Vecinos de Córdoba, al rescate de un comedor social robado (VÍDEO)
Leche, carne, embutidos y pescado. Los ladrones se lo llevaron todo del comedor social San Juan Bautista de Córdoba. Pero la rápida reacción de los vecinos solventó en parte el problema. El robo masivo que sufrió a principos de semana el local de la Fundación Prolibertas dejaba al centro con un almacén vacío. En tan solo 24 horas la solidaridad individual y las aportaciones de asociaciones como Cáritas lograron reponer los alimentos sustraídos. Sus responsables aseguran que han recibido en las últimas horas más del doble de lo que les ha sido robado.
La gran cantidad de productos desaparecidos dejaba al comedor social, conocido como los Trinitarios, sin posibilidad de ofrecer los menús reservados cada día a personas sin recursos económicos. Este es el tercer robo que sufren en los últimos tiempos y sin duda el peor de todos, aseguró el director del centro, Eduardo García, a El Día de Córdoba. En esta ocasión también se han llevado ropa y material informático. Los reincidentes asaltos están convenientemente meditados y ocurren siempre en fechas cercanas a Navidad, momento del año en que se sabe que reciben más comida y prendas de abrigo.
La espontánea colaboración ciudadana ha permitido que el centro apenas interrumpa su actividad durante unas horas. Aunque no se han podido recuperar los cuatro ordenadores que también fueron sustraídos de sus oficinas -y en los que se guardaba el registro de usuarios y la contabilidad-, las acciones solidarias siguen adelante. Este viernes, de 17.00 a 21.00, se realizará una recogida de alimentos en el Mercadona del Marrubial de la ciudad andaluza.
"Ha sido importante, pero más importante aún está siendo la respuesta de la gente. Estamos un poco desbordados por la gran corriente de solidaridad que se ha despertado", dice el director del centro a Diario de Córdoba. "Cada vez que roban la gente se vuelca y si nos quitan 20, nos traen 60, con la crisis tan grande que hay... Da las gracias de mi parte al pueblo de Córdoba", pidió una religiosa que trabaja en este comedor a un periodista.