Ark Nova: una sala de conciertos hinchable para el Japón dañado por el tsunami (FOTOS)
Por fuera parece un donut gigante; por dentro, el interior de una concha marina. Esta estructura es la primera sala de conciertos inflable del mundo, Ark Nova.
El famoso escultor británico Anish Kapoor (un artista que parece un mago, según el New York Times) y el arquitecto japonés Arata Isozaki se han unido para crear una de las estructuras más llamativas de la historia reciente: una imponente estructura creada con una membrana inflable, que se puede desmontar por completo al concluir el evento y ser transportada a otras localizaciones.
El interior es un espacio único que puede sentar hasta 500 espectadores y que, en función de cómo se desplieguen los equipos técnicos en su interior, puede acoger orquestas, música de cámara o un escenario para todo tipo de actuaciones teatrales y acústicas.
Tiene una altura máxima de 18 metros y alcanza los 36 de largo y los 30 de ancho. Esta estrucutra, según explican nuestros compañeros de The HuffPost, viajará por varias ciudades niponas afectadas por el tsunami y el terremoto de 2011.
Esta estructura adaptable ha comenzado su periplo en Matsushima, una de las zonas que aún se recupera de la devastación del tsunami. El equipo detrás de Ark Nova pretende llevar esperanza a sus habitantes, a través del poder d ela música y de la arquitectura, así como restaurar una sensación de normalidad en estas localidades. Situado frente a la bahía de Matsushima (uno de los tres paisajes más hermosos del país según la tradición nipona), esta estructura ha comenzado a acoger eventos a través de una colaboración del festival de la ciudad suiza de Lucerna, uno de los más prestigiosos certámenes musicales de Europa, que ha programado varios conciertos hasta el 13 de octubre, entre ellos uno del director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel, Premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2008.
Los bancos y otros elementos que se han dispuesto en el interior del recinto están fabricados con madera de cedros del bosque que rodeaba al cercano templo budista de Zuiganji y que resultaron dañados o destruidos por el tsunami del 11 de marzo de 2011.