El papa lanza una encuesta a nivel mundial sobre gais, divorcio y natalidad
"¿Las parejas separadas o divorciadas y casadas de nuevo son una realidad pastoral en su Iglesia? ¿Cómo afrontarlo?", "En el caso de las uniones de personas del mismo sexo que han adoptado niños, ¿qué se puede hacer a nivel pastoral para transmitir la fe?"
Esas son dos de las preguntas que forman parte de una encuesta que ha lanzado el papa Francisco a nivel mundial a la Iglesia de base a través de las parroquias. El Pontífice quiere conocer qué piensan sobre temas como homosexualidad, divorcio y natalidad.
La insólita iniciativa, que consta de 38 preguntas, tiene como objetivo preparar el sínodo extraordinario sobre la familia que se celebrará en octubre del año que viene, donde se darán a conocer los resultados. Francisco quiere saber, de esta forma, si la base de la Iglesia se siente más próxima a él o a las formas más conservadoras que caracterizaban a Benedicto XVI y a Juan Pablo II.
Como explica El País, el papa quiere conocer si los cristianos divorciados y vueltos a casar “se sienten marginados y viven con sufrimiento la imposibilidad de recibir los sacramentos”, o “qué atención pastoral sería posible ofrecer a las parejas del mismo sexo” e incluso a los hijos por ellas adoptados.
La encuesta no sólo será respondida por los católicos de las parroquias, sino que va dirigida también a obispos, monjas o sacerdotes. Todos ellos se encontrarán con preguntas como: "¿Saben los cristianos de hoy cómo evaluar moralmente los diferentes métodos de planificación familiar? ¿Podrían sugerirse ideas pastorales?" o "¿Qué otros retos o propuestas relacionadas con los temas de las preguntas anteriores cree urgente y útil tratar?"
REZA POR LOS INMIGRANTES
Francisco pidió este viernes orar por los inmigrantes, a muchos de los cuales "la crueldad del desierto" y la amplitud del mar les ha arrebatado la vida, y también por todos aquellos que se salvaron en busca de un futuro mejor.
Acompañado por el párroco del cementerio y el obispo auxiliar de Roma, Paolo Selvadagi, el papa improvisó la homilía y dijo que en el día de Todos los Santos, "nuestros hermanos y hermanas están con el Señor en el Cielo, gozan de la bondad y de la serenidad, de la salvación, (...) por la bondad de Dios, pues solo podemos entrar en el Cielo gracias a la sangre del cordero".
"Solo la sangre de Cristo salva y nunca desilusiona nuestra esperanza", explicó. Los primeros cristianos pintaban la esperanza con forma de ancla. Un ancla hacia Dios, y quien tiene esperanza en Dios "se purifica a sí mismo", afirmó.