Muere Nelson Mandela: reo, presidente y mito (FOTOS, VÍDEOS)
Nelson Mandela ha muerto este jueves a los 95 años en su domicilio de Johannesburgo, convertido en una unidad de cuidados intensivos desde que fuera trasladado del hospital de Pretoria (Sudáfrica) el pasado 1 de septiembre, donde permanecía ingresado.
"Nuestra nación ha perdido a su mayor hijo", ha dicho Jacob Zuma, el presidente de Sudáfrica, en un discurso televisado (puedes ver aquí el vídeo). "Lo que hizo grande a Nelson Mandela fue precisamente lo que le hizo humano. Vimos en él lo que buscamos en nosotros", ha dicho. "Queridos sudafricanos: Nelson Mandela nos unió y unidos lo despedimos", ha añadido. La fundación del expresidente publicó la siguiente frase en varios idiomas:
El estado de salud del expresidente de Sudáfrica era crítico desde el pasado 8 de junio, cuando fue ingresado en dicho hospital por una infección pulmonar y conectado a un respirador artificial. Aunque en ocasiones ha experimentado leves mejorías, Madiba no ha podido finalmente superar la enfermedad.
Mandela contrajo problemas respiratorios durante los 27 años que pasó detenido en las cárceles del 'apartheid'. En esta cronología repasamos algunos de los acontecimientos más importantes de su vida:
REO, PRESIDENTE Y MITO
La cárcel supuso un antes y un después en la vida de Nelson Mandela y en la historia de todo un país. Pasó encerrado 9.855 días, 27 años, por querer ser libre siendo negro en un país dominado por blancos.
Nelson Rolihlahla Mandela (Mvezo, 18 de julio de 1918) lo tuvo claro muy pronto. Su camino se cruzó con el de la lucha por la igualdad cuando acababa de comenzar sus estudios. Fue en la universidad de Fort Hare, la única para negros de su país en aquel momento. Allí conoció a Oliver Tambo, con quien fundaría pocos años después, en 1943, la liga juvenil del Congreso Nacional Africano. Fueron los primeros pasos de un hombre que cambió un país y tocó en el alma de todo el mundo.
Ese primer contacto se tornó en un sinfín de protestas y actos de desobediencia civil para poner fin a la segregación racial del apartheid.
MÁS ALLÁ DE LA ACCIÓN PACÍFICA
El partido de Mandela lanzó el Programa de Acción en 1949. Ese proyecto contemplaba el llamamiento a la huelga general, no cooperación y desobediencia civil, entre otras acciones de protesta no violenta. El texto además contaba con demandas sociales contra el sistema establecido por el Gobierno blanco.
El pacifismo del líder sudafricano se agotó el 21 de marzo de 1960 con la masacre de Sharpeville. La Policía disparó indiscriminadamente a una multitud de manifestantes. Murieron 69 personas. Después de ese suceso, tras meses de reflexión, Mandela decidió aceptar la lucha armada y asumió la jefatura del brazo armado del Congreso Nacional.
La incesante lucha de Mandela contra un Gobierno que se negaba a igualar el estatus de los ciudadanos negros y blancos fue lo que irremediablemente le llevó a prisión. Y aunque consiguió esquivarla en un primer juicio acusado de alta traición en 1961, lo que posteriormente iban a ser cinco años se convertirían en 28.
Apresado y encarcelado en 1963, Nelson Mandela fue juzgado junto a otros nueve acusados por sabotaje e intentar de derrocar al Gobierno. Este juicio pasaría a la historia como Rivonia (por la localidad donde se celebró).
Pese a enfrentarse a la pena de muerte, no flaqueó, es más, se reafirmó en sus ideales. Sus últimas palabras frente al tribunal el 20 de abril de 1964 se inmortalizaron:
Mandela fue condenado a cadena perpetua el día 13 de junio de 1964. Pasó a ser el preso 466/64 del penal de la isla Robben.
LA RECLUSIÓN QUE LO CAMBIÓ TODO
Después de dos décadas de incesante activismo, el Congreso Nacional Africano no había logrado demasiado. Sin embargo la prisión lo cambió todo. Desde su celda, en el terrible centro de Robben, ese hombre del clan Madiba nacido a orillas del río Mbashe, que aguantaba con estoicismo las torturas y animaba a sus los otros reos a seguir viviendo, comenzó a convertirse en el principal símbolo de la resistencia negra en Sudáfrica.
En sus años de prisión perdió a su madre y a un hijo. No pudo asistir a ninguno de los dos funerales. Demasiado tiempo encerrado en condiciones deplorables, sin apenas visitas ni cartas. En un arrebato de cordura y para no terminar de perder la cabeza por su situación, Mandela comenzó a estudiar Derecho en una universidad a distancia británica.
En 1982 fue trasladado a otra prisión donde algo menos dura, la de Pollsmoor, en Ciudad del Cabo. En ese nuevo centro, el reo que ya se acercaba a las dos décadas de reclusión, comenzó una serie de comunicaciones secretas con sus carceleros. Fue el principio de las negociaciones que ocho años después le llevarían a la libertad, no sólo a él, sino a todo un país. En 1991 el Gobierno suprimió toda la legislación que sustentaba el apartheid.
Sobrevivió a las torturas, a la mala alimentación, a la tuberculosis... y por fin, el 11 de febrero del 90, a sus 72 años, Mandela fue puesto en libertad. En 28 años encarcelamiento cambió su estrategia, ganada la batalla a la intolerancia, su máxima pasó a ser la paz.
DE REO A PRESIDENTE
En abril de 1994 se celebraron las primeras elecciones post-apartheid. Mandela, líder del Congreso Nacional que fue legalizado años antes, resultó elegido Presidente de Sudáfrica con el 62,6% de los votos. Formó un Gobierno mixto, instauró una nueva bandera con muchos colores para representar la diversidad del país y comenzó su labor como mediador en los conflictos internacionales.
Pero Mandela ya entonces era un anciano y en 1999, tras ganar sus segundas elecciones, decidió retirarse de la política activa, aunque no abandonó su labor internacional. Además de funcionar como moderador en los conflictos armados, impulsó su lucha por terminar con la pobreza y dar voz a los enfermos de sida. De hecho, en 2005 comunicó la muerte de otro de sus hijos debido a esta enfermedad.
Finalmente, en 2004, y tras haber superado su cáncer de próstata, Mandela anunció que quería "jubilarse de la jubilación", poniendo fin a su vida pública. Tras eso el afamado líder se ha dejado ver en las celebraciones de sus cumpleaños rodeado de su familia, en ocasiones especiales como entregas de galardones o, incluso, en el Mundial de Sudáfrica.