Los responsables políticos de la gestión del 'Prestige' once años más tarde
Noviembre de 2002. Las costas gallegas se tiñeron de negro por la catástrofe ecológica provocada por el hundimiento del petrolero ‘Prestige’. Once años más tarde la justicia ha dictado sentencia y no se ha culpabilizado a ningún responsable político. Este triste episodio hizo llorar a muchos españoles e irritó al mismo nivel la gestión del Gobierno.
Eran los últimos años del Ejecutivo de José María Aznar, que había ganado dos años antes las elecciones por mayoría absoluta. El ‘Prestige’ supuso el inicio del declive de la Administración conservadora. La oposición cargó con toda crudeza contra los que ocupaban los ministerios implicados y muchos pensaron que sería el final de su vida política. Pero no, cosas de la vida. Hoy muchos de los rostros del poder relacionados con el escándalo son las personas más poderosas del país, empezando por Mariano Rajoy.
Estos fueron los principales políticos implicados en la gestión del ‘Prestige’ y su situación actual:
JOSE MARÍA AZNAR
El ‘Prestige’ y la guerra de Irak fueron los mayores escándalos a los que tuvo que enfrentarse el expresidente del Gobierno en los últimos años de su mandato. Minimizado al principio el tema y sin dar la cara, Aznar vio como iba creciendo la indignación a borbotones.
Un mes tardó Aznar en visitar Galicia tras el hundimiento y, por ello, pidió disculpas a los ciudadanos. No obstante, solo estuvo unas horas en una torre de control en A Coruña y no llegó a pisar la zona afectada para “no manipular los sentimientos de los gallegos” y “no molestar a los que están limpiando”.
Aznar está de nuevo en las portadas estos días por la presentación de su segundo tomo de memorias, en las que se ventila en una página y media estos trágicos días. “Reconocí en su momento errores iniciales al valorar el impacto político y social del accidente (...) Creo que acertamos en las decisiones fundamentales, entre ellas alejar el barco en vez de intentar remolcarlo hasta el puerto de A Coruña”, relata.
MARIANO RAJOY
El entonces vicepresidente primero del Gobierno fue el encargado de coordinar el equipo de crisis orquestado por Moncloa. El famoso autor de “hilitos de plastilina” es hoy el jefe del Ejecutivo.
Fue el miembro del Gobierno que más se acercó al chapapote y el encargado de acompañar al rey Juan Carlos en su visita a la ‘costa negra’. El futuro presidente declaraba entonces que veía “difícil” que el combustible llegara a las Rías Baixas y manifestaba que no creía que se pudiera hablar de que existiese una marea negra diez días después de la catástrofe.
Una década más tarde es quien manda en La Moncloa y el día que se ha conocido la sentencia no se ha pronunciado, sino que se ha dedicado a aparecer por sorpresa en un acto para apoyar a su polémico ministro José Ignacio Wert.
FRANCISCO ÁLVAREZ-CASCOS
Era el ministro de Fomento de José María Aznar entonces, tras haber sido su todopoderoso vicepresidente. Álvarez-Cascos se erigía como uno de los grandes símbolos del Gobierno conservador y del PP de la mayoría absoluta. No se imaginaría entonces que rompería con sus compañeros y llegaría a ser durante un breve tiempo presidente de Asturias liderando Foro, su propio partido.
Cascos fue uno de los políticos a los que más costó asumir errores por el ‘Prestige’. En enero de este año tuvo que declar como testigo por esta causa y aseguró que los daños causados por el petrolero fueron “inevitables”.
Este miércoles ha aseverado que si la sentencia sobre el hundimiento del petrolero señala que no hubo “ninguna responsabilidad” del Gobierno, le parece “muy bien”, dado que esta posibilidad “nunca” debió plantearse en el juicio, ni siquiera como hipótesis. Lo que no ha recordado es que el fin de semana del suceso estaba de caza en Lleida.
MIGUEL ARIAS CAÑETE
Todo vuelve, hasta Miguel Arias Cañete. El que era entonces ministro de Agricultura ocupa de nuevo el mismo despacho en la Administración de Rajoy. Siempre ha defendido su gestión: “El Gobierno no tiene la culpa de que un petrolero se parta”.
A pesar de que ha intentado esquivar a la prensa en un primer momento en el Congreso, el titular de Agricultura se ha enfrentado a esta historia nuevamente este miércoles. "Recuerdo aquel episodio. Fue complejo de gestionar. Desde la perspectiva de un ministro de Agricultura la mayor dificultad fue cerrar el caladero muchos meses porque tuvimos que indemnizar a los pescadores por el cese de actividad y luego pedir su colaboración para la limpieza del litoral, donde también hubo una actividad muy intensa de Tragsa y del Ejército, que estuvieron muchos meses limpiándolo", ha declarado.
La sentencia, en su opinión, demuestra que las autoridades lo hicieron “razonablemente bien”. Años después, ha proseguido, el ecosistema marino "se ha recuperado".
JAUME MATAS
Era el ministro ‘verde’ de José María Aznar, el encargado del departamento de Medio Ambiente. El día del suceso estaba en Doñana junto a los responsable de Sanidad (Ana Pastor) y de Interior (Ángel Acebes), según informó entonces la Cadena Ser. Fue el ministro ‘desaparecido’ durante días y uno de los centros de la crítica política.
Desde el sillón de Medio Ambiente saltó a la conquista del Gobierno balear. Allí comenzó una época de gloria y muchos excesos, que han desembocado en decenas de causas judiciales. Matas habrá leído la noticia de la sentencia del ‘Prestigio’ con menos atención seguro que la de la Audiencia de Palma que exige que cumpla los nueve meses de prisión a los que fue condenado por tráfico de influencias en el caso Palma Arena.
ARSENIO FERNÁNDEZ DE MESA
Entre los años 2000 y 2004 fue el delegado del Gobierno en Galicia, uno de los cargos clave durante la crisis ecológica. Fernández de Mesa también tuvo que declarar como testigo en el juicio por el ‘Prestige’ este mes de enero. Su versión: que carecía de "autoritas" y "potestas" porque las competencias correspondían "a la autoridad marítima española".
Durante los primeros días ejerció como portavoz del Gobierno ante la situación hasta que fue sustituido por el propio Rajoy. Asimismo, en su declaración insistió en que “no dio órdenes absolutamente a nadie” y que un "un profano en la materia" como él "nada tenía que aportar ni que decir". Hoy sí vuelve a dar órdenes. Es el director general de la Guardia Civil.