Un videojuego de carreras rejuvenece el cerebro
La misma ciencia que demostró que el Brain Training y otros juegos habilidad mental servían a la gimnasia del cerebro lo mismo que un crucigrama muestra ahora cómo un juego de carreras puede mejorar las habilidades cognitivas que se pierden con la edad. Con un poco de entrenamiento, un abuelo puede jugar tan bien como un chaval de 20 años, recuperando buena parte de su control cognitivo.
La prestigiosa revista científica Nature lleva esta semana a su portada una investigación que demuestra que se puede combatir el envejecimiento del cerebro con unas horas de consola. Con un juego de carreras específicamente diseñado, investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) consiguieron que mayores de 65 años mejoraran de forma significativa su capacidad para la multitarea y otras habilidades cognitivas.
En un primer experimento con 174 personas con edades desde los 20 a los 79 años, volvieron a demostrar lo que la neurociencia y la sabiduría popular consideran un hecho: con la edad se puede ganar en sabiduría pero se pierde agilidad mental. En particular, a medida que se envejece el cerebro lleva cada vez peor la multitarea y el control cognitivo, definido por los autores del estudio como “el conjunto de procesos neuronales que nos permiten interactuar con nuestro complejo entorno orientado a objetivos”.
LA CAPACIDAD DE MULTITAREA ENVEJECE
Lo demostraron poniendo a jóvenes y mayores a jugar con NeuroRacer, un juego de coches algo particular. En la versión simple, había que manejar con la consola un vehículo por una carretera. En la compleja, además iban apareciendo señales. Si eran verdes, el jugador tenía que pulsar el teclado. Todo un ejercicio práctico de lo que se entiende por multitarea. En este experimento, los investigadores comprobaron que, a medida que pasan los años, la capacidad para hacer dos cosas a la vez disminuye. La caída en el rendimiento llegó a ser superior al 64% a partir de los 60 años.
Pero, durante el siguiente mes, los mayores estuvieron jugando con el NeuroRacer tres horas a la semana. Para evitar que la mejora viniera de la simple práctica, un algoritmo iba complicando cada vez más el juego, haciendo las curvas más sinuosas o mostrando las señales con patrones aleatorios. Al cabo de ese tiempo, los mayores que jugaron a la versión compleja mostraron una habilidad en el juego comparable a la de chavales de 20 años, eso sí, que nunca habían jugado con él. En ambos experimentos los participantes fueron monitoreados con un electroencefalograma.
“Estos resultados muestran la plasticidad que puede tener un cerebro envejecido”, dice el director del Centro de Neurociencia de la UCSF y coautor del estudio Adam Gazzaley. El neurocientífico, que ya está preparando una nueva versión del juego desde su empresa Akili Interactive Labs, advierte de que no todos los juegos sirven para entrenar un cerebro cansado.
Con el electro, los científicos comprobaron los patrones de las oscilaciones electromagnéticas de baja frecuencia conocidas como ondas theta del córtex prefrontal, donde residen las funciones ejecutivas del cerebro. La neurociencia usa las ondas theta para determinar el grado de control cognitivo.
Los mayores que habían jugado con la versión compleja del NeuroRacer (la del coche y las señales) mostraron una elevación de la actividad de las ondas theta del córtex prefrontal, lo que “demuestra por primera vez la modulación de una red neuronal en respuesta al entrenamiento cognitivo en adultos mayores”, escriben en el estudio.
Además, los científicos llegaron a la conclusión de que el juego no sólo mejora la capacidad para la multitarea. Por medio de una serie de test psicológicos vieron que otras funciones cerebrales como la memoria de trabajo, la capacidad de mantener la atención o la resolución de interferencias habían mejorado en los jugadores. Lo más relevante, sin embargo, es que seis meses después, los mayores de 60 años aún conservaban las habilidades cognitivas recuperadas con un simple juego de carreras.