De 'Izquierda Hundida' a la conquista de las encuestas: los cinco años de transformación de IU
Hace cinco años Izquierda Unida estaba sumergida en una guerra interna entre familias por elegir al sucesor de Gaspar Llamazares y seguía en estado de shock tras el descomunal descalabro electoral sufrido en las elecciones del 9 de marzo. En noviembre de 2008, todos se vieron las caras en una asamblea marcada por la decepción y que supuso la vuelta del Partido Comunista al control de la federación.
Era su particular travesía por el desierto tras ser arrollada por el ‘tsunami bipartidista’, como lo definió el propio Llamazares, y haber sufrido una sangría de votos en favor del entonces atractivo PSOE al que ponía cara José Luis Rodríguez Zapatero. Entonces, apareció la figura de Cayo Lara.
Lara se hizo cargo de una Izquierda Unida que había logrado tan solo dos diputados (junto a ICV) en 2008, su peor resultado. Comenzaba una nueva historia que tuvo su primer gran examen electoral posterior en las generales de noviembre de 2011, cuando lograron ascender hasta 11.
Cumplida la penitencia, IU ha pasado de ser denominada como ‘Izquierda Hundida’ a tener un grupo con voz propia en el Parlamento, subir cada día más en las encuestas electorales y gobernar junto al PSOE en la Junta de Andalucía.
¿Qué ha llevado al partido a esta posición? ¿Ha tocado techo? Algunos de los principales dirigentes de esta federación responden a El Huffington Post y dan su visión sobre este fenómeno político que nació en 1986 en torno a los movimientos contra la adhesión de España a la OTAN.
UNA IZQUIERDA MÁS UNIDA
Una de las grandes conclusiones que sacaron de aquel annus horribilis fue que la paz interna (por lo menos en público) debía volver a la formación. Los últimos años de Llamazares al frente de la dirección de IU se convirtieron en un auténtico ‘pim, pam, pum’ entre las distintas fuerzas que la conforman.
Los meses previos a las elecciones de 2008 se había escenificado la dureza del enfrentamiento en las primarias entre el entonces coordinador y la candidata auspiciada por el sector comunista, Marga Sanz.
“En contraste con la época que yo tuve la responsabilidad, han sido años más tranquilos”, explica Llamazares, quien lo achaca a que “por una parte, el PCE tiene una situación más mayoritaria,” y “porque los que habíamos podido tener algún tipo de responsabilidad nos hemos integrado en la dirección y hemos expresado nuestras diferencias con menos acritud y de manera menos crítica que en el pasado”. Esto ha llevado, agrega el diputado, a una situación “más amable” porque no ha habido “oposición a la mayoría”.
El que fuera líder de IU reconoce que todo esto “ha dado una imagen pública a Izquierda Unida de un mayor cohesión interna” debido “a un esfuerzo compartido”. Después de aquellas elecciones de 2008, prosigue Llamazares, “se trataba de hacer una transferencia de la dirección tranquila”.
“Era claro que la derrota electoral significaba también una derrota desde el punto de vista interno de nuestra estrategia y había que dar paso a nuevas mayorías y nuevos responsables”, sostiene. Para Llamazares, se produjo una “transición ordenada y tranquila”.
“Han sido cinco años de trabajo y de resultados positivos”, resume el portavoz de IU en el Congreso y líder del PCE, José Luis Centella, una de las caras más representativas de la era de Cayo Lara. Cuando llegó al escalón más alto, rememora Centella, tenía un apoyo de un 3% electoralmente “y una situación de conflicto interno”, en tanto que “hoy estamos por encima del 10%, tenemos un grupo parlamentario sólido y hay una situación de tranquilidad y trabajo colectivo”.
El diputado pone énfasis en que “todo el mundo ha entendido que hay que poner en valor lo que nos une”.
Para Montserrat Muñoz -una de las figuras con más fuerza del ‘gasparismo’ y que se ocupa en la actual dirección del área de Política Institucional- en noviembre de 2008 “se rompió una dinámica que durante el mandato de Llamazares fue letal, que era el cuestionamiento constante de las decisiones que se tomaban”.
