gallardón ha vuelto a defender con ardor el texto, que por el momento sólo ha recibido el respaldo internacional del ultraderechista francés Jean-Marie Le Pen. En su exposición ha recurrido a medias verdades o, directamente, a lo contrario de lo que el ministro sabe.
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Todo sea por defender una ley que se ha topado con el rechazo de la mayoría de la sociedad española, de los principales partidos políticos —incluidos algunos miembros del propio PP— y de buena parte de la comunidad internacional.
Estos son algunos de los patinazos cometidos:
En realidad el ‘discurso del partido’ al que se refiere el titular de Justicia figura en el programa electoral con el que Mariano Rajoy concurrió a las elecciones de 2011. Respecto al aborto sólo se utilizaban 23 palabras: “Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores”.
Se trata de una frase demasiado ambigua. Demasiado interpretable. Muy alejada de conformar “relato” alguno de todo un partido político.
No es verdad. Según recogen las crónicasde ese día, además del punto discrepante expresado por Celia Villalobos se escucharon más voces discordantes.
Por ejemplo, la del presidente de Extremadura, José Antonio Monago (reclamó “consenso” en una cuestión de “sentimientos”) o la del presidente gallego, Alberto Nuñez Feijóo, quien abogó por el diálogo para “no imponer la ley”. Juan Vicente Herrera, presidente de Castilla y León, defendió la posibilidad de esperar a que el Tribunal Constitucional falle sobre el recurso planteado por el PP a la ley Aído del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. “Hay que buscar más consenso en estos temas sociales”, propuso.
Incluso el propio Mariano Rajoy pidió sacar el tema del aborto de la agenda del partido e instó al propio Gallardón a “escuchar a todos” para “seguir trabajando” sobre el texto y mejorarlo.
No. Una mujer que quiera abortar carecerá de derecho para interrumpir su embarazo de forma voluntaria.
No es la primera vez que Gallardón recurre a este 'hecho', que no se produjo tal y como él relata, para ejemplificar cómo el PSOE se confunde en muchas de las decisiones que ha tomado a lo largo de su centenaria historia. Hasta tal punto data su insistencia en recordar ese supuesto momento que los diputados del PSOE Carmen Montón y Gabriel Echávarri plantearon por escrito a finales de año al Gobierno la siguiente pregunta: "¿De qué archivos o fuentes bibliográficas ha obtenido el Ministro Gallardón los datos de que el Partido Socialista en la Segunda República votó en contra del sufragio femenino, como aseguró en la sesión de control del 11 de septiembre de 2013?"
La respuesta por escrito del Gobierno, basada en "un estudio de Juan Carlos Monterde", reconoce que el PSOE (con la excepción de Indalecio Prieto) votó a favor del artículo 34 de la Constitución que se debatía el 1 de octubre de 1931 en las Cortes, que abogaba por el derecho del sufragio femenino.
“Votaron a favor el Partido Socialista (con la destacada excepción de Indalecio Prieto, quien lo consideró una puñalada para la República), pequeños núcleos republicanos (catalanes, federales, progresistas, galleguistas, Al servicio de la República), y la derecha”, recoge el texto de Monterde.
Un cesto, por mucho que se empeñe Gallardón, no hace ciento.
Es falso es un doble sentido. En primer lugar, la ley no afectaba a todas las menores de 18 años (una niña de seis años también lo es), sino a las de 16 y 17 años. Y no privaba a las menores de la compañía de sus padres, sino que se les permitía interrumpir su embarazo sin consentimiento paterno. Cualquier chica de 16 o 17 años podía abortar, por tanto, acompañada de sus padres.
Sostener que los votos del Parlamento Europeo definen el pensamiento actual de Europa puede darse por válido de forma teórica. La práctica dice otra cosa bien diferente. Tal y como refleja el siguiente mapa, la mayoría de los países de la UE cuentan con legislaciones mucho menos restrictivas que la que aspira a aprobar el Gobierno de Mariano Rajoy.
Mapa interactivo: Center for the Reproductive Laws, The World´s Abortion Laws 2013
Es cierto, como sostiene Gallardón, que el PE ‘tumbó’ la propuesta de la diputada portuguesa, pero no porque estuviera en contra de su propuesta, sino porque "el PE observa que la formulación y aplicación de políticas en materia de salud sexual y reproductiva y derechos afines, así como en materia de educación sexual en las escuelas, es competencia de los Estados miembros". Es decir, sencillamente porque entiende que son cuestiones que deben decidir cada país miembro.
En poco meses se celebrarán elecciones europeas y es posible que la izquierda dé un vuelco en la composición del Parlamento, de la derecha a la izquierda. ¿Provocará eso la derogación de La ley Gallardón bajo el mismo precepto que él utiliza de que “el pensamiento actual de Europa” abre mucho más la mano en la cuestión de aborto? Muy raro.