Wolfgang Schäuble, el martillo de la austeridad que repite como ministro de Finanzas de Merkel
Se le define a menudo como viejo europeísta, un delfín de Helmut Kohl, pero también como el martillo de la austeridad que tiene a Europa aún en vilo. Wolfgang Schäuble, de 71 años, repite en el Gobierno de Angela Merkel como ministro de Finanzas y mano derecha de la canciller, con silla en las reuniones de Bruselas donde se define el rumbo de la economía europea.
Schäuble ocupa el cargo desde 2009 y es un socio al que muchos pares tratan con respeto, a veces miedo y muchas veces disgusto. José Sócrates, ex primer ministro portugués, le llamó recientemente "hijo de su madre" y le acusó de "poner todos los días noticias en los periódicos" en contra de la estabilidad del país para obligarlo a seguir los postulados de Berlín.
Su biógrafo, Peter Schütz asegura que es el hombre "más directo" que ha conocido, si bien "no es siempre el más encantador", informa AFP. Buena prueba de ello es cómo en 2010 humilló públicamente a su portavoz en pleno encuentro con los medios de comunicación.
50 AÑOS EN POLÍTICA
Schäuble cuenta con cinco décadas de carrera política y es un estrecho colaborador de Merkel, que en 2005 lo incluyó en su primer Gobierno como titular de Interior. Desde que fue agredido por un desequilibrado en los años 90, el político se desplaza en silla de ruedas, siempre evitando que sus colaboradores le ayuden a desplazarse o que la prensa tome imágenes cuando sale del coche a la silla al llegar a las reuniones de Bruselas.
Ha sido ministro cinco veces, "ha conseguido casi todo", según el Frankfurter Allgemeine Zeitung, pero será recordado por ser el martillo de la austeridad que España y el resto de países europeos ha sufrido. Él fue uno de los protagonistas destacados de la noche del 9 de mayo de 2010, cuando tras más de 12 horas de reunión se evitó el derrumbe de Grecia pero se exigió a España un recorte de 1.500 millones de euros. Parte de esa reunión la dirigió desde una cama de hospital de Bruselas, donde fue ingresado de urgencia por complicaciones de salud. El recorte español se solidificaría en la rebaja de sueldo de funcionarios y la congelación de las pensiones. Fue también el inicio del fin de José Luis Rodríguez Zapatero.
A Schäuble se le atribuyen los elogios a la prima de riesgo, incluso cuando llevaba a países como España al colapso, porque actuaba como látigo para países perezosos a la hora de emprender reformas. Él ha sido el encargado de exteriorizar la alergia alemana a los eurobonos o iniciativas de mutualización de deuda y las reticencias a la hora de que instituciones europeas asuman más poder en el control financiero. Sobre todo, Schäuble personifica la deriva europea que ha puesto a Alemania como protagonista y actor decisor, muchas veces a costa del conocido como "método comunitario" de acuerdo entre las instituciones y por consenso. En este sentido, Francia ha sido la más perjudicada.
Schäuble podría haber sido presidente del Eurogrupo, la reunión de ministros de Economía del euro, pero las reticencias de varios países y quizás las suyas propias frustraron esa candidatura y el cargo lo ocupó el holandés Jeroen Dijsselbloem.
En la rueda de prensa de presentación de los ministros, Merkel destacó que Schäuble "es y seguirá siendo" ministro de Finanzas por su importante aportación a "la estabilidad de Europa" y añadió que él garantizará que Berlín no tiene que asumir nuevas deudas para ayudar a sus vecinos.