En el nuevo capítulo que escribe desde entonces IU, las personas “en minoría” han actuado “con más responsabilidad", en su opinión, y se ha trasladado una imagen “de mayor cohesión”, algo que ha “fortalecido” a la federación.
(Sigue leyendo después de la encuesta)
LA POSICIÓN ANTE LA CRISIS, CLAVE
En el partido (aunque no les gusta que se les defina así) reflexionan que su ascenso en las encuestas se debe principalmente a que ha calado su discurso y sus propuestas en este momento de crisis económica. “Han sido años, desde el punto de vista de los españoles, muy complicados por la crisis económica”, relata Llamazares.
Según Centella, “todo el mundo ha entendido que frente a una crisis muy agresiva había que contraponer trabajo”. “Fuimos capaces de situar la crisis como el centro de nuestro análisis cuando había gente incluso que todavía criticaba la existencia de la misma”, explica el portavoz parlamentario, que también resalta que ha habido durante estos años un “trabajo importante de conexión con los movimiento sociales y con la gente que se moviliza en la calle”.
En el posicionamiento ante la crisis Centella destaca como uno de los “elementos fundamentales” que IU fue la primera fuerza, incluso antes que los sindicatos, que reclamó en 2008 la convocatoria de una huelga general “frente a una agresión tan fuerte del capital”. Otra de las posturas claves de IU, añade este dirigente, fue el rechazo a la modificación de la Constitución pactada por el PSOE y el PP en verano de 2011 para incluir la estabilidad financiera. En el PSOE muchos siguen quejándose internamente de aquella decisión, que supuso, según un destacado dirigente socialista, la pérdida de un millón y medio de votos.
“La alternativa fundamental de Cayo era situarnos más en la movilización y en la lucha social. Era lo que habíamos planteado como diferenciación con el periodo de Gaspar”, apostilla Centella.
Sobre esta cuestión también opina Montserrat Muñoz, que afirma que “la propia coyuntura política y la crisis han puesto en valor lo que ha sido el discurso de IU de hace muchos años”. “Sin embargo, ahora es un discurso que se entiende mucho mejor, que se comparte mejor por la gente”, recalca.
¿SE ROMPE EL BIPARTIDISMO?
Izquierda Unida cree que está dando sus frutos la estrategia que diseñó en 2008, según fuentes del máximo nivel de la dirección, y que se está produciendo un mayor acercamiento al electorado. “Pero no se puede bajar la guardia”, advierten desde el entorno de Cayo Lara, que valora los datos que disparan las encuestas, pero que lanza a los cuadros del partido el mensaje de que “para nada” se pueden “dormir en los laureles” porque todavía falta tiempo para las siguientes citas electorales.
Izquierda Unida ha hecho pública una encuesta -a la que llama un CIS “sin cocinar”- que la sitúa como tercera fuerza política con 35 diputados y un 12% de respaldo electoral si hubiera hoy comicios. El Centro de Investigaciones Sociológicas, en su última encuesta con intención de voto, la situaba en la cifra récord del 11,3%.
“Hemos conseguido romper un poco la dialéctica bipartidista”, sostiene Centella. De manera similar se expresa Llamazares, que hace hincapié en que “hay una crisis política muy importante, con una crisis del modelo bipartidista, que se subordina a los mercados y a la política neoliberal”.
Ello, continúa el excoordinador, no quiere decir que sea el final del modelo bipartidista. “Yo no daría esa pieza por cazada”, sentencia.
Montserrat Muñoz entiende que IU está viviendo un “momento clave” como lo fue su propia fundación por el “momento político actual y el cuestionamiento de muchos de los mantras que ha habido durante años”. Y, además, tiene un gran “reto”: sumar a toda la “izquierda alternativa para ser alternativa de gobierno” y que las expectativas electorales “no sean flor de un día”.
Pero Muñoz mira adelante: “Todavía queda mucho camino por recorrer”.