Volkswagen Combi, el final de un mito
Es el fin de las furgonetas “Combi”. Este 20 de diciembre, la fábrica Volkswagen de Sao Bernardo do Campo, la última que las fabricaba en Brasil, dejó de producirlas para siempre. Con 63 años, ha llegado la jubilación para estos vehículos que nacieron ya entrado el siglo XX y que han pasado al rango de vehículos de culto junto con los “Escarabajo”, entre otros.
Pero el caso de las furgonetas “Combi” es diferente, pues salieron adelante sin ayuda de nadie, lo cual hace que susciten aún más interés. “Hoy en día, ningún vehículo tiene ese aura”, señala el mecánico Adrien Schmecko. A sus 27 años, afirma que las “Combi” son su vida, aunque también tiene debilidad por algunos “Escarabajo”, y así lo demuestra el buen número de ejemplares con los que cuenta en su taller situado en una localidad cercana a París. Su trabajo consiste en remodelarlos: los frenos, los rótulos, el motor, la carrocería… Cualquier parte es susceptible de arreglos y cambios.
En su taller, encontramos además un ejemplar muy especial: la “Combi” que aparecía en la película de Claude Berri Felpudo maldito, de 1994. Él se ha encargado de volver a pintarla íntegramente, con los cristales incluidos. Y lo mejor es que todavía funciona, como demuestra el vídeo. “Un viejo hippie me llamó un día pidiéndome que la arreglara”, cuenta Adrien. “Pensaba hacerlo él mismo, pero no tenía suficiente dinero y no pudo terminarla”. “La camioneta está en perfecto estado tras haberle reemplazado el motor original”, nos cuenta el mecánico con una sonrisa de oreja a oreja.
El vehículo de los gloriosos años 30
Es una pieza de coleccionista, sostiene el mecánico. Es cierto que la “Combi” es un mito, pero aparte de su diseño gracioso y su precio, ¿cómo se podría explicar tanto éxito? Originariamente era un utilitario, un tipo de minibús que servía para el transporte de personas. En otro momento, podría haberse quedado tal cual, con esa función, pero llegó en plenos años 30, y con el crecimiento económico, la emergencia de la sociedad del ocio y el baby boom se necesitaba un vehículo con espacio suficiente para que las familias pudieran irse de vacaciones. En poco tiempo, Volkswagen desarrolló sus primeros modelos de autocaravanas “Combi”. La marca alemana no tuvo problemas en combinarlo, tal y como su propio nombre (abreviación de Kombinazionenwagen) indica.
Como símbolo también tuvo una buena acogida, pues en la década de los 60, la vida hippie, el cine y Scooby Doo le allanaron el terreno. Y con tanto color y personalización, hasta se le podría considerar parte de la prehistoria del tunning.
Su lema original, “tómate tu tiempo” sigue siendo aplicable en la actualidad. “Anima a salir a la aventura, sin estrés. Con la ‘Combi’ se hacen descansos y descubrimientos sin prisas”, cuenta Adrien. Este destino mítico se debe, entre otras cosas, a sus características técnicas. “Vamos a 90 km/h, lo que nos impide circular por autopistas”, recuerda el joven, “así que siempre vamos por carreteras nacionales”. Además, su formato también tiene mucho que ver. “A diferencia de las autocaravanas, la ‘Combi’ puede llegar a cualquier lugar, por todas las carreteras, en todas las ciudades, sin límite”, continúa, “tiene todas las ventajas de las autocaravanas, pero sin sus inconvenientes”.
Un "Split"
Y como toda la gente se iba de vacaciones con este auto, se convirtió en “casi un miembro de la familia”, señala Adrien. Sin duda ese es el motivo de que sus clientes tengan tal relación afectiva con ese montón de metal rodante. El mecánico nos cuenta que cuando la gente las lleva a su taller, le piden cosas como “trátala bien”, “cuídamela hasta que venga a por ella”... Incluso algunos clientes le llaman para preguntarle qué tal va, comenta risueño.
Sin embargo, el que hasta ahora había sido símbolo de la democratización del ocio podría llegar a convertirse en un verdadero artículo de lujo si se deja de fabricar. De momento, este mecánico propone unas “Combi” personalizadas para todo tipo de clientes, desde empresas que quieren dar un toque retro a su negocio hasta particulares con ganas de probarlas durante un fin de semana de aventura. Parece que las “Combi” siguen transportando el mismo mensaje, como si el poder de fascinación que ejercieron en otra época se reprodujese ahora con más fuerza. “Cuando conduces una ‘Combi’, los niños que va por la calle se paran, la gente te hace gestos y hasta te piden una foto. Esto nos ocurre tanto con chavales de 8 años como con adultos de 40 o 60. Es fascinante”, cuenta Adrien. Y cuando le preguntamos cuál es, según él, el mayor defecto de este auto, nos contesta, sin dudar un segundo: “Hoy en día lo peor es su precio”.